La qu¨ªmica de la trompeta
Vino del Bronx y se hizo un catalizador en la escena madrile?a. No es solo un gran m¨²sico, es "el capo". Jerry Gonz¨¢lez es la llave maestra que abre las puertas del lado 'swing' de la ciudad. Lo recorremos con motivo del Festival de Jazz
La foto, en sepia, cuelga de una pared de su min¨²sculo apartamento cercano a la calle Princesa junto a dos nominaciones a los Grammy. Es un ¨¢tico de no m¨¢s de 40 metros cuadrados: mitad terraza, mitad vivienda techada. En esa imagen aparece Jerry Gonz¨¢lez (Nueva York, 1949) con apenas dos a?os. Est¨¢ con su padre que, sentado en el c¨¦sped, le mantiene en equilibrio sobre una sola mano mientras ¨¦l ni?o est¨¢ de pie, semidistra¨ªdo, con ese ¨²nico punto de apoyo. Como si siempre hubiera vivido en el aire, desafiando la ley de la gravedad.
A Jerry no parece hacerle falta mucho m¨¢s. Una trompeta o una conga y el mundo puede hundirse. Como aquella ma?ana de septiembre que se vinieron abajo las torres gemelas. ?l estaba a dos cuadras, sali¨® a la calle, vio lo que hab¨ªa ocurrido y volvi¨® a subir a su apartamento. Cogi¨® el tel¨¦fono y llam¨® a Diego El Cigala para preguntarle si el concierto previsto en el Teatro Lope de Vega segu¨ªa adelante. A los pocos d¨ªas estaba en Madrid: "La cosa en Nueva York se iba a poner dif¨ªcil para un m¨²sico como yo, ?you know?", cuenta.
Hace 11 a?os que su nombre sobrevuela la escena del jazz de Madrid, aunque mucho antes ya hab¨ªa tocado con grandes como Dizzy Gillespie o Chet Baker. "Jerry ha conseguido cobijar aqu¨ª a m¨²sicos de todo tipo. Desde el principio, conect¨® con los flamencos, ha sido un im¨¢n, un catalizador qu¨ªmico para la renovaci¨®n del latin jazz. Ha atra¨ªdo a m¨²sicos que nunca habr¨ªan llegado aqu¨ª, es una referencia, como fue Tete Montoliu", asegura el contrabajista Javier Colina, que coincidi¨® por primera vez con ¨¦l en Calle 54, la pel¨ªcula de Fernando Trueba, que descubri¨® a Jerry Gonz¨¢lez al gran p¨²blico.
Su imagen, un tipo con perilla y sombrero, encorvado sobre su trompeta "hasta hacerla llorar", como dice el guitarrista flamenco Juan Jos¨¦ Heredia (Ni?o Josele), ha sido utilizada a?os atr¨¢s en folletos del Festival de Jazz de Madrid, que celebra estos d¨ªas su 28? edici¨®n; y tambi¨¦n en publicidad de clubes como el Caf¨¦ Central.
"Jerry es la esencia del jazz, un m¨²sico de club", dice Javier Estrella, director del festival. "Con ¨¦l lleg¨® una leyenda, una figura de primer nivel. Es una referencia absoluta, no en Espa?a, en el mundo, ha ayudado a encontrar el camino a muchos flamencos".
Sin embargo, y pese a haber tocado con los m¨¢s grandes, Jerry nunca ha sido cabeza de cartel en Madrid. Ahora tiene dos bolos dentro del festival en la sala Clamores (10 y 11 de noviembre). "Son los mismos conciertos que tengo cada mes en ese local donde Germ¨¢n, el due?o, me trata con cari?o, y los han incluido como parte del festival", dice sin darle importancia, quiz¨¢ porque todav¨ªa se ve a s¨ª mismo pasando fr¨ªo en la puerta de algunos clubes de Nueva York donde iba a escuchar a sus ¨ªdolos y a colarse si pod¨ªa.
A?os m¨¢s tarde, casi adolescente, tocar¨ªa con muchos de esos nombres mundiales del jazz: Gillespie, Baker, Freddie Hubbard, Mongo Santamar¨ªa, Eddie Palmieri. Jerry pertenece a esa generaci¨®n de m¨²sicos del Bronx de los sesenta, plagado de inmigrantes puertorrique?os (como sus padres) y cubanos, que fueron la cuna del afro-latin jazz.
Con cinco a?os Jerry quemaba los vinilos de Louis Armstrong y de Charlie Parker en su casa: "?C¨®mo hace eso?". Un d¨ªa su padre (tambi¨¦n Jerry), vocalista en varias bandas, le regal¨® la trompeta que aparc¨® para siempre aquel juego de qu¨ªmica que le mantuvo obsesionado durante su infancia, convencido de que ser¨ªa un gran qu¨ªmico. Luego ya no par¨® hasta que hizo llorar a la trompeta.
