"Fui demasiado ambicioso"
Sonr¨ªe menos y le cuesta hacer tantas bromas como de costumbre. Sin embargo, se prodiga en abrazos. El dedo coraz¨®n aparece lastimado, con una herida que ya cicatriza. El anular est¨¢ tapado. Aunque la mano, la derecha, se esconde debajo de la mesa. Jorge Lorenzo (Palma de Mallorca, 24 a?os) sab¨ªa que el Mundial estaba perdido antes de aquel accidente en Australia, para lo que no estaba preparado era para una lesi¨®n de aquel tipo -"la m¨¢s impactante de mi carrera"-; ni para ver morir a un colega en un circuito.
Pregunta. ?Qu¨¦ pens¨® cuando se quit¨® el guante?
Respuesta. Cuando me caigo, mientras ruedo por el suelo, siempre pienso: "que no me lesione". Cuando me golpe¨¦, pens¨¦: "podr¨¦ correr". No me dol¨ªa nada. Entonces, ya en pie, empez¨® a dolerme el dedo coraz¨®n, me quit¨¦ el guante: era una herida normal, nada grave. Cuando mir¨¦ el otro dedo vi que estaba fatal, hab¨ªa mucha sangre, me ve¨ªa el hueso, me faltaba m¨¢s de media falange. Fue impactante. Desagradable. Y empec¨¦ a decir: "Dios m¨ªo, Dios m¨ªo", porque es algo que suelo decir, pero me sal¨ªa en ingl¨¦s [r¨ªe]. Dije como 30 "oh my gods" y pas¨¦ de estar en la curva a la ambulancia.
"Cuando mir¨¦ hab¨ªa mucha sangre, me ve¨ªa el hueso, me faltaba m¨¢s de media falange"
"Stoner fue el ¨²nico que vino a verme. Supongo que pens¨® que le pod¨ªa haber pasado a ¨¦l"
"Me hubiese gustado no haber discutido nunca con Simoncelli y hablar m¨¢s con ¨¦l"
"Se ha visto que a¨²n no soy una m¨¢quina perfecta que controle sus emociones"
P. En el hospital se vivieron muchos nervios.
R. El dedo ten¨ªa muy mal aspecto, as¨ª que miraba a la cara de los dem¨¢s, esperaba que ellos me dijeran: "no es nada". Pero, en cambio, se quedaban con la boca abierta y algunos se echaban para atr¨¢s. El efecto era el contrario del que yo quer¨ªa, y eso me hac¨ªa preocuparme m¨¢s, me pon¨ªa de mala leche.
P. Stoner, que era as¨ª campe¨®n, fue enseguida a verle.
R. Es un detalle que le honra, porque ning¨²n piloto m¨¢s vino por all¨ª. Me dijo que lo sent¨ªa mucho, supongo que por lo que me hab¨ªa pasado y porque entend¨ªa que tambi¨¦n le pod¨ªa pasar a ¨¦l.
P. ?Lleg¨® a pensar que no podr¨ªa volver a correr?
R. No, solo en que hab¨ªa perdido ese dedo. Si te rompes una clav¨ªcula te ponen cuatro clavos y una placa y vuelves a tener clav¨ªcula, lo mismo si te rompes una pierna. Este dedo lo tendr¨¦ as¨ª para siempre; es dif¨ªcil de aceptar. Me siento un poco incompleto. Claro que, despu¨¦s de la tragedia de Simoncelli, lo que me ha pasado no es nada.
P. Conviven con las lesiones, pero cuando llegan...
R. Antes me deprim¨ªa m¨¢s f¨¢cilmente, le daba muchas vueltas a la cabeza. Ahora, si tengo que hacer reposo, asumo que hay que hacer reposo, y en lugar de pasarme ese tiempo comi¨¦ndome la olla y deprimido, lo paso con mis amigos, ri¨¦ndome y pas¨¢ndolo bien.
P. ?Cu¨¢nto tiempo cuesta recuperar el buen humor?
R. Me re¨ªa ya en el hospital del circuito. Estaba impactado, pero hac¨ªa bromas, me re¨ªa de m¨ª mismo. En el helic¨®ptero le dec¨ªa a H¨¦ctor [Mart¨ªn, su asistente] tonter¨ªas, como que a partir de ahora tardar¨¦ menos en cortarme las u?as o que el a?o que viene pesar¨¦ menos: "Igual necesitamos menos kilos para luchar con las Honda, me vendr¨¢ bien", dec¨ªa. El sentido del humor no hay que perderlo, da un poco de salsa a tu vida.
