El cartero no siempre llama dos veces
El ¨²ltimo Consejo Europeo reunido en Bruselas ha aprobado una bater¨ªa de medidas para intentar resolver la crisis del euro que llevamos arrastrando desde hace m¨¢s de dos a?os. La m¨¢s trascendente, aunque no la m¨¢s vistosa, es la que se refiere a la valoraci¨®n de la deuda soberana que hasta ahora se consideraba un activo sin riesgo, un valor absolutamente seguro. Hace ya algunas semanas la Autoridad Bancaria Europeo (EBA, en ingl¨¦s) filtr¨® que algunos pa¨ªses europeos tendr¨ªan que aplicar quitas en sus deudas. La reacci¨®n de los Gobiernos fue tan violenta que la EBA se vio obligada a rectificar: no habr¨¢ quitas, pero s¨ª se alterar¨¢n los criterios de valoraci¨®n de la deuda. Hasta ahora se contabilizaba a su valor de emisi¨®n; en el futuro, se contabilizar¨¢ seg¨²n su cotizaci¨®n en el mercado de capitales; en el caso espa?ol, igual que en el caso italiano o el portugu¨¦s, equivale a una depreciaci¨®n; en el caso alem¨¢n a un upgrading. A efectos de los inversores, la misma medicina en distinto frasco.
Los campeones de la ortodoxia quieren dividir la eurozona y liberarse de la carga de los pa¨ªses perif¨¦ricos
La creaci¨®n de un Tesoro europeo con la potestad de emitir eurobonos puede ser la soluci¨®n
En esa reuni¨®n, Espa?a ha salido muy mal parada: la deuda en cuarentena, la banca espa?ola estigmatizada y el pa¨ªs entero declarado sospechoso de insolvencia. Juicio absolutamente injusto porque Espa?a es y ha sido siempre un pa¨ªs solvente; nunca hemos dejado de honrar nuestros compromisos desde 1882 cuando Espa?a sufri¨® la ¨²ltima quiebra registrada. Si no recuperamos r¨¢pidamente la confianza de Bruselas y de los mercados, pasar¨¢ tiempo hasta que podamos volver a salir a la calle sin la sombra del Cobrador de Frac. La reacci¨®n tiene que ser inmediata. En el frente interior se impone una consolidaci¨®n fiscal, un saneamiento del sector financiero y una reforma laboral. Tres campos en los que hay que actuar con decisi¨®n y no con maquillajes poco serios. En el frente exterior, debemos tener un dise?o propio de la Europa que queremos; un dise?o que garantice la disciplina presupuestaria, la correcci¨®n de los desequilibrios econ¨®micos, la mejora de la competitividad; y al mismo tiempo, la sostenibilidad de la deuda y el crecimiento econ¨®mico. Luego, habr¨¢ que ir a Bruselas a defender ese modelo con habilidad y firmeza, y habr¨¢ que hacerlo pronto porque, a diferencia de lo que se cree en Hollywood, en Europa el cartero no siempre llama dos veces.
No perdamos de vista que este varapalo a Espa?a puede responder a una estrategia callada de dividir a la eurozona en dos. Digo esto porque a simple vistacuesta entender que se deprecie la deuda espa?ola y no la de otros pa¨ªses en que la proporci¨®n sobre el PIB es mayor (B¨¦lgica, Francia, Alemania y Austria) ni se altere el valor de los activos t¨®xicos que no valen pr¨¢cticamente nada. Esta peculiar ley del embudo beneficia a los bancos alemanes que obtendr¨¢n jugosas plusval¨ªas gracias a la revalorizaci¨®n del Bund, pero a los bancos espa?oles les sentar¨¢ como un tiro. Cualquiera que sea la cuant¨ªa del descuento, los bancos espa?oles tendr¨¢n que sacar dinero de donde sea para llegar a los nuevos umbrales de capital fijados por la EBA para compensar la depreciaci¨®n de la deuda espa?ola. Con los mercados cerrados y las reticencias alemanas a tirar del Fondo de Rescate Europeo (EFSF, por sus siglas en ingl¨¦s) para recapitalizar los bancos, buena parte de este dinero saldr¨¢ otra vez del bolsillo de los contribuyentes.
Pero, como dec¨ªa, con ser esto grave lo m¨¢s preocupante es que esta degradaci¨®n de nuestra deuda sea solo el primer paso hacia la escisi¨®n de la eurozona: de un lado, los pa¨ªses puritanos que cultivan la ¨¦tica del trabajo; de otra, los que consideran que el trabajo es una maldici¨®n, una carga que debe evitarse y que solo buscan ganancias con el m¨ªnimo esfuerzo (Max Weber, La ¨¦tica protestante y el esp¨ªritu del capitalismo, 1905). Seg¨²n los halcones monetaristas fueron estas diferencias las que se llevaron por delante el Sistema Monetario Europeo cuando estall¨® la crisis de 1992. La libra, la lira y la peseta se depreciaron mucho y el franco franc¨¦s solo logr¨® evitar el desastre gracias a la intervenci¨®n conjunta de Berl¨ªn y Par¨ªs.