Su primera conga vino tras un accidente. Se parti¨® una pierna con 14 a?os haciendo, "como siempre, lo que nadie se atrev¨ªa a hacer: me tir¨¦ como Tarz¨¢n desde un ¨¢rbol al borde de una colina. La primera vez sali¨® bien, ca¨ª perfecto, y me pidieron que lo repitiera. La segunda vez ya no sali¨®". Lo sabe bien: los momentos m¨ªticos lo son porque s¨®lo pasan una vez. Estuvo dos meses en la cama con una conga que le regal¨® un amigo y que toc¨® hasta que le salieron llagas en las manos.
Suerte y maldici¨®n
Esa forma de estar, siempre desafiando a la vida, ha sido su suerte y su maldici¨®n. Siempre con la media sonrisa del que sabe que va a pasar algo, con la inquietud de quien quiere estar en el ajo, con la paciencia del scout que fue, siempre a la b¨²squeda de ese momento ¨²nico, como de esa p¨®cima que s¨®lo sale una vez por azares del destino y se desvanece, pero siempre dejando una carcajada que hace que todo haya merecido la pena. Jerry es ese buscador de momentos m¨ªticos, de eso es de lo que est¨¢ llena su vida.
"Es imposible terminar de conocerle. Llevo cinco a?os con ¨¦l y de pronto un d¨ªa suelta: 'Cuando estuve en Suazilandia...'; o 'un d¨ªa, fumando marihuana en casa de Louis Armstrong...'; o 'cuando coincid¨ª con John Lennon y Yoko Ono en...'. Y no lo hace por presumir, de pronto se acuerda de algo y lo dice, sin m¨¢s y t¨² te quedas diciendo: nunca me lo voy a acabar". La que habla as¨ª, en la peque?a azotea, es Andrea Zapata Girau, una cinemat¨®grafa gallega de 25 a?os que podr¨ªa ser una de los tres hijos de Jerry, pero es su actual mujer. Se conocieron en un rodaje y el tiempo los volvi¨® a juntar: "Hasta que me di cuenta de que hab¨ªa algo importante y me qued¨¦ con ¨¦l, superando los tab¨²es de la edad", comenta ella, que
es como su apuntadora.
Ha investigado su pasado y le ha acompa?ado en su presente. Lo sabe todo, hasta lo que Jerry no sabe porque lo olvid¨® o no le dio importancia. Ha aprendido a vivir con ¨¦l en el aire, con un solo punto de apoyo. En casas-trastero prestadas, en moteles que devoraban sus pocos ingresos, en apartamentos de los que le echaban los vecinos por el ruido ("yo no hago ruido, hago buena m¨²sica", protesta), en un chalet en Navalcarnero ("para tocar sin molestar a nadie, pero a tomar por culo", dice Jerry), en este ¨¢tico de una habitaci¨®n desde hace tres meses, en todos los viajes a los que puede acompa?arle... Le adora. "Y yo amo su alma", dice ¨¦l.
Y aunque esa manera ef¨ªmera de estar en el mundo haya sido un poco su maldici¨®n, ha llevado a Jerry Gonz¨¢lez a estar en todas partes, en todos los tugurios de la ciudad que ol¨ªan a humo y hac¨ªan latin jazz o flamenco jazz. En la Sala Clamores (Alburquerque, 14) con su comando La Clave (el cuarteto formado junto a Javier Mas¨® "Caramelo", al piano; Alain P¨¦rez, en el bajo; y Chiqui Ferrer, en la bater¨ªa). O haciendo d¨²o con Javier Colina, o incluso, en 2009, con Fort Apache, su m¨ªtica banda, la misma por la que hace unos d¨ªas les rend¨ªan un homenaje en la Gran Manzana a ¨¦l y a su hermano Andy (contrabajo): dos d¨ªas de concierto con la Afro Latin Jazz Orchestra en el Symphony Space de Nueva York.
