El PP se distancia de los cargos imputados en el 'caso Emarsa'

El PP ha decidido distanciarse de sus cargos imputados en el caso Emarsa, donde se investiga el saqueo de los fondos p¨²blicos que, supuestamente, realizaron los responsables de la depuradora de Pinedo en Valencia.

El pasado viernes fue la direcci¨®n regional del PP quien suspendi¨® de militancia a Esteban Cuesta, exgerente de Emarsa y cargo local del partido en la ciudad de Valencia, ante la pasividad de la alcaldesa Rita Barber y del presidente local del partido, Silvestre Senent.

Ayer fue el presidente de la Diputaci¨®n y del PP provincial de Valencia, Alfonso Rus, quien se distanci¨® de su vicepresidente en la Corporaci¨®n provincial y alcalde de Manises, Enrique Crespo, imputado en el caso Emarsa el pasado 25 de octubre por los supuestos delitos de malversaci¨®n de caudales p¨²blicos, estafa continuada y delitos societarios. Rus, que hasta ahora hab¨ªa defendido al alcalde de Manises, no tuvo ayer ninguna palabra de aliento para su vicepresidente.

Garc¨ªa recib¨ªa pagar¨¦s meses antes de hacer las facturas que los justificaban

El inform¨¢tico cobr¨® 10.600 euros por un sistema de control que no se implant¨®

Alfonso Rus se?al¨® que, "cuando surja cualquier tema, la direcci¨®n regional del partido actuar¨¢ de la misma manera que lo ha hecho en el caso de Cuesta". Es decir, apart¨¢ndolo del PP si se confirman los indicios de delito. El presidente de la Diputaci¨®n de Valencia -que ayer anunci¨® que reducir¨¢ el cap¨ªtulo de personal un 7,7% en 2012 sobre un presupuesto que rondar¨¢ los 361 millones de euros- recalc¨® que lo sucedido en Emarsa "no est¨¢ dentro de las competencias de la Diputaci¨®n de Valencia y en cualquier caso la valoraci¨®n debe hacerse en el partido".

En su intervenci¨®n ante los medios de comunicaci¨®n, Alfonso Rus solo puso una reserva, record¨® que Crespo "todav¨ªa no ha ido a declarar por lo que la direcci¨®n del PP no actuar¨¢ hasta que se escuche" su versi¨®n.La direcci¨®n regional del PP justific¨® su decisi¨®n de apartar del partido al exgerente de Emarsa Esteban Cuesta porque en sus declaraciones ante el juez ya hab¨ªa reconocido la existencia de irregularidades en su gesti¨®n. Sin embargo, la decisi¨®n de apartarlo del PP se adopt¨® ante la pasividad de la c¨²pula del partido en Valencia, que no hizo nada por retirar a Cuesta como presidente del distrito popular de Poblats de l'Oest.

El caso Emarsa se inici¨® con una denuncia de los socialistas, que llevaron a la fiscal¨ªa sus sospechas sobre el desfalco cometido en la sociedad p¨²blica encargada de la depuraci¨®n del agua de Valencia. Semanas despu¨¦s la Emshi (Entidad Metropolitana de Servicios Hidr¨¢ulicos) controlada por el PP y presidida por Crespo, present¨® una querella por los hechos. En una iron¨ªa del destino, el alcalde de Manises est¨¢ ahora imputado en la causa a petici¨®n, entre otros, de la Emshi, que ahora preside el alcalde de Tavernes Blanques y domina (como ha hecho hist¨®ricamente) el Ayuntamiento de Valencia.

Emarsa fue liquidada el a?o pasado con un agujero de 17 millones de euros despu¨¦s de haber pagado cantidades millonarias (que la Emshi estima en m¨¢s de 30 millones de euros) por servicios y suministros falsos. El juez y la fiscal¨ªa creen que ello fue posible debido a la confabulaci¨®n entre directivos de la entidad y un grupo de empresarios.

