?Vaya suerte la de algunos!

Joan Coscubiela, primer candidato de ICV por Barcelona, hizo ayer un acto en un local de Barcelona. Un sitio ¨ªntimo: 60 sillas, m¨¢s o menos llenas. Se trata de un local, explicaron algunos de los que tomaron la palabra, que da suerte a la formaci¨®n. El de ayer fue el tercer acto celebrado all¨ª. Antes los hubo con motivo de las elecciones auton¨®micas y de las municipales. ?Y vaya suerte! Ambas veces ICV gan¨® representaci¨®n, aunque perdi¨® el Gobierno. Pero ?vas a comparar el n¨²mero de esca?os logrados con su utilidad? Lo importante es poder decir en la noche electoral que se ha ganado. Como hace todo el mundo, para sorpresa de buena parte del personal, que no acaba de entender que ganen todos.

Ir a una charla de ICV tiene su gracia. All¨ª, al menos, todos hablan con soltura, respetan las concordancias de sujeto y predicado, y las m¨¢s de las veces no necesitan leer, quiz¨¢s porque creen en lo que dicen y saben de qu¨¦ hablan. Ayer intervino Coscubiela, pero lo hicieron tambi¨¦n Merc¨¨ Civit y Ricard Gom¨¤. A Laia Ortiz, que tiene la prosodia m¨¢s flojita, la dejaron descansar. La primera dej¨® algo muy claro: populares y socialistas no son lo mismo, pero no hay que caer en la tentaci¨®n del voto ¨²til.

Coscubiela inisiste en la contraposici¨®n entre lo viejo (la vieja pol¨ªtica, la vieja econom¨ªa, las viejas recetas) y lo nuevo, sin que esto signifique hablar del "hombre nuevo" de los tiempos sovi¨¦ticos.

Uno de los m¨¦ritos de ICV, sostiene Coscubiela, es haber puesto sobre el tapete la discusi¨®n sobre si gobierna la pol¨ªtica o lo hacen los mercados. No es mala cosa que la izquierda redescubra lo que el marxismo llamaba la "determinaci¨®n de la econom¨ªa en ¨²ltima instancia", que es precisamente eso: que gobierna el dinero en la sociedad que Josep Fontana llama en su estupendo ¨²ltimo libro (Por el bien del imperio, Editorial Pasado y Presente) del "capitalismo realmente existente". Los oradores se identificaron con el 15-M. Que no se entere Joan Herrera, a quien los indignados cosieron a pitidos, quiz¨¢s por confundir la victoria del partido (subjetiva) con la p¨¦rdida (objetiva) del poder.