El PSOE exigi¨® en 2004 pactar la pol¨ªtica con la UE y paralizar el relevo de tropas en Irak

"El criterio que nos dio Aznar desde el primer minuto fue el de que no se aprobara nada ni se hiciera nada, sobre todo en pol¨ªtica exterior, sin que lo supieran nuestros interlocutores del PSOE. Y as¨ª lo hicimos". La frase es de Javier Arenas, que recuerda as¨ª el mandato que le dio el entonces presidente del Gobierno, del PP, la misma noche de su derrota electoral del 14 de marzo de 2004.

Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar habl¨® con Javier Arenas, que era el vicepresidente segundo y ministro de la Presidencia, y le encarg¨® que contactara con Zapatero para organizar el traspaso de poderes. Quer¨ªa que se hiciera r¨¢pido, era su obsesi¨®n. Una f¨®rmula, explica Arenas, "que funcion¨® entonces de manera ejemplar, como estoy convencido de que ocurrir¨¢ ahora".

Las cifras que Solbes averigu¨® elevaron el d¨¦ficit en unos 11.600 millones

Al d¨ªa siguiente de las elecciones, Arenas llam¨® a Zapatero, y este design¨® a su n¨²mero dos, Jes¨²s Caldera, para representar al PSOE. Los trabajos comenzaron dos d¨ªas despu¨¦s y, seg¨²n recuerdan sus protagonistas, fue un intercambio "ejemplar" y "normal". "En un sistema democr¨¢tico consolidado no es necesario poner sobre la mesa grandes secretos, porque no existen", explica Caldera.

La maquinaria de la Administraci¨®n funciona como un reloj y, por eso, en los ¨²ltimos d¨ªas de gobierno, las secretar¨ªas de Estado preparan informes de sus ¨¢reas. Ocurri¨® en 2004 y ahora tambi¨¦n. En estas carpetas -hace ocho a?os toda la informaci¨®n se imprim¨ªa en papel, ahora gran parte ser¨¢ grabada en pen drives- se documenta la situaci¨®n de cada departamento: desde el n¨²mero funcionarios hasta cu¨¢l es el estado de los asuntos urgentes.

Los asuntos delicados se tratan en otra reuni¨®n, al m¨¢s alto nivel, entre el presidente saliente y su sucesor. Sucedi¨® entonces entre Aznar y Zapatero y ocurrir¨¢ ahora con Zapatero y Rajoy.

El 17 de marzo de 2004 se celebr¨® la primera reuni¨®n de traspaso de poderes, que dur¨® hora y media y fij¨® un protocolo general de actuaciones. El equipo se complet¨®, por parte del PP, con el secretario general de Presidencia, Javier Zarzalejos, y, por parte del PSOE, con Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, que luego sucedi¨® a Caldera como portavoz socialista en el Congreso, y con Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, poco despu¨¦s vicepresidenta del Gobierno.

A partir de ese primer contacto, rememora Arenas, "no se aprob¨® nada sin consultar al PSOE. Todos los asuntos que fueron al Consejo de Ministros se plasmaron en expedientes que eran entregados al interlocutor del PSOE en cada ¨¢rea". Como ejemplo, recuerda que esos d¨ªas, en el Ministerio de Agricultura, hab¨ªa un expediente importante relacionado con la remolacha. "Y tuvimos que llamar al PSOE para localizar a su experto en remolacha", relata. Tambi¨¦n se acord¨® someter a consulta previa los nombramientos obligatorios hasta el relevo.

Arenas se?ala que un asunto especialmente relevante en las conversaciones de aquel traspaso fue la pol¨ªtica exterior, sobre todo las relaciones con la Uni¨®n Europea. El PSOE reclamaba p¨²blicamente que el Gobierno deb¨ªa consultarle la posici¨®n que iba a defender Espa?a en los foros internacionales. "Y si surgen discrepancias entre su postura y la nuestra, deber¨¢n asumir la del PSOE, que representa hoy la voluntad mayoritaria de los espa?oles", advert¨ªa Jes¨²s Caldera.

Ahora, Caldera precisa que lo que preocupaba al PSOE era que el Gobierno en funciones no aprobara el relevo de las tropas de Irak, previsto para abril, con la disculpa de que legalmente pod¨ªa hacerlo si lo consideraba un asunto de tr¨¢mite. "El PSOE se reservaba esta cuesti¨®n porque era evidente la discrepancia sobre Irak", relata Caldera. "No hicieron nada y eso nos permiti¨® luego retirar las tropas", agrega.

Otra cuesti¨®n que result¨® pol¨¦mica y ocup¨® buena parte de las conversaciones fue que el Ejecutivo no hab¨ªa computado en los Presupuestos varios gastos por una diferente interpretaci¨®n sobre la asignaci¨®n de las cuentas. Despu¨¦s, el ministro de Econom¨ªa, Pedro Solbes, modific¨® la contabilidad y, al asumir esas partidas, elev¨® el d¨¦ficit de 2004 al 1,81%. Cifr¨® la cantidad no asumida por el Gobierno de Aznar en 11.600 millones (inclu¨ªa la deuda de Renfe, de unos 5.000 millones; la de RTVE, de unos 600 millones, y la de un cr¨¦dito ICO otorgado a Argentina, de casi 300 millones).