La larga campa?a andaluza
Cuando apenas hab¨ªa transcurrido un a?o de la legislatura andaluza, el PP se lanz¨® a la piscina reclamando elecciones anticipadas. Se ve¨ªa venir la dimensi¨®n de la crisis y a Javier Arenas ya no le serv¨ªan los resultados de las pasadas auton¨®micas. No conforme con ello, fue tambi¨¦n de los primeros en proponer gobiernos de concentraci¨®n para afrontar lo que se nos ven¨ªa encima. Fue un gesto un tanto prematuro, hasta el punto de que Mariano Rajoy se desmarc¨® de esa idea abri¨¦ndose un endiablado juego en el que los populares se dedicaron a viajar c¨®modamente en el sill¨ªn de atr¨¢s en un tiempo convulso que se ha llevado por delante a los socialistas.
Solo ha habido que esperar la labor de desgaste para comprobar c¨®mo el r¨¦dito pol¨ªtico ca¨ªa como fruta madura en sus manos. Por medio, rechazo a todo planteamiento de pactos. Y en lo que se refiere a Andaluc¨ªa, una permanente y activa labor de control del Gobierno acompa?ada de una febril dinamizaci¨®n del partido, hasta el punto de convertir a la organizaci¨®n popular andaluza en una sincronizada maquinaria tan poderosa o m¨¢s que la del PSOE andaluz.
Hay que dar por acertada la decisi¨®n de Gri?¨¢n de separar los comicios
Esta estrategia, de pi?¨®n fijo, trajo una inmediata consecuencia: la omnipresencia de su l¨ªder, la ocupaci¨®n de espacios hasta ahora vedados al centro derecha andaluz y, lo m¨¢s importante, la conquista de la iniciativa pol¨ªtica, que ya es decir si se tiene en cuenta que el PP se encuentra en la oposici¨®n frente a un PSOE con mayor¨ªa absoluta. Eso ha sido por m¨¦ritos propios del PP y por los errores cometidos por el contrincante, am¨¦n de por las circunstancias que pesan como una losa sobre sus espaldas, como pueden ser superar el mill¨®n de parados o los 30 a?os de permanencia en el poder. A eso se uni¨® un cambio en el puente de mando de Chaves por Gri?¨¢n, arriesgada operaci¨®n que ha tenido su coste pol¨ªtico. En esas p¨¦simas condiciones se llegaba a las elecciones municipales, que se convirtieron en el primer examen serio. Por primera vez los populares ganaban al PSOE, al que le sacaban m¨¢s de siete puntos de ventaja. Pero queda otra etapa por cumplir. La que nos lleva a las elecciones auton¨®micas. Pase lo que pase en estos comicios regionales, lo cierto es que hay que dar por acertada la decisi¨®n de Gri?¨¢n de separarlos de los generales. Se trataba de poner tierra de por medio ante lo que se presum¨ªa una m¨¢s que previsible debacle nacional del PSOE. Y, sobre todo, de confiar en la propia acci¨®n de desgaste de la crisis, la misma que le ha facilitado el camino a la Moncloa al PP, para que, una vez estos en el Gobierno, tomen la misma medicina con la que han castigado a Zapatero, bregando con lo que nos queda de crisis. Las medidas antisociales que seguramente tendr¨¢n que adoptar ser¨¢n la mejor palanca para unos socialistas que, a pesar de contar con una gesti¨®n m¨¢s que aceptable, se resisten a verse arrastrados por la ola conservadora que arrasa todo el pa¨ªs.
En clave interna, queda por resolver qu¨¦ va a pasar con los socialistas. C¨®mo van a solventar el problema de la sucesi¨®n en la direcci¨®n federal. Si lo har¨¢n antes o despu¨¦s de las andaluzas. Cualquier decisi¨®n que adopten deber¨ªa tener en cuenta lo que m¨¢s les interese para conservar uno de los ¨²nicos bastiones que a¨²n les quedan pero, en todo caso, lo fundamental ser¨¢ lo que nos aguarda en esta comunidad, la m¨¢s castigada por esta grav¨ªsima adversidad econ¨®mica. En este sentido, Arenas ha jugado bien sus bazas y ha situado a dos elementos que pueden situarse a nuestro favor, como podr¨ªa ser la presencia en el nuevo Ejecutivo de Miguel Arias Ca?ete y Crist¨®bal Montoro en el ¨¢rea econ¨®mica, donde se toman decisiones trascendentales para esta tierra.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.