Les estamos vigilando

Votaremos en papel. Lo haremos como hemos hecho siempre desde que podemos elegir nuestro presente para influenciar nuestro futuro. En papel, como anta?o. Pero con un entorno muy distinto. Los tecnoelectores votar¨¢n en papel y no son ni una minor¨ªa ni una extravagancia. No podr¨¢s distinguirlos cuando te cruces con ellos por la calle.

Algo ha cambiado en nuestra sociedad. Las fuentes de informaci¨®n y de opini¨®n son distintas. La tecnolog¨ªa ha permitido que millones de personas se asomen desde infinidad de pantallas a millones de conversaciones. Tambi¨¦n de pol¨ªtica. Decisivas para formarse una opini¨®n. Claves para conocer realidades. Necesarias para decidir el voto. Ese es el sentido del t¨¦rmino tecnoelector. Esa es la clave de estas elecciones.

Estamos expuestos a m¨¢s informaci¨®n que nunca. Estamos conectados a m¨¢s personas que nunca. Con facilidad. Con rapidez. Retos para una pol¨ªtica de paso lento e incomprensible. Choque de trenes con la manera actual de entender la sociedad, la econom¨ªa, la pol¨ªtica... el progreso. No es extra?o que nuestros representantes y nuestras instituciones coticen a la baja.

Esos tecnoelectores que tomar¨¢n una papeleta, que son como t¨², han empezado a dar pasos. Son gente que ha tomado la iniciativa para cambiar las cosas. La pol¨ªtica 2.0 no es una carrera para ver qui¨¦n encabeza el ranking de seguidores en Twitter. La pol¨ªtica 2.0 es sumar la acci¨®n del ciudadano, hacerle part¨ªcipe. Los tecnoelectores no quieren recibir mensajes de partido, quieren emitirlos. Ya no quieren ser sujetos pasivos de las decisiones, quieren influir en ellas. Es m¨¢s, no es tanto un "querer" como un "poder". Los tecnoelectores influyen en las decisiones pol¨ªticas.

No es ciencia ficci¨®n. Centenares de miles de personas en Espa?a, esos tecnoelectores que no tienen nada de raro, no se quedan de brazos cruzados. No quieren esperar otros 1.461 d¨ªas -los que pasan entre elecci¨®n y elecci¨®n- para ser preguntados. Los tecnoelectores usan nuevas herramientas que demuestran el inter¨¦s de los ciudadanos por ejercer esa influencia. Y entre ellas destacan las plataformas de activismo online que, de manera especializada, canalizan el esfuerzo de miles de personas y lo convierten en cambios tangibles.

En nuestro pa¨ªs, plataformas como Actuable (que pronto se convertir¨¢ en Change.org) no solo han canalizado esas ganas de cambiar las cosas sino que se han convertido en una herramienta eficaz para lograrlo. Los resultados est¨¢n ah¨ª: en tan solo un a?o Actuable ha sido el catalizador de avances concretos en derechos civiles, en la protecci¨®n del medio ambiente y del bienestar animal o en el ¨¢mbito de la transparencia pol¨ªtica entre muchos otros.

Son logros que no han sido f¨¢ciles de obtener. Los ciudadanos se los han arrancado a empresas, instituciones y partidos pol¨ªticos con su acci¨®n decidida. No han sido gratuitos, sino que han requerido de la movilizaci¨®n a trav¨¦s de Internet de decenas, cientos e incluso miles de personas en un momento concreto para exigirle a la persona adecuada los cambios que queremos. Y en este a?o los pol¨ªticos se est¨¢n dando cuenta, por fin, de que no pueden ya ignorar a los ciudadanos como hac¨ªan antes.

Todos tenemos un m¨®vil en nuestra mano. Todos somos tecnoelectores. Los pol¨ªticos lo saben. Saben que ya no pueden hacer lo que les d¨¦ la gana porque saben que, a trav¨¦s de nuestras pantallas, les estamos vigilando.

Francisco Polo es fundador y director del movimiento en Internet Actuable.