Partido en juego
Tras las elecciones generales de ayer, Javier Arenas ha dado un paso decisivo, aunque todav¨ªa no definitivo, para llegar a la ansiada meta del Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta de Andaluc¨ªa. El fort¨ªn, el basti¨®n, el feudo, el granero de votos del PSOE (que cada uno utilice el t¨®pico que quiera) se tambalea ya sin discusi¨®n.
De las 34 citas con las urnas que los andaluces han tenido desde la llegada de la democracia (incluyendo elecciones generales, auton¨®micas, municipales y europeas), los socialistas han ganado en 31. Perdieron las elecciones municipales de 1979 (ante UCD) y de mayo de este a?o (ante el PP) y los comicios generales de ayer.
El dato m¨¢s preocupante para el PSOE y m¨¢s esperanzador para el PP es que la brecha se ha ampliado desde mayo hasta hoy. Si hace seis meses el PP gan¨® por 7,2 puntos de diferencia, el 20-N ha ganado por nueve puntos, con lo que acaricia el umbral que, te¨®ricamente, otorga la mayor¨ªa absoluta en Andaluc¨ªa (unos 10 puntos de diferencia).
Las elecciones municipales del pasado mayo rompieron muchos mitos que se daban por seguros, principalmente el que apuntaba que era casi imposible que el PP ganara en Andaluc¨ªa (lo que dej¨® en estado de shock a numerosos dirigentes socialistas). Lo ha hecho ya en dos ocasiones y el combate definitivo se dilucidar¨¢ en apenas cuatro meses, cuando Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n y Javier Arenas se enfrenten en las auton¨®micas.
Para explicar el declive socialista se pueden esgrimir numerosos elementos: el hartazgo de 30 a?os de gobierno; la m¨¢s que cuestionable gesti¨®n de Zapatero de la crisis econ¨®mica; la insoportable tasa de paro de la comunidad (por encima del 30%); el error en la reordenaci¨®n del sector p¨²blico (que ha supuesto el mayor conflicto entre Gobierno y funcionarios en la historia auton¨®mica); el vergonzoso caso de corrupci¨®n de los ERE fraudulentos... Cada uno de estos factores, por s¨ª mismo, no explica el vertiginoso deterioro del PSOE en apenas tres a?os. La conjunci¨®n de todos ellos, s¨ª.
Desde 2008 hasta hoy se ha producido una fractura evidente entre el PSOE y la mayor¨ªa de la sociedad andaluza, que desde la llegada de la democracia hab¨ªan formado una comuni¨®n que muchos cre¨ªan indisoluble.
La ¨²nica duda ahora es saber la dimensi¨®n de esa fractura, es decir, si los andaluces propician la alternancia dando a Arenas una mayor¨ªa absoluta en marzo de 2012 o dejan un margen para un gobierno de coalici¨®n PSOE-IU con una mayor¨ªa relativa del PP. Pase lo que pase, lo que s¨ª parece irreversible a estas alturas es que la mayor¨ªa de los electores haya dejado de identificarse con el PSOE.
La precampa?a de las andaluzas empieza hoy (si no ha empezado ya). El ¨²nico nubarr¨®n que Arenas tiene por delante en su cuarta carrera por la presidencia de la Junta son las dr¨¢sticas medidas de ajuste que el nuevo Gobierno del PP va a tener que tomar en breve. Los mercados no van a dar ni un d¨ªa de gracia a Mariano Rajoy, que ha dejado claro que lo ¨²nico intocable son las pensiones. A partir de ah¨ª, todo se puede recortar.
Los nueve puntos de diferencia de ayer permiten dos lecturas partidarias, contradictorias pero veraces ambas. El PP puede presumir de que su crecimiento en Andaluc¨ªa es importante y est¨¢ m¨¢s cerca el cambio de Gobierno. Es cierto. Y el PSOE puede argumentar que a¨²n tiene margen para remontar y evitar una mayor¨ªa absoluta de Arenas (fundamentalmente al calor de los recortes que vienen). Tambi¨¦n es cierto.
El 20-N ha esclarecido el panorama pol¨ªtico en Andaluc¨ªa, pero tambi¨¦n deja incertidumbres acerca de qui¨¦n gobernar¨¢ tras las auton¨®micas de 2012. Partido en juego.
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