Eternos parados si nadie lo impide
La Generalitat dice que hay 400.000 personas "dif¨ªcilmente empleables" - Sindicatos y trabajadores sociales denuncian que el Gobierno criminaliza a los m¨¢s d¨¦biles
El mes pasado, cada d¨ªa se apuntaron a las listas del paro en Catalu?a una media de 471 personas. Acudieron a ua ofina del Servicio de Empleo de Catalu?a (SOC), esperaron su turno y le expusieron su caso al orientador, y pasaron a ser un parado m¨¢s de los 615.558 registrados. Pero entre los desempleados tambi¨¦n hay clases. Seg¨²n la Generalitat, cerca de 200.000 catalanes est¨¢n sin trabajo simplemente porque no hay trabajo. Un bache. Pasar¨¢ y volver¨¢n a encontrar una empresa y un salario. Para el resto, alrededor de 400.000 personas, el Gobierno ve pocas soluciones. Son lo que Esther S¨¢nchez, secretaria de empleo, defini¨® el jueves como "parados con perfiles que los hacen dif¨ªcilmente empleables". ?No hay esperanza para ellos? Sindicatos y trabajadores sociales creen que la Generalitat criminaliza a los m¨¢s d¨¦biles para justificar la lentitud de sus acciones.
Seg¨²n el Gobierno, de los 615.000 parados, 200.000 trabajar¨¢n de nuevo
"Nadie, nunca, debe ser dado por perdido", advierte una experta de la UB
"Nadie, nunca, debe ser dado por perdido. Sentirse ¨²til es una necesidad humana. Todo el mundo, salvo por patolog¨ªas muy concretas, es recuperable. Y todo el mundo tiene habilidades que la sociedad puede aprovechar", defiende Ariadna Munt¨¦, trabajadora social y profesora de esta especialidad en la Universidad de Barcelona. "Todos tenemos un bagaje que nos deja habilidades. Pero muchas veces esa experiencia no est¨¢ reconocida. Una mujer que se haya dedicado a sus hijos, por ejemplo, puede tener habilidades que se puedan recuperar para trabajos relacionados con el cuidado de personas. Se puede reciclar a quienes se han dedicado a la venta ambulante o a la econom¨ªa sumergida", explica.
?Qui¨¦nes son los "poco empleables" de los que habla la Generalitat? En general, se dibuja un perfil de personas con niveles de formaci¨®n muy bajos, de edad avanzada o una experiencia laboral poco especializada. Si cualquiera de los responsables de Empleo conocieran a Jorge Drahovzal, probablemente le colgar¨ªan esa etiqueta. Tiene 50 a?os, emigr¨® de la Rep¨²blica Checa hace 10 a?os y se encuentra sin empleo desde hace m¨¢s de dos. Sin formaci¨®n acad¨¦mica superior, sali¨® de su pa¨ªs esperanzado por un futuro m¨¢s pr¨®spero, en plena fiebre del ladrillo. Trabaj¨® en Alemania, Polonia y Holanda. Despu¨¦s, recal¨® en Espa?a sin contrato. La aventura le sali¨® bien: se dirigi¨® a una oficia de empleo y a los dos d¨ªas ya trabajaba como pe¨®n en una obra de Mallorca: ocho horas diarias, 1.500 euros al mes. "Ten¨ªa un piso con terraza, comida, consegu¨ª los papeles... pero lleg¨® la crisis", explica apoyado en las escaleras de un supermercado de Tarragona, al que acude para pedir limosna. Drahovzal acab¨® despedido. Lleg¨® a Catalu?a, cobr¨® el paro seis meses, acab¨® sus ahorros y empez¨® su calvario: dos a?os sin ninguna ayuda econ¨®mica. Dice que busca trabajo incansablemente, se desplaza en tren o haciendo autoestop y cuelga carteles en todas las farolas. Se ofrece para obras, chapuzas o el campo. Vive en Tortosa (Baix Ebre), en una casa abandonada en la que no hay ni agua ni gas, que comparte con un matrimonio que tambi¨¦n pasa penurias econ¨®micas. Sostiene que no quiere perder la ilusi¨®n, pero no cree que vaya a encontrar nada pronto. Aferrado a su mochila, con los zapatos rotos y las gafas reparadas a base de tiritas, explica con amargura que le preocupa su edad y le da miedo que la crisis sea para ¨¦l indefinida. ?No hay esperanza para Drahovzal?
"Es necesario encontrar las herramientas para que nadie se quede fuera", opina Dolors Poblet, directora de la agencia de colocaci¨®n de Manpower. Lo primero, apunta, es segmentar bien a este grupo de parados de complicado futuro. "Es b¨¢sico para dar atenci¨®n personalizada, un seguimiento y una orientaci¨®n individual. No es el momento de distraer a nadie, sino de aprovechar el tiempo", advierte.
4La clave, cree Munt¨¦, ser¨¢ lograr el reconocimiento de esas habilidades profesionales y una formaci¨®n ocupacional de calidad. "Los cursos que se ofrecen a este tipo de personas muchas veces no cumplen sus expectativas, y acaba siendo perverso. Acuden con esperanza y esfuerzo; pero si la formaci¨®n no est¨¢ dise?ada para el mercado laboral, no les sirve de nada, lo que acaba contribuyendo a la espiral", apunta Munt¨¦.
El Departamento de Empresa y Empleo tambi¨¦n ha hablado de la necesidad de segmentaci¨®n, orientaci¨®n, estudio de competencias y reforma de los cursos. El problema es que, de momento, son m¨¢s palabras que hechos. "Hay personas que llevan un a?o esperando un curso. Y la Generalitat tard¨® 10 meses en convocarlos. Se est¨¢ haciendo un esfuerzo de an¨¢lisis, es cierto; pero la voluntad de cambiar cosas no debe suponer paralizar todas las acciones durante un a?o", denuncia en¨¦rgica Cristina Faciaben, secretaria de socioeconom¨ªa de CC OO de Catalu?a. Dice que est¨¢ cansada de o¨ªr decir al Gobierno que hay 400.000 parados que dif¨ªcilmente trabajar¨¢n nunca. Est¨¢n criminalizando al desempleado y est¨¢n us¨¢ndolo para justificar la falta de resultados de su pol¨ªtica, considera. "?Hay gente con carencias? S¨ª. Pero para eso est¨¢ el SOC. Necesitan formaci¨®n y orientaci¨®n, no ser criminalizados", zanja Adela Carri¨®, secretaria de an¨¢lisis e investigaci¨®n de UGT de Catalu?a.
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