Australia y el humo de Rajoy

El presidente electo Mariano Rajoy ha hablado de "arbitrar una f¨®rmula" para que los fumadores como ¨¦l no est¨¦n vetados en todos los lugares p¨²blicos cerrados y muchos ya est¨¢n preocupados. Ahora que los hosteleros hab¨ªan dejado de amenazar con el cierre por inanici¨®n de sus negocios y que las protestas se acallan o, al menos, se discuten en las tabernas con un aire algo menos viciado, Rajoy no se sabe si est¨¢ dispuesto a remover los cimientos de una ley espa?ola similar a las del resto de Europa y que se cumple sin ya problemas que rese?ar.

De iniciar el recorrido inverso al que han cubierto la mayor¨ªa de los pa¨ªses desarrollados, Espa?a podr¨ªa volver a ser diferente, lo que supondr¨ªa un bal¨®n de ox¨ªgeno para las atribuladas tabaqueras, que, por el contrario, se han topado con un nuevo y original obst¨¢culo. Australia acaba de aprobar una ley que proh¨ªbe, a partir de diciembre de 2012, los dise?os exclusivos de cada compa?¨ªa en sus cajetillas.

Verde oliva es el color elegido. Todas las cajetillas de tabaco que compren los australianos a partir de entonces ser¨¢n pr¨¢cticamente iguales. Los logotipos con las marcas ser¨¢n tambi¨¦n calcados y llevar¨¢n a tama?o grande y en ambas caras las advertencias sobre la nocividad del consumo del tabaco. De esta manera, Australia se dispone a cercenar la ¨²ltima forma de publicidad que pod¨ªan utilizar las tabaqueras, una vez que los anuncios han ido desapareciendo, por imperativo legal, de los medios de comunicaci¨®n y de los patrocinios deportivos.

Philip Morris ya ha anunciado acciones legales contra esta nueva norma. La firma teme, con raz¨®n, que esta novedosa iniciativa cale en el resto del mundo y se extienda a todos los pa¨ªses que poco a poco han ido levantando fronteras a la nicotina para reducir el consumo y los graves problemas de salud que acarrea.

En este panorama, la Espa?a de Rajoy podr¨ªa ser el oasis de las tabaqueras, que ver¨ªan la primera se?al de una relajaci¨®n de las medidas antitabaco. Har¨¢n bien en no fiarse. Mariano Rajoy ha demostrado una capacidad de ambig¨¹edad casi ilimitada. As¨ª que su propuesta puede ganar en volatilidad al humo de los puros que se fuma.