Par¨¢lisis estadounidense
El comit¨¦ parlamentario para combatir la deuda y el d¨¦ficit fracasa por c¨¢lculos electoralistas
El comit¨¦ parlamentario estadounidense de una docena de miembros que deb¨ªa alcanzar un acuerdo para reducir el d¨¦ficit y la deuda de Estados Unidos fracas¨® la pasada semana. Los congresistas y senadores que ven¨ªan trabajando desde el verano no fueron capaces de cumplir con el mandato que hab¨ªan recibido, posponiendo las decisiones de calado que precisa la econom¨ªa estadounidense hasta las elecciones de 2012. Los republicanos se sienten satisfechos de haber dificultado el trabajo de la Administraci¨®n de Obama, limitando sus posibilidades de reelecci¨®n, al mismo tiempo que los dem¨®cratas se sienten libres hasta cierto punto de responsabilidad por la cortedad de miras de sus rivales. Lo ¨²nico cierto, sin embargo, es que Estados Unidos sigue formando parte del problema, y no de la soluci¨®n, de la crisis financiera mundial, y su clase pol¨ªtica no est¨¢ en condiciones de hacer nada para salir de la par¨¢lisis.
En el caso de EE UU, las consecuencias econ¨®micas representan solo una dimensi¨®n de la nueva realidad internacional que se est¨¢ fraguando a partir de las deficiencias de su liderazgo pol¨ªtico. La imposibilidad de reducir el d¨¦ficit y la deuda mediante un debate que anticipe las dificultades y eval¨²e las mejores opciones obligar¨¢ a hacerlo en el ¨²ltimo momento y bajo presi¨®n. De esta manera, EE UU no solo ir¨¢ quedando cada vez m¨¢s a merced de sus acreedores internacionales, en particular China, sino que los recortes improvisados que le reclamen para garantizar la solvencia podr¨¢n afectar a partidas imprescindibles para mantener su poder. Por gigantesco que este sea y haya sido en el pasado, EE UU no escapa al principio por el que la divisi¨®n pol¨ªtica en un pa¨ªs sobre cuestiones de Estado afecta tarde o temprano a su posici¨®n internacional.
Como en otros pa¨ªses en dificultades, tambi¨¦n en Estados Unidos los ritmos electorales se han convertido en el m¨¢ximo horizonte de previsi¨®n que asumen los partidos. En situaciones de crisis como la actual, que amenaza con prolongarse, es un horizonte demasiado estrecho para emprender y sostener medidas capaces de combatirla. Pero es que combatir la crisis no es el ¨²nico ni tal vez el principal objetivo de una forma de hacer pol¨ªtica que no es privativa de Estados Unidos, pese al fracaso del comit¨¦ parlamentario para reducir el d¨¦ficit y la deuda. Ganar las elecciones importa m¨¢s que ahorrarle sufrimientos a un pa¨ªs. Se est¨¢ viendo ahora en Estados Unidos y se ha visto tambi¨¦n en Europa.
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