Ah¨ª os qued¨¢is
Berlusconi deja a Europa al borde del naufragio - Las crecientes dificultades del pa¨ªs para pagar su deuda hacen temer un desastre en toda Europa
Italia no puede caer. Bruselas no lo puede permitir. La semana que la econom¨ªa italiana ha bordeado las fronteras del rescate financiero, estas expresiones se han repetido en Europa, como ley, como desider¨¢tum, en medio del p¨¢nico. "Un desastre. El Mercado ?nico tendr¨ªa problemas. Por eso no suceder¨¢. Hay un precedente hist¨®rico en la ruptura de la Uni¨®n Sovi¨¦tica". La respuesta de Charles Wyplosz a la pregunta de qu¨¦ pasar¨ªa si Italia suspendiera pagos y se desgajara de la Uni¨®n Monetaria es contundente, rechaza la opci¨®n m¨¢s apocal¨ªptica. En su telegr¨¢fica respuesta por escrito, al director del Centro de Estudios Monetarios y Financieros de Ginebra se le nota incluso cierto enojo por una pregunta que ha tomado cuerpo al mismo ritmo que la prima de riesgo y la rentabilidad de los bonos italianos sub¨ªan al nivel en que Grecia, Irlanda y Portugal pidieron tomar el aceite de ricino que les ofrec¨ªan el Fondo Monetario Internacional y la Uni¨®n Europea, es decir, el rescate financiero.
La ca¨ªda de Italia no solo afectar¨ªa a Espa?a, amenazar¨ªa tambi¨¦n a Francia
La situaci¨®n vivida esta semana en los mercados no se puede mantener
"Italia precisa reformas. Sus l¨ªderes son un obst¨¢culo", dice un economista
El BCE tiene que ser un banco de ¨²ltimo recurso, reclaman los expertos
La salida de un pa¨ªs perif¨¦rico del euro costar¨ªa 11.500 euros por ciudadano
La ruptura de la zona euro es algo muy improbable a d¨ªa de hoy
Los problemas graves para el euro comenzaron en Atenas hace m¨¢s de dos a?os. El drama griego se ha agravado en cada acto. Fue un factor decisivo para llevar al rescate a Irlanda, contagi¨® irremediablemente a Portugal y lleg¨® al paroxismo la semana pasada en la escena del refer¨¦ndum fallido que se llev¨® por delante al primer ministro, Yorgos Papandreu. Los focos ahora iluminan con fuerza al teatro italiano. Las eternas promesas incumplidas de reformas y ajustes de Silvio Berlusconi lo han sentenciado. La prima de riesgo -con la ayuda inestimable del Banco Central Europeo, de los l¨ªderes europeos y del presidente de la Rep¨²blica, Giorgio Napolitano- le ha dado el empuj¨®n. En este tiempo y en cada acto, aunque pueda parecer mentira por la grandilocuencia de los titulares de prensa desde el primer d¨ªa, el l¨ªo de la deuda p¨²blica ha ido a m¨¢s por la incapacidad europea para desatarlo. A mucho m¨¢s.
Para entender por qu¨¦ el embrollo del euro no ha dejado de crecer hasta amenazar su propia existencia y ha puesto a Europa al borde de otra recesi¨®n, hay que dar un vistazo a los datos. Basta con comparar dos. La deuda soberana de Grecia asciende a unos 230.000 millones de euros. La de Italia, a 1,8 billones (120% del PIB). La quiebra de la primera, siquiera parcial, pon¨ªa de los nervios a los inversores y a la banca; la de la segunda espanta al mundo. Incluso entre quienes, como Wyplosz, lo contemplan como una posibilidad, cunde el temor de sus secuelas: "El tama?o de la deuda italiana es de una magnitud completamente distinta de la griega. Por supuesto, es probable un default, mucho m¨¢s peque?o, pero sus consecuencias ser¨ªan severas".
De esa severidad hablan los 177.000 millones que los grandes bancos europeos acumulaban en t¨ªtulos de deuda italiana el 30 de junio, seg¨²n la entidad suiza UBS. Antes de completarse, la recapitalizaci¨®n que los l¨ªderes europeos y la m¨¢xima autoridad bancaria europea acordaron a finales de octubre (106.000 millones) resultar¨ªa insuficiente. "El sistema financiero italiano est¨¢ muy conectado con el resto de Europa, sobre todo con Austria y Francia", advierte Guntram Wolff, subdirector del Instituto Bruegel de Bruselas, un think tank de corte europe¨ªsta, descartando por las consecuencias, una ca¨ªda de Italia y su salida de la zona euro. Dicho de otra forma, la crisis financiera entrar¨ªa en una dimensi¨®n desconocida. La ca¨ªda de Lehman Brothers y el triste y arrogante papel de su consejero delegado, Richard Fuld, se ver¨ªa como un juego de ni?os ante Italia y Silvio Berlusconi.