Ayer continu¨® el interrogatorio al imputado Sebasti¨¢n Garc¨ªa, que era proveedor de Emarsa (le factur¨® 4,5 millones de euros entre 2004 y 2010) y actuaba a la vez como jefe de inform¨¢tica de la sociedad p¨²blica. El juez Vicente R¨ªos le pregunt¨® por los tres viajes que hizo a Ruman¨ªa a gastos pagados por Emarsa, que incluyeron alojamiento en hoteles de lujo en Bucarest. Garc¨ªa afirm¨® que la direcci¨®n de Emarsa le pidi¨® que se uniera a su comitiva para prestar "apoyo t¨¦cnol¨®gico". El objetivo del viaje, dijo, era inspeccionar dos depuradoras rumanas ya construidas que Emarsa ten¨ªa pensado explotar "por subvenciones de la Comunidad Europea".

La versi¨®n de Garc¨ªa, siendo extra?a (Emarsa no ten¨ªa capacidad legal para ese tipo de proyectos, que por otra parte no constan en la documentaci¨®n analizada en la investigaci¨®n), result¨® adem¨¢s contradictoria con la que en su momento ofreci¨® Esteban Cuesta, exgerente de la sociedad p¨²blica. Cuesta afirm¨® que los m¨¢s de 60 viajes a Bucarest que Emarsa financi¨® a distintas personas (la mayor parte ajenas a la empresa, y al menos siete de ellas mujeres con nombres y apellidos rumanos) se deb¨ªan a que la sociedad p¨²blica valenciana ten¨ªa previsto participar en la puesta en marcha de una nueva depuradora.

Garc¨ªa tampoco pudo ofrecer una explicaci¨®n muy convincente, en cualquier caso, sobre qu¨¦ hizo en esos tres desplazamientos a Bucarest. Lo m¨¢s concreto que dijo, seg¨²n fuentes conocedoras de su declaraci¨®n, fue que "visualiz¨® las aplicaciones" que utilizaban las supuestas depuradoras rumanas aunque, matiz¨®, solo lo hizo "por encima".

El resto de su declaraci¨®n volvi¨® a dejar en el aire muchos interrogantes. ?Por qu¨¦ su empresa Microprocesadores le pag¨® 4.500 euros a Emil Stoyanov, empleado de una de su hermana Mar¨ªa Paz, tambi¨¦n imputada en el caso por facturar cantidades millonarias por servicios imposibles? Garc¨ªa no lo recordaba. ?C¨®mo explicaba la "enorme diferencia" (en palabras del juez) entre lo que ¨¦l pag¨® a sus proveedores y lo que luego facturaba a Emarsa por ese mismo material? Garc¨ªa consider¨® "adecuados" los m¨¢rgenes de beneficios. ?Cu¨¢ntos trabajadores ten¨ªan sus dos empresas que facturaron 4,5 millones a Emarsa y que ten¨ªan la sede en su domicilio particular? Garc¨ªa respondi¨® que uno y algunos becarios, pero solo pudo recordar el nombre de pila (Jos¨¦) de uno de ellos.

?Qui¨¦n le suministr¨® los miles de CD que supuestamente vendi¨® a Emarsa? Garc¨ªa tampoco supo decirlo. El empresario admiti¨® que cobr¨® 10.600 euros por un sistema de control de presencia en la sociedad p¨²blica que no lleg¨® a implantarse. Afirm¨® que Emarsa le pag¨® un curso de formaci¨®n de 4.500 euros sin ser empleado, pero no supo decir d¨®nde lo realiz¨®. Y no pudo dar ninguna explicaci¨®n al hecho ins¨®lito, en casi todas partes menos en Emarsa, de que algunos de los pagar¨¦s que recibi¨® estaban fechados dos meses antes de que Garc¨ªa confeccionase la factura que respaldaba ese pagar¨¦.