P. Vuelve a casa, pasan apenas unos d¨ªas y Simoncelli tiene un accidente fatal. No debi¨® ser f¨¢cil.
R. Mi madre hab¨ªa venido a verme y a cuidar de m¨ª esos d¨ªas en Barcelona, est¨¢bamos viendo la carrera y de repente vi la imagen de Marco en el suelo, sin casco. No rezaba porque no soy creyente, pero rogaba que no fuera nada. En unos pocos segundos, al ver que ¨¦l no se mov¨ªa, ya no esper¨¦ nada bueno.
P. "Perd¨®name por haber discutido contigo", le escribi¨® cuando asisti¨® a su funeral.
R. Hubiera preferido que aquello no saliera de ese libro; pero, al final, todo se sabe. A veces ves las cosas desde una perspectiva diferente, en funci¨®n del humor del que est¨¦s. Despu¨¦s de lo pasado me hubiese gustado no haber discutido nunca con ¨¦l. Y haber podido hablar con ¨¦l de ese tema lejos de las c¨¢maras. Lo hicimos alguna vez, pero est¨¢bamos los dos muy calientes como para poder hablarlo tranquilamente. Todo eso me sabe mal, despu¨¦s de algo as¨ª las discusiones y las carreras pasan a un segundo plano, son algo secundario. Lo importante es la vida y cuando un compa?ero la pierde, lo dem¨¢s no importa.
P. ?C¨®mo le recuerda?
R. No era su amigo, ni ten¨ªa una relaci¨®n muy estrecha con ¨¦l, pero fue un duro impacto para m¨ª. Era un chaval simp¨¢tico, alegre, y sobretodo, sencillo. Las personas aut¨¦nticas que se aceptan como son, como Marco, son las que valen la pena. Me hubiese gustado haberle conocido m¨¢s, pero ya es demasiado tarde.
P. ?Hab¨ªa advertido alg¨²n cambio en su pilotaje?
R. S¨ª. No s¨¦ si fue por la pol¨¦mica que creamos en torno a su agresividad o que ¨¦l mismo se dio cuenta por sus ca¨ªdas y sus errores. Pero entendi¨® que deb¨ªa ser m¨¢s paciente en seg¨²n qu¨¦ adelantamientos, mejor¨® y tambi¨¦n lo hicieron sus resultados. Entonces sucedi¨® algo que ¨¦l no merec¨ªa, fue una ca¨ªda normal, como las que podemos tener cualquiera de nosotros, y ocurri¨® lo peor en esas circunstancias: que te pasen por encima como le sucedi¨® a Tomizawa [fallecido en 2010]. No se pudo evitar. S¨ª es cierto que las motos son cada vez m¨¢s pesadas, que tienen m¨¢s potencia, o que el a?o que viene se llegar¨¢ a 360 km/h en la recta. Las motos corren mucho.
P. ?Los pilotos lloran?
R. Yo no soy una persona que llore mucho, pero a veces s¨ª lo hago. Me ocurre que cuando tengo que llorar, no lo hago, y cuando no deber¨ªa hacerlo me emociono por tonter¨ªas. As¨ª que, s¨ª, los hombres tambi¨¦n lloramos.
P. A pesar del mal sabor de boca por c¨®mo termina el a?o, ?qu¨¦ valoraci¨®n hace de su temporada?
R. Los resultados han sido mucho peores que el a?o pasado, que fue casi inmejorable. A pesar de eso y de tener una moto mucho menos competitiva, hemos logrado el subcampeonato. Pero, me arrepiento de la ca¨ªda de Silverstone, porque ten¨ªa que haber sido m¨¢s paciente y quiz¨¢ hubiera alargado la esperanza de lograr el t¨ªtulo. Pero en aquel momento sent¨ª que deb¨ªa arriesgar un poco m¨¢s y me sali¨® mal. La ca¨ªda de Phillip Island fue un error in¨²til, porque el campeonato ya estaba decidido y ten¨ªa muy pocas opciones. Fui demasiado ambicioso para intentar ganar a Stoner en su casa y con la moto que ten¨ªa. Lo vi desde lejos, me estaba acercando y me anim¨¦ demasiado. Aquello me sali¨® caro. Con la experiencia que tengo pensaba que ya era inmune a esos ataques de ambici¨®n. Se ha visto que todav¨ªa no soy una m¨¢quina perfecta que controla sus emociones.
P. Repite que este a?o ha pilotado mejor. ?En qu¨¦ ha mejorado?
R. He mejorado mucho la salida y mi pilotaje en agua. Tambi¨¦n he mejorado en intentar sacar m¨¢s partido a la moto que tengo.
P. ?Qu¨¦ ha fallado para no poder plantarle cara a Stoner?
R. Una moto, m¨ªnimo, medio segundo m¨¢s r¨¢pida.
P. ?Tiene planeadas ya sus vacaciones de invierno?
R. Las pasar¨¦ sudando en el gimnasio. Tengo que recuperar como sea este dedo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.