Gobierno y autonom¨ªas ni ven ni oyen

La televisi¨®n digital terrestre ha tra¨ªdo consigo canales dedicados exclusivamente a la emisi¨®n de programas de videncia, brujer¨ªa y esoterismo. Algunas emisoras explotan una licencia legal, pero muchas otras se han instalado en el dial sin ninguna autorizaci¨®n administrativa. Son canales piratas. Se aprovechan de la indiferencia y la dejaci¨®n de los poderes p¨²blicos para emitir con impunidad. Vulneran la ley por partida doble: por un lado, ofrecen contenidos de adivinaci¨®n en horario de protecci¨®n infantil; y, por otro, emiten sin tener adjudicada una frecuencia.

Pero la Administraci¨®n ni ve ni oye a los echadores de cartas ni quiere enterarse de las estafas a las que, a menudo, se somete a los espectadores. El Ministerio de Industria, responsable de marcar la pol¨ªtica audiovisual, y las comunidades, con competencias en sus respectivos territorios, se tiran la pelota de un lado a otro. Esquivan la responsabilidad a la hora de cerrar los cada vez m¨¢s numerosos canales.

En Madrid, por ejemplo, el Ejecutivo que preside Esperanza Aguirre (PP) ha declinado en los ¨²ltimos meses toda responsabilidad sobre estos operadores para descargarla sobre Industria. A su vez, el ministerio responde que la competencia para limpiar el dial de contenidos irregulares y de empresas sin licencia es de la comunidad.

?A qui¨¦n le corresponde la tarea? El vicesecretario general de Comunicaci¨®n del PP, Esteban Gonz¨¢lez Pons, afirm¨® la semana pasada que la competencia es auton¨®mica. "Hay un problema", advirti¨®, ya que "ninguna comunidad aut¨®noma se quiere enfrentar a una radio o una televisi¨®n sin licencia". Los socialistas reclaman un acuerdo de alcance pol¨ªtico. "No puede ser que una Administraci¨®n vaya de guapa dando las licencias y otra de fea cerrando los canales".