Zapatero debe dimitir como secretario general del PSOE
Es una constante de la mayor¨ªa de las elecciones democr¨¢ticas que en realidad no hay nadie que las gane, sino alguien que las pierde. El golpe de Estado y las luchas intestinas del partido del presidente Su¨¢rez propiciaron la victoria arrolladora de Felipe Gonz¨¢lez en las urnas. El agotamiento del proyecto socialista, la agitaci¨®n del caso GAL y las acusaciones de corrupci¨®n dieron una p¨ªrrica victoria a Aznar, que tard¨® meses en formar un Gobierno solo posible gracias a las cesiones que hizo a los partidos soberanistas catal¨¢n y vasco. La terquedad y mentiras del mismo Aznar tratando de atribuir a ETA los atentados del 11-M fueron causa del regreso del PSOE al poder. La incompetencia y falta de densidad pol¨ªtica de Rodr¨ªguez Zapatero, en medio de la crisis global m¨¢s seria que ha conocido el mundo desde hace m¨¢s de medio siglo, han catapultado a Rajoy a La Moncloa.
No se trata de regatear m¨¦ritos ni de esconder torpezas de nadie, pero lo mismo que no fue Rajoy quien perdi¨® las elecciones de 2004, sino Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, en esta ocasi¨®n el derrotado no es Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, sino Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. La consecuencia de un suceso de esa naturaleza no puede ser otra que su dimisi¨®n inmediata como l¨ªder del partido socialista y la convocatoria de un congreso urgente que restaure las estructuras de una formaci¨®n pol¨ªtica amenazada de ruina por la ausencia de ma?a y el exceso de ma?as que su actual secretario general exhibe.
Que el se?or presidente del Gobierno no se sabe ir es algo comprobado por todos los espa?oles. Convoc¨® elecciones con una antelaci¨®n de cuatro meses, provocando un desconcierto y una inestabilidad en la vida pol¨ªtica que pasar¨¢n a los anales como demostraci¨®n de una torpeza poco com¨²n en el manejo de los tiempos.
Se despidi¨® antes de las vacaciones de verano del Parlamento espa?ol, con un emotivo discurso, para regresar al mismo en septiembre a fin de defender una reforma constitucional, pactada con la oposici¨®n pero no con su propio partido. Su decisi¨®n de permanecer al frente del partido, pese a anunciar que no se presentar¨ªa a las elecciones que ayer tuvieron lugar, favoreci¨® las conspiraciones y desencuentros en el interior de su familia pol¨ªtica, como pusieron de relieve las declaraciones de la ministra de Defensa, Carme Chac¨®n, a la que anim¨® a presentarse a las primarias, primero, para despu¨¦s obligarle a retirarse de ellas, todo a espaldas de su vicepresidente y posterior candidato a los comicios.
Por eso no es de recibo su disposici¨®n a permanecer todav¨ªa algunos meses al frente del PSOE para tratar de dirigir la transici¨®n interna del partido, despu¨¦s de un fracaso electoral tan rotundo como el cosechado ayer. Su familia y su casa de Le¨®n le esperan para disfrutar de un descanso bien ganado.
El PSOE ha sido la gran formaci¨®n pol¨ªtica de este pa¨ªs desde el advenimiento de la democracia. Ha gobernado durante 21 de los 33 a?os transcurridos a partir de la aprobaci¨®n de la Constituci¨®n y ha protagonizado las reformas estructurales de mayor calado para la convivencia espa?ola, caso de la reforma democr¨¢tica del Ej¨¦rcito, el ingreso en la Uni¨®n Europea o la ley de derecho al aborto.
Pero lo m¨¢s relevante fue su contribuci¨®n a la construcci¨®n de una izquierda moderna, al estilo de sus partidos hom¨®logos europeos. Los resultados de las elecciones de ayer, como los de las recientes municipales y auton¨®micas, ponen de relieve que gran parte de ese caudal pol¨ªtico ha sido dilapidado de manera insensata e innecesaria durante los ¨²ltimos a?os.
Naturalmente no todo es negativo en el balance de la gesti¨®n de Rodr¨ªguez Zapatero. La retirada de las tropas de Irak, pese a la atribulada forma en que se hizo, el reconocimiento de los matrimonios homosexuales, los avances significados de la Ley de Dependencia, pese a la incapacidad de establecer un sistema de financiaci¨®n de la misma, la actividad de fiscal¨ªa y polic¨ªas contra la violencia de g¨¦nero y las leyes de paridad figuran relevantemente entre sus triunfos, junto a la ambigua rendici¨®n de ETA que, en cualquier caso, es un ¨¦xito pol¨ªtico de todos los dem¨®cratas y un triunfo policial encarnado por P¨¦rez Rubalcaba.
En el pasivo debe anot¨¢rsele la desgraciada p¨¦rdida de presencia de Espa?a en pol¨ªtica exterior, el debilitamiento de la cohesi¨®n territorial tras los avatares de la reforma del Estatuto catal¨¢n, la arbitrariedad y nepotismo en sus decisiones de pol¨ªtica industrial, la lentitud en reaccionar frente a los primeros s¨ªntomas de la crisis global, y su incompetencia para los asuntos de la gobernaci¨®n en medio de las dificultades.
Toda su gesti¨®n ha sido marcada por una ausencia de liderazgo comparable a la de la mayor¨ªa de los bur¨®cratas que gobiernan Europa y que se ha hecho sentir tanto en los asuntos nacionales como en el interior del Partido Socialista.
V¨¢yase Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en buena hora de sus responsabilidades al frente del mismo y permita a los socialistas reordenar su casa antes de que los vendavales de este invierno degeneren en tornado.
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