Jerry lleg¨® a Madrid para la promoci¨®n de Calle 54 y se qued¨®. En aquel lado del Atl¨¢ntico le conocen como percusionista y, en este, la leyenda empez¨® como trompetista: "La trompeta es dif¨ªcil con cojones, son siete tonos y luego todo depende de c¨®mo proyectes el aire, tienes que sentirla como tu cuerpo", comentaba el martes, entre pase y pase de su actuaci¨®n en el Caf¨¦ Populart (Huertas, 22). Otro de sus centros de peregrinaje, "pero menos, porque pagan mal". Aunque cuando lleva un tiempo sin tocar, acepta una semana entera all¨ª para "ensayar" y engrasar la maquinaria. Luego, si ve anunciados m¨²sicos afines a ¨¦l (el flautista Jorge Pardo y su grupo de flamenco-jazz, el pianista cubano Iv¨¢n Monle¨®n, el percusionista puertorrique?o Henry Cole...), se pasa, trompeta en mano, esperando un gesto de invitaci¨®n para subirse al escenario. O, si no, se va a La F¨ªdula (Huertas, 57). Va o lleva a gente (m¨²sicos norteamericanos de gira) a las jam sessions. Le gusta mucho Nirankar Khalsa, el bater¨ªa de Chicago que est¨¢ all¨ª fijo. Y, si no, aparece por el Caf¨¦ Central (Plaza del Angel, 10), donde, parad¨®jicamente, nunca ha tocado formalmente. Pero va ("cada vez menos") cuando alg¨²n m¨²sico le interesa, como su amigo el gran trombonista Steve Turre y su primo saxofonista, Bobby Mart¨ªnez, con quien ahora se va de gira por Siberia.
Tambi¨¦n puede v¨¦rsele por el Regina. Un piano-bar en El Escorial (Floridablanca, 2), donde toca de vez en cuando con Javier Colina y el percusionista uruguayo Guillermo McGill.
Segunda casa
Donde ya apenas va, desde que hace seis a?os cambiara de due?o y programaci¨®n, es a la que fue su segunda (o primera) casa: el Caf¨¦ Berl¨ªn (Jacometrezo, 4). "Antes, si alguien no me encontraba, sab¨ªa que estar¨ªa all¨ª. Ahora me buscan en casa", dice, y muestra una foto reciente con el Ni?o Josele, tocando en la terraza. "El capo nos descubri¨® el latin a los flamencos", dice el guitarrista almeriense. "Nos dio la f¨®rmula para meterle una conga africana a una buler¨ªa".
El flamenco retuvo a Jerry en Madrid. "Si hubiera llegado antes de que muriera Camar¨®n, habr¨ªamos hecho algo juntos", se lamenta sentado en su silla de enea.
Anda un poco achacoso de un problema de espalda que le ha tenido "jodido" meses: "No eran las drogas. A los periodistas les encanta convertirme en un artista maldito y drogadicto", se r¨ªe y muestra las radiograf¨ªas de sus hernias discales que le dejaron una pierna inm¨®vil. Jerry ha podido estar enganchado a muchas cosas, pero a lo que ahora est¨¢ enganchado es a Internet ("lo de Youtube es un banquete musical") y a la comida japonesa y criolla que cocina sin parar.
La acupuntura y el yoga le han vuelto a poner en pie. Y los aplausos volvieron la otra noche con los lamentos y la furia de su trompeta.
Citas ineludibles del Festival de Jazz de Madrid
El Festival de Jazz de Madrid brinda la oportunidad al aficionado de convertirse en un ser paranoico y asocial, cuando se le obliga a elegir entre tres conciertos imprescindibles en una misma noche. Ante la imposibilidad de abarcarlo todo, se impone mirar con lupa sobre un programa denso en el que hay para todos los gustos.
- Rembrandt Frerichs. Del minimalismo a las corales de J. S. Bach y la m¨²sica del Oriente Pr¨®ximo. Un m¨²sico de jazz abierto a los aires cosmopolitas de la Aldea Global. Fundaci¨®n Carlos de Amberes. Hoy.
- Randy Weston. A sus 85 a?os, es una leyenda del jazz en toda la extensi¨®n de la palabra. Pianista y compositor, su obra devuelve al jazz a sus or¨ªgenes en ?frica. Teatro Fern¨¢n G¨®mez. Ma?ana.
- Steve Coleman. Saxofonista y compositor, en los ochenta fund¨® el movimiento M-Base, dedicado a fusionar los sonidos del jazz con hip-hop y funk. Colegio Mayor San Juan Evangelista. D¨ªa 6.
- Frank Lacy. Ha tocado el tromb¨®n junto a los m¨¢s grandes, de Dizzy Gillespie a McCoy Tyner o Lester Bowie. Es un compendio de sabidur¨ªa jazz¨ªstica. En ella nunca falta el elemento imprescindible del swing. Caf¨¦ Central. Del 7 al 13.
- Romane. No son muchas las oportunidades que se le presentan al aficionado madrile?o de escuchar aut¨¦ntico jazz manouche. Romane (Patrick Leguidecoq, Par¨ªs, 1959), guitarrista, es un maestro consumado del g¨¦nero. Su m¨²sica acerca el legado del legendario Django Reindhart al groove del jazz contempor¨¢neo. Auditorio Conde Duque. D¨ªas 8 y 9.