El disparo de Wolff va mucho m¨¢s lejos de lo que apuntaban los an¨¢lisis tradicionales, que miraban a Espa?a. El pasado agosto, los mercados se?alaron a Italia como la pr¨®xima v¨ªctima. Su prima de riesgo -la rentabilidad que exigen los inversores por comprar los bonos italianos a 10 a?os frente a los de Alemania- super¨® a la espa?ola. Ahora, el triste sorpasso no supuso que Espa?a se alejara de la zona de peligro. Esta misma semana el castigo a Italia ha arrastrado a la prima espa?ola a su m¨¢ximo hist¨®rico en la zona euro. Pero los m¨¢s de 44.000 millones que los bancos franceses poseen en deuda italiana llevan a Wolff a se?alar a este pa¨ªs.
Las alarmas han saltado. Italia ha entrado en zona de riesgo extremo. El mi¨¦rcoles se encendi¨® una luz roja intensa. La c¨¢mara de compensaci¨®n LCH Clearnet -un intermediario y asegurador entre prestamista y prestatario en el mercado interbancario- rebaj¨® el valor de la deuda italiana como aval en las operaciones entre entidades financieras. Grecia, Irlanda y Portugal no pudieron soportar este golpe.
Urge una soluci¨®n. Lo vivido esta semana en los mercados es insostenible durante mucho tiempo. Daniel Gros, director del Centro de Estudios Pol¨ªticos Europeos, apenas da dos meses. Incluso hay voces que acortan mucho este plazo. Dos semanas da Wolff. Y eso que la prima de riesgo italiana baj¨® hasta los 456 puntos b¨¢sicos el viernes al quedar claro que el tecn¨®crata y excomisario europeo Mario Monti iba a suceder a Berlusconi.
Menos concreto es el historiador econ¨®mico Kevin O'Rourke. Tambi¨¦n ¨¦l mete prisa. En la cabeza de este profesor del Trinity College de Dubl¨ªn, est¨¢n los tipos de inter¨¦s que reclamaban los inversores por la deuda italiana esta semana, por encima del 7% en los plazos superiores a dos a?os.
Si se analiza la estructura de la deuda italiana de forma aislada, como una foto fija, salta la sorpresa. Roma tiene tiempo. Paga un inter¨¦s conjunto del 4,5% por un vencimiento medio de siete a?os. Calcula UBS que todav¨ªa hay un punto de margen hasta que los tipos medios lleguen a hacerse insostenibles para Italia.
Pero la realidad y los mercados est¨¢n desprovistos de condicionales. La deuda italiana se ha encarecido a una velocidad vertiginosa en el ¨²ltimo mes. En octubre el mercado exig¨ªa un 4,1% por la deuda a dos a?os; esta semana ha llegado a pedir casi un 7,5%. Lleg¨® a superar a la de 10 a?os, todo un s¨ªntoma de que los inversores sospechan que el riesgo de impago es mayor a corto plazo.
"El problema es de confianza pol¨ªtica. No creo que la situaci¨®n sea insostenible. Italia est¨¢ en la senda griega pero tiene tiempo para rectificar", explica el economista italiano Michele Boldrin, catedr¨¢tico de la Universidad de San Luis, en Estados Unidos, "la soluci¨®n est¨¢ en cambiar con reformas estructurales [fiscal, laboral, pensiones] las expectativas de los mercados". Boldrin ve un incendio en Roma, pero conf¨ªa en que Monti sea el bombero. Agua para apagar las llamas no falta: el d¨¦ficit es bajo (acabar¨¢ 2011 en el 4% y 2012, en el 2,3%), tiene una econom¨ªa diversificada, cuenta con grandes empresas multinacionales y suma una gran capacidad de ahorro interno.
