El arte de exponer

En toda exposici¨®n de arte hay un t¨ªtulo de cr¨¦dito imprescindible: el del comisario. Su importancia es tal que puede, en algunos casos, determinar el ¨¦xito o el fracaso de una muestra. No es un cr¨ªtico ni un historiador del arte. La figura del comisario, que empez¨® a definir sus l¨ªmites en la d¨¦cada de los sesenta del pasado siglo, adquiri¨® una especial relevancia en la d¨¦cada pasada en Espa?a, gracias a la apertura de infinidad de centros de arte.

La bonanza econ¨®mica de la ¨²ltima d¨¦cada trajo consigo una eclosi¨®n de centros dedicados al arte contempor¨¢neo en toda Espa?a (MUSAC, Laboral de Gij¨®n, PAC y Conservera de Murcia... la lista es larga) y, en concreto, en Madrid: La Casa Encendida, CaixaForum, Matadero, CA2M... Lo cual trajo consigo una proliferaci¨®n de comisarios, necesarios para crear programas de contenidos para las reci¨¦n creadas infraestructuras art¨ªsticas.

La efervescencia de los a?os pasados parece haberse desvanecido arrastrada por la crisis econ¨®mica. Muchos lamentan que, quiz¨¢ tambi¨¦n en el arte, hubo una burbuja. "En los ¨²ltimos a?os se ha dado demasiada informaci¨®n sin tiempo para digerirla. Ha habido mucho, trabajo, s¨ª, pero ha sido demasiado intenso y el arte necesita tiempo para ser procesado. Se ha ofrecido mucha cultura, pero sin educaci¨®n, y por eso lo que ha quedado no ha sido m¨¢s que un barniz", se?ala la comisaria Marisa Oropesa (Madrid, 1956), que acaba de inaugurar su ¨²ltimo trabajo, la primera antol¨®gica del artista italiano Marino Marini en Madrid, que se puede ver en la sala 3 de Conde Duque.

La labor de los comisarios de arte cobra estos d¨ªas protagonismo en la ciudad. Ma?ana se clausurar¨¢ en Matadero Madrid la ¨²ltima edici¨®n de Curators' Network, una plataforma que agrupa a comisarios de distintos pa¨ªses de Europa. En la serie de jornadas que se iniciaron el pasado mi¨¦rcoles, han tenido oportunidad de debatir e intercambiar experiencias, adem¨¢s de conocer la obra de una veintena de artistas espa?oles o asentados en Espa?a.

Pero ?qu¨¦ hace exactamente un comisario de arte? Como sencilla explicaci¨®n vale apuntar que una exposici¨®n no puede ser una acumulaci¨®n de obras sin ton ni son: hay que contar una historia, una idea, y quien la cuenta es el comisario.

Iv¨¢n L¨®pez Munuera (Madrid, 1980) define as¨ª su trabajo: "Mi labor es desarrollar un marco cr¨ªtico en el que sea posible dar cabida a los distintos contextos sociales, pol¨ªticos y econ¨®micos, es decir, crear un campo de actuaci¨®n en el que las obras no est¨¦n desconectadas de lo que est¨¢ sucediendo. De esta forma, se activa su carga cr¨ªtica". Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sof¨ªa, cree que la funci¨®n del comisario es consecuencia de la p¨¦rdida de relevancia del cr¨ªtico o del historiador del arte en el circuito comercial (galer¨ªas) e institucional (museos): "En los a?os cuarenta o cincuenta, tener una mala cr¨ªtica de una personalidad como Clement Greenberg, por ejemplo, era el final. Hoy d¨ªa, la enemistad con su equivalente en el mundo acad¨¦mico tiene pocas repercusiones. A partir de los a?os sesenta, el arte deja de ser marginal (en los cuarenta y cincuenta los museos no se llenaban), surge el mercado, y el coleccionista y el galerista emprenden un camino paralelo al de la cr¨ªtica".

En este contexto surge con fuerza la figura del comisario, que sustituye al acad¨¦mico en el dictado de tendencias. Javier Duero, director del proyecto MapearMadrid encargado por el CA2M, define al comisario como "un pensador, un investigador, un educador, un productor, un mediador". "Es una interfaz", dice, "entre la instituci¨®n p¨²blica, el sistema arte y la sociedad".

El trabajo del comisario supone, como explica Virginia Torrente, nacida en Bilbao en 1963 pero residente en Madrid, "un contacto con los artistas". "A m¨ª no me interesa un comisario que no trabaje con artistas", dice. "En mi caso, adem¨¢s, me gusta trabajar con artistas vivos". Torrente cree que su misi¨®n no es sentar doctrina: "Subjetividad hay en todos los proyectos. Hay comisarios que plantean una revisi¨®n hist¨®rica y hay otros proyectos m¨¢s livianos. En todo caso, yo me alejo del academicismo porque me gusta ponerme en el lugar del p¨²blico. No es que me interese exactamente la did¨¢ctica de las exposiciones, pero me gusta pensar en la gente que las va a ver".

David Armengol (Barcelona, 1974), comisario catal¨¢n con una fuerte relaci¨®n con la capital, hace hincapi¨¦ en que la principal funci¨®n del comisario es el "di¨¢logo mano a mano con el artista". "Es una relaci¨®n de dependencia positiva", explica. "El comisario plantea unos desarrollos discursivos conceptuales a trav¨¦s del trabajo de los artistas". Tania Pardo (Madrid, 1976) equipara su trabajo al de un "sism¨®grafo del presente, que trabaja con el artista desde el mismo momento de la definici¨®n del proyecto". Hay quienes incluso conceden al comisario unas ciertas credenciales de creador: "Hay quien dice que crea un corpus cr¨ªtico", se?ala L¨®pez Munuera. Pero Armengol puntualiza que la funci¨®n del comisario no puede ser independiente de la obra del artista: "Es una relaci¨®n de autonom¨ªa y complementariedad. Lo que nunca deber¨ªa pasar es que se instrumentalice la obra del artista".

En todo caso, la intervenci¨®n del comisario no es neutra. "Es un mediador entre el creador y el p¨²blico y desarrolla una idea, una tesis, que tiene que ver, bien con una investigaci¨®n o con una propuesta de lectura nueva de la obra o del contexto de la obra en cuesti¨®n", opina Jos¨¦ Guirao, director de La Casa Encendida y coordinador de Obra Social Caja Madrid. Precisamente, La Casa Encendida, uno de los principales focos de arte actual en la capital, convoca, desde hace 10 a?os, In¨¦ditos, un certamen para impulsar el trabajo de j¨®venes comisarios. Cada a?o se presentan entre 80 y 100 proyectos, de los que un jurado elige tres que se acaban materializando en exposiciones y cat¨¢logos producidos por la entidad.

La relaci¨®n con las instituciones (museos, fundaciones...) forma parte de sus funcionamiento cotidiano. Pero ?qu¨¦ sucede con el circuito comercial del arte, con las galer¨ªas? "La relaci¨®n es difusa y dif¨ªcil porque a las galer¨ªas les cuesta ver qu¨¦ puede aportar un comisario", dice Torrente. Precisamente, es promotora de una iniciativa denominada Jugada a 3 bandas, cuya segunda edici¨®n se celebrar¨¢ el pr¨®ximo abril. Se trata de un experimento en el que una veintena de galer¨ªas invitar¨¢ a otros tantos comisarios a que preparen un proyecto en sus espacios. "Permite a las galer¨ªas conocer otros artistas que no lleven ellos y a los comisarios aprender a trabajar con pautas comerciales", explica.