El voto de la butxaca

Nacido hace 59 a?os en la franja catalano hablante de Huesca, Josep Antoni Duran i Lleida es un fijo en el hemiciclo del Congreso desde 1982, con breves eclipses para desempe?ar cargos en la Generalitat. Bien valorado por lo general en las encuestas, solo en las dos ¨²ltimas elecciones ha encabezado las listas de CiU y en ambas cosech¨® el peor resultado hist¨®rico de su grupo: diez esca?os. Sabe que se juega mucho este domingo y por eso puso en marcha su maquinaria en cuanto se anunci¨®, a finales de julio, el adelanto electoral. Lleva tres meses largos de campa?a, a raz¨®n de tres actos p¨²blicos en las ¨²ltimas semanas, que paga a veces con gestos descontrolados de irritaci¨®n ante c¨¢maras y micr¨®fonos que su narcisismo le impide eludir.

Duran contaba con que la ca¨ªda del PSC le aupara al liderazgo y ahora el PP le disputa el segundo puesto

Contaba con un hundimiento socialista que le aupara al liderazgo en Catalu?a y ahora mismo tiene que mirar por el retrovisor para que el PP no le relegue a la tercera plaza, lo que ser¨ªa una cat¨¢strofe para su grupo. En su marat¨®n preelectoral no ha tenido empacho en disputarle al PP el voto ultra con sus pronunciamientos contra los matrimonios homosexuales, a favor del endurecimiento de la ley migratoria o su desprecio a la pol¨ªtica de subsidios agrarios en Andaluc¨ªa. Su programa econ¨®mico encaja sin dificultad con el de Rajoy, al que reprocha haber copiado algunas de sus ideas, y se postula para componer ese retrato dialogante que pregona el l¨ªder popular, al tiempo que saca la calculadora para poner en valor unos votos que podr¨ªan permitir al PP conseguir mayor¨ªas cualificadas sin el concurso del PSOE.

Como veterano pol¨ªtico sabe que cuando alguien goza de mayor¨ªa absoluta es m¨¢s propenso a buscar la adhesi¨®n que la negociaci¨®n y no esconde su temor a que su gran bandera, el pacto fiscal, se hunda ante las urgencias del calendario econ¨®mico. Para que no queden dudas de su buena disposici¨®n, el s¨¢bado reivindic¨® las bondades del pacto del Majestic, que en 1996 sell¨® la alianza de CiU con un Aznar en minor¨ªa, despu¨¦s de haber sostenido a Gonz¨¢lez en la legislatura anterior. En su defensa apel¨® a las inversiones aprobadas por Aznar para el puerto y el aeropuerto. Ninguna alusi¨®n, faltar¨ªa m¨¢s, a la reciente llegada del AVE a Barcelona, al espl¨¦ndido aeropuerto inaugurado hace unos meses o a las mejoras de financiaci¨®n logradas con un Estatuto que CiU apoy¨® y el PP recurri¨® al Constitucional. La coherencia del pragmatismo.

Los indecisos desencantados del PSC son en esta recta final la diana de Duran i Lleida para competir no por la segunda plaza, sino por la primera. Su principal ca?¨®n en esta batalla es la balanza fiscal, que seg¨²n el consejero Andreu Mas-Colell producir¨¢ este a?o un d¨¦ficit de 16.000 millones de euros, un 8% del PIB catal¨¢n. Y con ese contador a cuestas viaja Duran i Lleida por su mapa de m¨ªtines. Desde su silencioso despacho de expresidente, en la Diagonal barcelonesa, Jos¨¦ Montilla discute la validez de este c¨¢lculo, que en su opini¨®n refleja el sistema anterior de financiaci¨®n (heredado de Aznar) y que se reducir¨ªa al 5% el pr¨®ximo a?o con el pleno despliegue de la f¨®rmula fijada en el Estatuto. No tan lejos del 4% que los convergentes reclaman como techo de solidaridad invocando el modelo alem¨¢n.

Badalona es una gran ciudad del cintur¨®n industrial de Barcelona, feudo tradicional del PSC, que en las ¨²ltimas elecciones municipales se decant¨® por el PP. De mayor¨ªa castellano hablante, no es una plaza f¨¢cil para Duran i Lleida. El discurso nacionalista no tiene aqu¨ª mayor tir¨®n, pero s¨ª el del paro y los est¨ªmulos para crear empleo. En un teatro de reducido aforo culpa a la incompetencia socialista de la escalofriante cifra de cinco millones de parados y reclama al PP ese pacto fiscal que como b¨¢lsamo de Fierabr¨¢s dar¨ªa a Catalu?a los recursos necesarios para crear empleo y mantener el Estado del bienestar.

La carteler¨ªa de CiU muestra un perfil de Duran i Lleida con Mas en segundo plano. Su lema, For?a, evoca aquel Forza Italia que catapult¨® a Berlusconi. Su apelaci¨®n final en m¨ªtines y entrevistas es todo un monumento al idealismo: "Vota con la butxaca" [el bolsillo].