La pregunta es, ?cu¨¢ntos italianos son conscientes en realidad de la gravedad de la situaci¨®n que vive el pa¨ªs? La respuesta se puede buscar interpretando dos fuentes poco ortodoxas pero s¨ª representativas. Los sondeos m¨¢s recientes dicen que la mitad de la poblaci¨®n quiere un nuevo Gobierno surgido de las elecciones, y que la otra mitad es partidaria de un Ejecutivo t¨¦cnico. Eso quiere decir que un buen n¨²mero de ciudadanos -al menos la primera mitad- no es consciente de la gravedad del enfermo. La convocatoria de elecciones anticipadas -la opci¨®n de Berlusconi para quedarse una temporada m¨¢s a la sombra del poder y no a la sombra que le tienen reservada los jueces- supondr¨ªa al menos tres meses de aqu¨ª a las urnas y un mes m¨¢s, tirando por lo bajo, para formar Gobierno. Es bastante probable que el enfermo muriera en la ambulancia, a kil¨®metros de distancia del hospital.
La raz¨®n del desconocimiento se puede buscar en lo raro de la enfermedad -?qui¨¦n hab¨ªa o¨ªdo hablar hace unos meses de muchos de los t¨¦rminos t¨¦cnicos ahora en boga?- pero tambi¨¦n en que los telediarios italianos, muy prolijos en el seguimiento de la crisis pol¨ªtica, apenas explican la econom¨ªa. Salvo el 10% que lee la prensa diaria, el resto apenas puede hacerse una idea de la situaci¨®n si la ¨²nica informaci¨®n que maneja es la que le sirven los telediarios a la hora del almuerzo o de la cena. Tambi¨¦n hay que tener en cuenta, claro est¨¢, el efecto mim¨¦tico de la poblaci¨®n con los l¨ªderes pol¨ªticos de su preferencia. La derecha que representa la Liga Norte de Umberto Bossi o el Pueblo de la Libertad (PDL) de Silvio Berlusconi no quiere un Gobierno t¨¦cnico dirigido por un hombre intachable que lo primero que ha dicho es que se acabaron los privilegios. Por el contrario, y siempre a grandes rasgos, los seguidores del centro pol¨ªtico y de la izquierda s¨ª quieren que Mario Monti, ligeramente m¨¢s respetado en Bruselas que Berlusconi, meta al enfermo en el hospital lo antes posible.
La primera medicina que receta el economista italiano Emiliano Carluccio es un nuevo impuesto sobre patrimonio. "Esto en realidad es un default encubierto sobre los ahorradores italianos. Permitir¨¢ reducir la deuda de golpe unos 10 ¨® 15 puntos o no tener que acudir a los mercados durante un tiempo", explica. A partir de ah¨ª, en su opini¨®n, los pol¨ªticos italianos deber¨ªan hacer reformas que pongan en marcha una econom¨ªa casi estancada en los ¨²ltimos 15 a?os. Pero Carluccio tiene poca fe en esta segunda parte: "Italia necesita desesperadamente reformas liberales, igual que Espa?a, pero tiene una clase dirigente que, desde los principales partidos hasta la Iglesia y la patronal, son profundamente antiliberales. Y Berlusconi siempre ha sido el m¨¢s antiliberal de todos".
"La econom¨ªa italiana est¨¢ completamente paralizada. Sin duda en parte es consecuencia de la coyuntura internacional, pero en Italia la crisis es amplificada por graves problemas locales. En este pa¨ªs se ha perdido desde hace tiempo la cultura del m¨¦rito. Se halla inmovilizado en una telara?a de corporaciones y redes clientelares que impiden la liberaci¨®n de energ¨ªas. Quienes han gobernado en los ¨²ltimos a?os no han intervenido en esta situaci¨®n, prefiriendo gobernar para mantenerse en el poder a gobernar con la vista puesta en el futuro del pa¨ªs", comenta con tono amargo Fabrizio Lazzarin.
Romano, de 36 a?os, este ingeniero con 10 a?os de experiencia es un s¨ªntoma paradigm¨¢tico de un sistema econ¨®mico que, como la sociedad civil, est¨¢ estancado y es incapaz de aprovechar las fuerzas y las cualidades de las nuevas generaciones. Lazzarin no tiene trabajo y no vislumbra oportunidades. Incluso los ingenieros lo pasan mal ahora en Italia.
El mismo recetario de Carluccio aplicar¨ªa Gros, del CEPR, que a?ade a la lista una reforma constitucional que comprometa al equilibrio presupuestario y un pacto de competitividad que reduzca los costes laborales.
