"El euro fue una trampa para pobres"
Los vecinos de Saint-Ouen, en la periferia norte de Par¨ªs, culpan de sus males a la moneda ¨²nica - Muchos llegan a fin de mes gracias a las ayudas sociales
"Todo el mundo se ha vuelto m¨¢s ego¨ªsta, la solidaridad no existe, ya nadie ayuda a nadie. No s¨¦ mucho sobre la deuda, pero s¨¦ que esta crisis es una mierda porque la van a pagar los mismos de siempre, y da igual que gobierne la izquierda o la derecha porque los que mandan son los bancos, los financieros". El que habla es Diabira, un joven de 24 a?os y raza negra que acaba de terminar su turno en la f¨¢brica de PSA Citro?n-Peugeot, un enorme edificio con los muros coronados de espinas.
Parece una c¨¢rcel, pero es una f¨¢brica y da empleo a miles de trabajadores. Por ahora. El gigante franc¨¦s de la automoci¨®n ha anunciado que en 2012 deber¨¢ despedir a 5.800 personas en Europa, 4.000 de ellas en Francia. Diabira cuenta que "en la f¨¢brica todos tienen miedo a perder el curro". ?l trabaja aqu¨ª desde hace tres a?os, controlando la calidad de las piezas. En su secci¨®n, explica, "ya nos han dicho que a final de mes se ir¨¢n todos los contratados temporales. Dicen que los fijos no, pero ya veremos".
"Sarkozy ha hecho cosas bien, pero mandan Merkel y los bancos", dice Diabira
Estamos en Saint-Ouen, la banlieue (periferia) del norte de Par¨ªs. El departamento se llama Sena-Saint-Denis, pero todos le llaman el 93 por su n¨²mero postal. Es el lugar de Francia donde viven, proporcionalmente, m¨¢s inmigrantes; la zona con la mortalidad infantil m¨¢s elevada (un 5,7%), con la poblaci¨®n m¨¢s joven (el 14% tiene entre 14 y 24 a?os) y la tasa de empleo m¨¢s baja: un 11,6% de paro en el segundo trimestre de 2011, frente al 9,1% nacional. Pero la cifra entre los j¨®venes alcanza ya el 43%.
Desde que empez¨® la crisis, en 2008, el modelo franc¨¦s del Estado providencia ha tenido que echar el resto en este barrio depauperado. El desempleo juvenil se ha disparado un 27% en tres a?os, y en abril solo hab¨ªa 66 j¨®venes cobrando la RSA (renta de solidaridad activa), la prestaci¨®n social para los trabajadores y las personas con menos ingresos creada en 2009 por el Gobierno. Pero la RSA, que beneficia a tres millones de franceses, apenas sirve para los menores de 25 a?os sin trabajo, porque para acceder al subsidio es preciso haber trabajado 24 meses a tiempo completo en los tres ¨²ltimos a?os.
En estas calles sin boutiques ni brasseries hubo en los a?os setenta y ochenta muchas empresas metal¨²rgicas y qu¨ªmicas. La deslocalizaci¨®n fue cerrando casi todas, y los intentos del Gobierno por reconvertir la zona en un gran polo empresarial -aqu¨ª est¨¢n las sedes de Alstom, BNP Paribas, Generali, Herm¨¨s o la telef¨®nica SFR- parecen haber rendido pocos beneficios a sus habitantes. En las ¨²ltimas elecciones regionales, un 67% de los censados del 93 prefiri¨® no votar.
Saint-Ouen no es la peor zona del 93, pero los puestos del mercadillo Ottino venden la misma quincalla que uno puede encontrar en los zocos ¨¢rabes y africanos. Mientras la crisis de la deuda azota a Europa, esta gente de todas las razas y colores lucha cada d¨ªa por encontrar o mantener un trabajo, llegar a fin de mes, ir a la universidad. Diabira es un joven educado, culto y con ganas de aprender, pero no ha podido completar sus estudios: "Empec¨¦ Derecho mientras trabajaba de noche como agente de seguridad. Luego conoc¨ª a mi chica, nos fuimos a vivir juntos y tuve que ponerme a trabajar de d¨ªa. Entr¨¦ de becario en PSA, y hoy soy fijo y cobro 1.300 euros netos. Me ha ido bien, pero he tenido que renunciar a mi sue?o. Cada momento que estoy en la f¨¢brica pienso 'mierda, yo quer¨ªa ser pol¨ªtico y ayudar a la gente'. Pero ahora tengo una hija de 10 meses y ese es mi deber. Si el Estado no me ayuda, es imposible salir de esta rueda".
Paseando calle abajo viene la se?ora Chatti, con un gran bombo que anuncia su inminente maternidad. Cuenta que es argelina y lleva un a?o en Par¨ªs, que antes viv¨ªa en el sur de Francia y que cuando estaba en Argelia era secretaria de direcci¨®n en una empresa de energ¨ªas renovables. "Querr¨ªa formarme mejor y trabajar, pero es dif¨ªcil. La vida aqu¨ª es dura y cara. Los franceses son poco acogedores, y tengo miedo de ir sola por la calle, veo muchos ladrones y agresiones". Los datos parecen darle la raz¨®n: este a?o ya ha habido cuatro millones de robos en Francia. Sobre Europa, Chatti tiene una opini¨®n muy extendida en el barrio: "El euro fue una trampa para los pobres, hizo m¨¢s dura la vida a mucha gente, todo se hizo m¨¢s caro de un d¨ªa para otro". Ella tambi¨¦n cobra la RSA de 470 euros, pero solo llega a fin de mes, dice, gracias a que las amigas le ayudan: "Pero quiero que mi hijo nazca en Francia y seguir¨¦ aqu¨ª".
En el 93 hay gente que est¨¢ peor. Ahmed, de 61 a?os, exalba?il, y Pascal, de 45 aunque aparenta 20 m¨¢s, matan el tiempo bebiendo una cerveza en el parque. Son SDF: sin domicilio fijo, sin techo. Los dos cobran sus 470 euros de subsidio, piden por la calle para comer y beber, y expresan la misma desconfianza en la pol¨ªtica y el mundo moderno: "Internet y los m¨®viles han cambiado la vida. La gente va por la calle con los cascos o el m¨®vil y nadie habla con nadie, pasan a tu lado sin verte", protesta Pascal.
Solo Arnaud Beseme, de 27 a?os, financiero en la multinacional Alstom, parece mostrar algo de esperanza. Con su primer empleo, gana ya 2.000 euros, tiene contrato fijo y se siente "mucho m¨¢s europeo que franc¨¦s". Incluso est¨¢ conforme con Merkozy: "Est¨¢n intentando resolver la crisis, pero Sarkozy tendr¨¢ que aprobar ajustes m¨¢s duros aunque eso le cueste la reelecci¨®n. Su problema es que parece que trabaja m¨¢s fuera que en casa, y eso podr¨ªa favorecer al Frente Nacional".
Diabira sonr¨ªe esc¨¦ptico. "Sarkozy ha hecho algunas cosas bien, pero todos sabemos que son la se?ora Merkel y los bancos quienes deciden nuestro destino".
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