Los peri¨®dicos sensacionalistas, por su parte, cuentan que mientras que los pa¨ªses del norte levantaron sus econom¨ªas con sangre, sudor y l¨¢grimas, los pa¨ªses del sur viven un perpetuo dolce far niente. Los alemanes creen que cometieron un error al compartir su suerte con pa¨ªses cuya Weltanschauung, concepci¨®n del mundo y de la vida, no coincide con la suya.
Lo que quieren los campeones de la ortodoxia es reparar el error inicial, dividir la actual zona euro y liberarse de la carga de unos pa¨ªses m¨¢s dados al libertinaje que a la virtud. "Lo que ahora procede es que Austria, Alemania, Finlandia y Pa¨ªses Bajos creen una nueva divisa dejando el euro para los pa¨ªses del sur que ver¨¢n as¨ª mejorar su competitividad. Las exportaciones de los pa¨ªses del norte saldr¨ªan perjudicados en un primer momento, pero a la larga se beneficiar¨ªan de una inflaci¨®n menor... Alemania y sus socios en la nueva divisa tendr¨¢n que perdonar una parte importante de las garant¨ªas dadas para refinanciar los pa¨ªses perif¨¦ricos. Pero puesto que mucho de este dinero se ha perdido ya, el precio de salida es asumible. Los requisitos para abrazar la nueva moneda ser¨¢n similares a aquellos que se establecieron para la entrada en el euro. Si fue posible hacer una sola moneda a partir de 17 monedas distintas, tambi¨¦n ser¨ªa posible crear dos de una" (Hans-Olaf Henkel, presidente de la Federaci¨®n de Industrias alemana, Financial Times, 29 de agosto).
Los franceses han sabido siempre que el euro se hizo a imagen y semejanza del marco alem¨¢n. Y tambi¨¦n saben desde hace alg¨²n tiempo que el equilibrio de poder entre Alemania y Francia se ha roto en favor de la primera. Por eso est¨¢n haciendo lo posible y lo imposible para no quedarse descolgados de la uni¨®n econ¨®mica que Merkel ha anunciado al abogar por la modificaci¨®n de los Tratados. "Solo una convergencia franco-alemana permitir¨¢ asegurar la solidez del euro. Desde el principio de la crisis, los alemanes han dado grandes pasos hacia nosotros aceptando un Gobierno econ¨®mico y un fondo permanente de rescate, al tiempo que nosotros hemos reconocido la necesidad de poner fin a la droga de nuestros d¨¦ficits. Estamos a punto de empezar una aut¨¦ntica revoluci¨®n, es laborioso, es lento" (Bernard de Montferrand, exembajador franc¨¦s en Alemania, Le Monde, 25 de octubre de 2011).
El acontecimiento que desencadenar¨¢ esta revoluci¨®n ser¨¢ la creaci¨®n de un Tesoro europeo con la potestad de emitir eurobonos y bonos para financiar proyectos espec¨ªficos de inter¨¦s europeo.
Sarkozy lo sabe y, por eso, se puso al frente de la manifestaci¨®n hace ya casi un a?o. "Lo que hay que hacer es crear (...) un ¨®rgano que se encargue de la gesti¨®n coordinada de la deuda de los pa¨ªses de la eurozona, que es la l¨®gica continuaci¨®n de la creaci¨®n de la moneda ¨²nica. Al principio, el acceso al Tesoro europeo deber¨ªa reservarse a los pa¨ªses virtuosos o aquellos que limiten su deuda en cumplimiento del Pacto de Estabilidad".
Por si a Merkel se le hab¨ªa olvidado, Sarkozy volvi¨® a machacar el clavo en la ¨²ltima reuni¨®n que tuvo con ella el pasado 16 de agosto. Los eurobonos, dijo en esa ocasi¨®n el presidente franc¨¦s, ser¨¢n el final y no el principio de un proceso de convergencia. Proceso de convergencia que Francia y Alemania estaban dispuestas a iniciar de inmediato empezando por armonizar el impuesto sobre sociedades y aproximar sus presupuestos antes de ser aprobados por sus respectivos Parlamentos nacionales.
La conclusi¨®n es sencilla: los franceses est¨¢n dispuestos a hacer lo que sea para pegarse a los alemanes y alejarse de los sospechosos de herej¨ªa que es como nos ven a los pa¨ªses perif¨¦ricos. Nosotros tenemos que hacer lo mismo.
Concluyo con una cita que me parece relevante: "La Espa?a ha llegado a una decadencia grande, y yo, como buen espa?ol, desear¨ªa que hubiera medios h¨¢biles de levantar el prestigio y dignidad de este pueblo, que merece mejor suerte" (Carta de Pascual Madoz al general Prim en enero de 1867, pocos meses despu¨¦s de que los mercados europeos se cerrasen a la deuda espa?ola).
Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo y Marfil, eurodiputado del PP, es vicepresidente de la Comisi¨®n de Asuntos Econ¨®micos y Monetarios del Parlamento Europeo.
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