Wyplosz, por su lado, comparte la necesidad de cambios estructurales, pero rechaza que el tratamiento tenga que prescribir un plan de austeridad. "Italia necesita crecer, y para eso hacen falta reformas de largo recorrido y rebajas de impuestos en el corto plazo". Entretanto el Banco Central Europeo tiene que comprar bonos en cantidades ingentes. Entre 40.000 y 60.000 millones por semana, calcula UBS, que relajar¨ªan mucho la presi¨®n sobre Espa?a e Italia. A esto el lenguaje t¨¦cnico le llama convertir al BCE en un prestamista de ¨²ltimo recurso.
Europa todav¨ªa no tiene preparadas las herramientas financieras para salir en auxilio de Italia (ni de Espa?a, el otro gran pa¨ªs sist¨¦mico en los mercados). El fondo de rescate actualizado y ampliado hasta el bill¨®n de euros aprobado el pasado 26 de octubre todav¨ªa no est¨¢ listo. Lo mismo pas¨® en julio. Los dirigentes europeos sacan un pacto a duras penas y se enredan con los detalles a la hora para ponerlo en marcha. Lo que al d¨ªa siguiente de acordarse parec¨ªa la salvaci¨®n del euro, semanas despu¨¦s es solo una pistola de juguete incapaz de atemorizar a un ni?o -mucho menos a fondos de inversi¨®n de alto riesgo con muchos millones en su cartera- por no estar listo r¨¢pido.
Seg¨²n los n¨²meros del BBVA, con estos la zona euro hubiera comprado entre dos y tres a?os para corregir sus desequilibrios. No lo cree as¨ª Barclays, que reclama al BCE que se convierta en el prestamista de ¨²ltimo recurso que s¨ª son el Banco de Inglaterra o el de Jap¨®n, con lo que evitan que pa¨ªses con perspectivas similares a las de Italia tengan su deuda enfangada en los mercados secundarios.
Es lo mismo que reclama el historiador O'Rourke, no solo para Italia sino para el conjunto de la zona euro: "Necesita un banco central que est¨¦ dispuesto a hacer de prestamista de ¨²ltimo recurso, m¨¢s que otras cosas. Por el camino necesita elementos de uni¨®n fiscal, asumiendo que esto puede construirse de forma democr¨¢tica, pero sobre todo necesita un banco central propio. De lo contrario, no podr¨¢ sobrevivir".
Este fantasma es el que ha tomado cuerpo esta semana, al mismo tiempo que sub¨ªa la prima de riesgo de Italia. Este o el de una zona euro sin los m¨¢s d¨¦biles. Pero sus duras consecuencias llevan a descartar esta posibilidad. Lo hizo el pasado viernes la canciller alemana, Angela Merkel, al trascender las informaciones de que ella y el presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, se plantean una zona euro donde un n¨²cleo duro de pa¨ªses sin problemas de financiaci¨®n (Alemania, Holanda, Luxemburgo, B¨¦lgica y Francia) tomara el control.
"El euro sin Italia no tiene sentido. Adem¨¢s, si Italia deja el euro habr¨ªa un ataque inmediato contra Espa?a y otros miembros d¨¦biles, posiblemente incluso contra Francia", analiza Gros, "y el resultado de una disoluci¨®n de la zona euro ser¨ªa la madre de todas las crisis financieras".
Pocos se atreven a calcular las consecuencias. Wolff, advirtiendo de lo improbable de este escenario, estima a bote pronto una ca¨ªda del producto interior bruto de entre el 20% y el 30%. UBS s¨ª que ha sacado la calculadora, pero no para una desintegraci¨®n, sino para la salida del sistema monetario de alguno de sus miembros m¨¢s d¨¦biles (Grecia, Portugal, Irlanda, Espa?a, Italia). Seg¨²n la entidad suiza, el coste por ciudadano el primer a?o estar¨ªa entre los 11.500 y 9.500 euros, los siguientes la factura ascender¨ªa a un m¨¢ximo de 4.000.
Pero hay que recordar lo improbable de esta encrucijada hoy. La zona euro no tiene ning¨²n mecanismo de salida ni de expulsi¨®n listo. Y esto est¨¢ presente en la respuesta de Wyplosz cuando se le pregunta sobre esta disyuntiva para el caso italiano y casi la rechaza de plano: "Esto es muy improbable. ?Por qu¨¦ quiere hablar de eso? ?Por qu¨¦ no concentrarse en lo fundamental como el tama?o del default italiano, el impacto sobre los bancos en Italia y en otros lugares, la posibilidad de contagio a Espa?a y Francia? Estas son cuestiones de inter¨¦s inmediato que necesitan una reflexi¨®n cuidadosa. Tal vez es menos sexy...".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.