- Robert Glasper. El nuevo fen¨®meno del piano de jazz. Un verdadero creador de tendencias. Glasper (Tejas, 1978) explora la faceta ac¨²stica de su m¨²sica con el Robert Glasper Trio. Teatro Fern¨¢n G¨®mez. D¨ªa 9.
- Mina Agossi. Es imprevisible, descarada, un aut¨¦ntico vendaval sobre el escenario. Nacida en Besan?on, Francia, de padre benin¨¦s, mezcla a Bjork con Billie Holiday, Jimi Hendrix y Thelonious Monk. Centro Cultural San Juan Bautista. D¨ªa 11.
- Brad Mehldau. Es el m¨¢s imitado entre los pianistas de jazz actuales. Regresa a nuestra ciudad en la compa?¨ªa de otro tit¨¢n del jazz contempor¨¢neo, el saxofonista Joshua Redman. Teatro Fern¨¢n G¨®mez. D¨ªa 12.
- Mois¨¦s P. S¨¢nchez. El futuro del jazz en Espa?a lleva su nombre. Con dos discos a sus espaldas, se revela como un pianista y compositor tan vers¨¢til como sorprendente. Auditorio Conde Duque. D¨ªa 13.
- Ben Sidran. Tiene algo de trovador, algo de historiador, algo de agitador pol¨ªtico. Pianista, cantante y compositor, nadie cuenta el jazz como ¨¦l (y muy pocos han cantado a Bob Dylan con su swing). Caf¨¦ Central. Del 14 al 20.
- Federico Fechner. Toca el tango como si fuera jazz y el jazz como si se tratara de un tango. Pianista y compositor, a lo suyo lo llama beboponga, una mezcla entre la milonga, el tango y el bebop de Charlie Parker. Auditorio Conde Duque. D¨ªa 15.
- Roy Haynes. A sus 86 a?os, el baterista preferido de Charlie Parker, Thelonious Monk y Chick Corea se mantiene en un estado de forma que para s¨ª quisieran muchos de los j¨®venes que le suelen acompa?ar sobre el escenario. Teatro Fern¨¢n G¨®mez. D¨ªa 15.
- Fred Hersch. El maestro del 90% de los pianistas de jazz contempor¨¢neos, de Brad Mehldau a Ethan Iverson, se presenta finalmente ante el p¨²blico madrile?o. Fred Hersch (Cincinnati, 1955) es una aut¨¦ntica leyenda en vida. Teatro Fern¨¢n G¨®mez. D¨ªa 16.
- Chefa Alonso. La m¨²sica desinhibida de Chefa, Cova Villegas, la Orquesta Foco... ser¨¢ la protagonista de cuatro intensas noches de improvisaciones a pecho descubierto y sin red. Bogui Jazz. Del 17 al 20.
- Nicole Henry. Es puro glamour. Una cantante de jazz al viejo estilo. Nadie, hoy en d¨ªa, canta los est¨¢ndares del jazz como Nicole Henry. Contar¨¢ con un acompa?amiento de lujo: la orquesta del saxofonista Bob Sands, integrada por los mejores solistas de nuestra ciudad. Teatro Fern¨¢n G¨®mez. D¨ªa 18.
- Uri Caine. Se adentra con similar fascinaci¨®n en la m¨²sica de Thelonious Monk que en las ¨®peras de Richard Wagner o en el hip-hop. En esta ocasi¨®n, el pianista nacido en Filadelfia presentar¨¢ su composici¨®n Las lamentaciones de Jerem¨ªas, con acompa?amiento de cuerdas y la cantaora Carmen Linares. Auditorio Nacional de M¨²sica. D¨ªa 21.
- Silvia P¨¦rez Cruz. Le da un gusto entre reposado y sensual a los cl¨¢sicos de la m¨²sica cubana. Del son cubano al jazz latino, y vuelta. La gerundense no pod¨ªa haber elegido mejor maestro de ceremonias: el contrabajista y arreglista Javier Colina viste las interpretaciones de la cantante con los mejores ropajes. Teatro Fern¨¢n G¨®mez. D¨ªa 19.
- Joachim K¨¹hn. Escuchar al que muchos consideran como el mejor pianista de jazz del mundo, un s¨¢bado por la ma?ana, totalmente gratis, es una oportunidad que no puede perderse. Interpretar¨¢ piezas de J. S. Bach vertidas al jazz sin acompa?amiento. Fundaci¨®n Juan March. 3 de diciembre.
- Carmen Par¨ªs. La aragonesa se re¨²ne con la saxofonista chilena Melissa Aldana para dar forma a una experiencia ¨²nica y sin precedentes. Jota y jazz caminando juntos de la mano por vez primera en la historia de ambos. Auditorio Conde Duque. 3 de diciembre.
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