Berna, bajo un paraguas de cristal

Tal vez el rasgo distintivo de Berna, tan discretamente encantadora y burguesa, sea saber encajar la audacia en una carcasa de potente tradici¨®n. La capital suiza sabe sobresalir sin estridencias. Ah¨ª est¨¢ su casco medieval intacto, distinguido en bloque como patrimonio mundial, pero tambi¨¦n est¨¢n su vida cultural envidiable y proyectos arquitect¨®nicos como el Zentrum Paul Klee y el conocido como Westside. No es cosa de ahora, ya a finales de los cincuenta el grupo de arquitectos Atelier 5 sorprendi¨® con el barrio de Halen, a seis kil¨®metros del centro, un modelo pionero de urbanismo confortable y ecol¨®gico. Cinco apuntes de contemporaneidad en la ciudad que fascin¨® a Casanova y Goethe, y donde Albert Einstein vivi¨® siete a?os felices, incluido el annus mirabilis de 1905, cuando dio con la f¨®rmula E = mc2 que agitar¨ªa los cimientos de la f¨ªsica.

01 Zentrum Paul Klee

Maurice E. y Martha M¨¹ller, fundadores del centro Paul Klee, se pusieron en contacto con el arquitecto genov¨¦s Renzo Piano para encargarle el edificio. Tras visitar el enclave, el mismo a?o en que recib¨ªa el Premio Pritzker de arquitectura (1998), Piano escrib¨ªa en una carta la siguiente reflexi¨®n: "Lo que mejor caracteriza a ese artista es el silencio", y el lugar escogido para el museo le parec¨ªa "un oasis de silencio, de meditaci¨®n, de ¨ªntima devoci¨®n".

Se trata de un repecho de suaves colinas que arropan la ciudad y su r¨ªo. All¨ª se inauguraba en 2005 el edificio, consistente en tres cuerpos ondulados, trenz¨¢ndose de forma armoniosa con las colinas cubiertas de hierba y silencio. Tres ondas o mont¨ªculos de cristal y un calambre de poes¨ªa: un rasgo propio de la etapa de madurez del arquitecto, quien ha sabido inyectar al estilo high-tech de sus comienzos buenas dosis de sensualidad. El Zentrum Paul Klee posee unos fondos de m¨¢s de 4.000 obras que se exhiben de forma rotativa en el cuerpo central; las otras dos colinas, as¨ª como las partes subterr¨¢neas, est¨¢n destinadas a talleres infantiles (Creaviva), aulas y servicios propios de un centro de arte vivo y din¨¢mico.

Tan emblem¨¢tico centro puede parecer una suerte de apropiaci¨®n p¨®stuma, por parte de la ciudad, de su hijo universal y trotamundos, pero no hay que olvidar que Berna fue regazo para el artista en momentos decisivos. All¨ª naci¨® (1879) y vivi¨® hasta los 19 a?os, all¨ª abri¨® su primer estudio de pintor, all¨ª colg¨® su primera exposici¨®n a los 31 a?os, y all¨ª tuvo que refugiarse cuando contaba 54, por la presi¨®n de los nazis; en la exposici¨®n Arte degenerado que har¨ªan estos contra los artistas de vanguardia en M¨²nich, en 1937, figuraban nada menos que 19 obras suyas.

02 Westside

El llamado Westside, inaugurado a finales de 2008, fue el primer proyecto de centro comercial y de ocio realizado por el americano Daniel Libeskind. Al parecer, le entusiasm¨® la idea de tocar ese registro; seg¨²n sus propias palabras, el "estimulante destino Experience Westside" semeja una especie de barrio que crece de manera natural, y se mantiene animado tanto de d¨ªa como de noche. En efecto, m¨¢s que un edificio es un complejo, a horcajadas sobre la autopista Berna-Br¨¹nnen (en tren se tarda ocho minutos desde la estaci¨®n central); alberga cerca de 60 tiendas, 10 restaurantes, 11 cines, un parque acu¨¢tico y spa, y un hotel. El frontal que sobrevuela la autopista es de madera de robinia y enlaza el hotel con la parte m¨¢s pl¨¢stica y llamativa, una proa de cristal y hormig¨®n blanco emergiendo sobre el nudo bermell¨®n de un tobog¨¢n acu¨¢tico, lo que confiere al edificio una calidad escult¨®rica. Hay visitas guiadas.

03 Estadio nacional

Casi al mismo tiempo que abr¨ªa sus puertas el centro Paul Klee, se inauguraba, muy cerca, el Estadio nacional de Suiza, que sustitu¨ªa al antiguo Wankdorf Stadium. Proyectado por el estudio local Luscher, Schwarz & Rebmann, es m¨¢s que un recinto deportivo capaz de albergar a 36.000 espectadores; es adem¨¢s escenario para otro tipo de espect¨¢culos (sus gradas est¨¢n cubiertas), centro comercial y, lo m¨¢s importante: una planta solar, una de las m¨¢s grandes del mundo incorporadas a un edificio.

04 El paraguas

A las puertas del casco viejo, frente a la estaci¨®n central, se cubri¨® en 2008 toda una plaza (destinada a paradas de autob¨²s) con una inmensa marquesina de cristal, dise?ada por el estudio Marwell, de Z¨²rich. La cubierta fue muy criticada por su enormidad, y enseguida le pusieron de mote "el paraguas". Cuando los vecinos vieron que no solo quedaba bien, sino que adem¨¢s resultaba sumamente pr¨¢ctica, volvieron a protestar: esta vez, porque habr¨ªan deseado que la marquesina fuera a¨²n m¨¢s grande.

05 La plaza fuente

Otro gui?o de urbanismo avanzado fue la remodelaci¨®n de la plaza del Parlamento, presidida por el solemne edificio neorrenacentista acabado en 1902. M¨¢s de media plaza es una fuente, pero eso no se sabe hasta que empiezan a surtir del suelo 26 chorros traidores, que simbolizan los 26 cantones suizos; a m¨¢s de un despistado le han propinado una ducha inesperada. Lo de las fuentes es un tic muy local; con figuras pol¨ªcromas hay una docena, pero en total suman 240, entre ellas una concebida por la artista surrealista Meret Oppenheim, muy emparentada con Berna.