"Hola, me llamo Jos¨¦ Antonio Fern¨¢ndez y soy un cura casado"
El Tribunal de Estrasburgo revisa hoy el despido de un profesor de Religi¨®n
"Hola, me llamo Jos¨¦ Antonio Fern¨¢ndez y soy un cura casado". As¨ª se presentaba cada curso a sus alumnos el profesor de Religi¨®n. Tambi¨¦n a sus padres, pues siempre pidi¨® ser tutor. Luego les explicaba que hab¨ªa sido sacerdote durante m¨¢s de 20 a?os y que pidi¨® la dispensa para casarse -"Me enamor¨¦", cuenta-, aunque a¨²n no se la hab¨ªan concedido cuando en 1991 empez¨® a dar clase en institutos p¨²blicos murcianos; ten¨ªa ya cinco hijos.
Por eso, Fern¨¢ndez no entiende las razones que dio el obispado cuando le despidieron en 1997 como profesor -le retiraron la Declaraci¨®n Eclesi¨¢stica de Idoneidad, imprescindible para dar clase de Religi¨®n-: al hacerse p¨²blica su situaci¨®n por una fotograf¨ªa en un acto del Movimiento Pro Celibato Opcional publicada en un peri¨®dico, algunos padres se pod¨ªan sentir ofendidos, argumentaron. "?Qu¨¦ padres?, si todos me conoc¨ªan", y adem¨¢s hicieron p¨²blicos escritos a su favor, se indigna. De hecho, le parece tan falaz que lleva 14 a?os peleando para que se reconozca la injusticia que, asegura, se ha cometido con ¨¦l. Ha llegado hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, que hoy revisar¨¢ en audiencia p¨²blica su caso; el Constitucional espa?ol rechaz¨® sus razones en 2007.
El obispado conoc¨ªa su situaci¨®n, pero le retir¨® el benepl¨¢cito al salir en la prensa
"Quiero demostrar que fue una decisi¨®n injusta, que siempre ejerc¨ª como profesor de forma responsable, con respeto a la fe cat¨®lica". Un respeto y un amor que mantiene, por eso le ha resultado doblemente dif¨ªcil este proceso. "Amo a la Iglesia; mis hijos jam¨¢s me han o¨ªdo hablar contra ella", asegura, pero no puede decir lo mismo de una parte de la jerarqu¨ªa cat¨®lica, pues en su caso, "se ha obrado con mentiras", explica en el local de Cruz Roja de su pueblo, Cieza (Murcia). A sus 74 a?os, da cursos de formaci¨®n a los futuros voluntarios. Asegura que es mentira aquello del esc¨¢ndalo, y lo que ha argumentado ahora la Conferencia Episcopal Espa?ola ante Estrasburgo, que Jos¨¦ Antonio "ha mantenido una posici¨®n contraria a la religi¨®n que se hab¨ªa obligado a ense?ar".
En cualquier caso, el acusado en el tribunal europeo no es la Conferencia Episcopal, sino el Estado espa?ol, que es, al final, quien contrata a los profesores de Religi¨®n, pero solo entre aquellos que tienen el visto bueno de los obispos, seg¨²n los acuerdos de 1979 entre Espa?a y la Santa Sede. Una potestad que ha causado ya centenares de juicios y millones de euros en indemnizaciones -la mayor parte pagadas por el Estado- por casos en los que los obispos han decidido el despido, por ejemplo, por casarse con un hombre divorciado o por ejercer el derecho a la huelga. "Ning¨²n acuerdo puede estar por encima de la Constituci¨®n y de las leyes", se queja Fern¨¢ndez.
Ahora su vida es m¨¢s tranquila. Nada que ver con aquella ¨¦poca en que, en la cincuentena, abandon¨® el sacerdocio despu¨¦s de m¨¢s de 20 a?os, nueve como misionero en Ecuador. Entonces fue complicado: trabaj¨® en una f¨¢brica de conservas mientras se licenciaba en Filolog¨ªa Cl¨¢sica.
Una vez titulado, el entonces obispo de Cartagena le llam¨® y le dijo: "?Por qu¨¦ no trabajas de profesor de Religi¨®n? Necesitamos gente como t¨²". Era 1991 y Jos¨¦ Antonio ya llevaba seis a?os casado y ten¨ªa cinco hijos, pero a¨²n no le hab¨ªan concedido la dispensa. "Cuando lo dej¨¦, el obispo me dijo: 'T¨² eres un poeta, y todo esto se te pasar¨¢', pero no se me pas¨®. Desde que ped¨ª la dispensa [en 1984, se cas¨® al a?o siguiente] actu¨¦ como seglar, asum¨ª el silencio como concesi¨®n", explica. La dispensa le lleg¨® casi a la vez que el despido, en 1997.
Un a?o antes, le invitaron a un encuentro del Movimiento Pro Celibato Opcional al que asisti¨®: "Era una especie de d¨ªa de campo, as¨ª que fui con toda mi familia", Cuando ¨¦l, su mujer y sus cinco hijos se bajaron del coche, el fot¨®grafo de un diario tom¨® una imagen para una informaci¨®n sobre el celibato opcional. "Ha salido en el peri¨®dico, es usted importante", le dijo uno de sus alumnos. Pero la foto molest¨® profundamente a algunas personas de la jerarqu¨ªa cat¨®lica y le despidieron. "?T¨² te crees que llevamos 15 a?os demostrando que haber ido a una reuni¨®n del movimiento por el celibato no es delito? Yo estoy realmente asombrado".
Ahora, Estrasburgo decidir¨¢ si se han vulnerado los derechos a la privacidad y a la libertad ideol¨®gica y de expresi¨®n de Fern¨¢ndez. La Iglesia defiende que le corresponde establecer los criterios morales que han de cumplir los profesores de Religi¨®n, y el Estado espa?ol que si no tiene voz ni voto para seleccionarlos tampoco para retirarles el benepl¨¢cito.
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