La segunda vida de Nick Lowe
El 15 de noviembre de 2011. Mientras Wilco se prepara para reanudar su gira estadounidense, los pioneros del punk brit¨¢nico The Damned interpretan de un tir¨®n en Londres su a?ejo primer disco. Mundos ajenos, pero no tanto: el productor de dicha ¨®pera prima fue el mismo Nick Lowe (Walton-on-Thames, 1949) que ahora ejerce de telonero para Wilco. Y nadie asociar¨ªa al actual madurito de repertorio entre el pop previo a The Beatles, el country y el soul con la cultura del imperdible. "Nunca me interes¨® en realidad el punk, solo su actitud. Sent¨ª que se avecinaban cambios y quise estar ah¨ª, pero no lider¨¦ en absoluto el movimiento. De hecho, los chicos de The Damned me llamaban t¨ªo o abuelo, porque me gustaba el country & western y o¨ªa viejos discos de soul. Y eso que s¨®lo ten¨ªa 23 a?os", rememora Lowe desde su domicilio londinense, a la espera de girar a mediados de este mes con su propia banda por Espa?a para presentar el reciente The old magic.
"Me llevo las canciones a pasear, de compras o a conducir hasta que, de repente, est¨¢n acabadas. Es un proceso misterioso"
Aires de gentleman y pelo nevado, el m¨²sico ingl¨¦s suele subir en los bises para cantar con Jeff Tweedy y su grey I love my label: "De todas mis viejas canciones, la cre¨ª una de las que nadie versionar¨ªa. Pero Wilco abre sello (label en ingl¨¦s) y decidi¨® grabarla como proclama: fue un sorpres¨®n", confiesa Lowe con cachaza a prueba de bomba. Aquella consigna de amor originaria iba destinada a Stiff Records, la etiqueta protopunk y new wave que le alberg¨® como productor residente en los setenta y cuyo art¨ªfice, Jake Riviera, contin¨²a siendo su m¨¢nager. "Ahora es un venerable se?or mayor, pero entonces se le conoc¨ªa por su car¨¢cter. Uno de esos en la industria que casi rozaban la ilegalidad".
Y de Stiff, enseguida a predicar lo de "pop puro para la gente de ahora", un lema del que dice no estar tan alejado en su nuevo ¨¢lbum, pese a reincidir en la maestr¨ªa retro de sus ¨²ltimos trabajos: "Mi estilo como compositor es el del pop de mi ¨¦poca, el de los singles a 45 revoluciones. Como si me hubieran programado para escribir en la duraci¨®n que marcaba ese formato: entre dos y tres minutos". E intervienen los matices: "Mis letras est¨¢ claro que son adultas y reflexivas, pese al toque de ligereza. No pensaba que a¨²n me dedicar¨ªa a esto a los 62, pero es as¨ª, no se puede ignorar. Y artistas de mi edad como Paul Simon o Dylan firman a¨²n grandes obras".
The old magic esconde varias perlas. Una se llama 'I read a lot', y en ella aparece la lectura como sin¨®nimo de soledad tras el abandono. Un s¨ªmil poco manido. "No s¨¦ c¨®mo se me ocurri¨®. Cuando me viene una idea tiendo al trance, a veces durante semanas. Mi mujer se desespera. Me llevo las canciones a pasear, de compras o a conducir hasta que, de repente, est¨¢n acabadas. Es un proceso misterioso. Y un arte en peligro de extinci¨®n". Ninguna sorpresa por tanto ante nuevos t¨ªtulos como Stoplight roses o House for sale, en donde las rosas en los sem¨¢foros y la venta inmobiliaria provienen de la observaci¨®n callejera. Claro que a Lowe le dio en la segunda mitad de los noventa por acudir a la oficina. "En realidad era una habitaci¨®n que me ced¨ªan en un pub para ir a componer a diario. Una forma de establecer rutinas que me aconsej¨® John Hiatt". Con el cantautor estadounidense, m¨¢s Ry Cooder y Jim Keltner, Lowe hab¨ªa formado tiempo antes el fugaz supergrupo Little Village. "Me ayudaron mucho para saber hacia d¨®nde tirar en mi encrucijada art¨ªstica. Y a Ry Cooder le adoro: cuesta conocerle, tiene mala leche pero luego es encantador".
El punto de inflexi¨®n para Lowe lleg¨® con The impossible bird en 1994. "No consegu¨ªa que nadie me entendiera: quer¨ªa practicar un estilo intimista, a la antigua, con todos tocando y cantando a la vez en la grabaci¨®n. Y tuvo que ser mi bater¨ªa de siempre, Bob Treherne, el que me ayudara cuando volvi¨® tras unos a?os viviendo en San Antonio". Lowe lleva m¨¢s de tres lustros y cinco notables largos de esa guisa. Y en su grupo tambi¨¦n destaca el teclista y compositor Geraint Watkins, autor de jugosos discos en solitario. "Soy afortunado, porque los miembros de mi banda, adem¨¢s de saber un poco de todas las m¨²sicas y no ser instrumentistas relamidos, se atreven a soltar cosas como 'eso no funciona' o 'es una idea terrible'. Nada de adulaci¨®n".
La importancia de la banda: "Estoy convencido de que una de las ventajas, por ejemplo, de Elvis Costello sobre Graham Parker, a los que al principio se consideraba al mismo nivel, residi¨® en que The Attractions desplegaban una actitud punk. En cambio, el libro de estilo de The Rumour estaba anticuado". Lowe conoc¨ªa bien a los acompa?antes de Parker: la mayor¨ªa hab¨ªan sido sus compa?eros en Brinsley Schwarz, banda ep¨ªtome del pub rock con la que vivi¨® una p¨¦sima experiencia promocional. "Nuestro representante se empe?¨® en convertirnos en hype fletando un avi¨®n de periodistas brit¨¢nicos a Nueva York, donde actu¨¢bamos en el Filmore East. Todo sali¨® mal: problemas con los visados, retrasos en los vuelos y malas cr¨ªticas. Desde entonces evito los peligros de la fama y he saboteado cualquier sobredimensi¨®n en mi carrera".
El nuevo ¨¢lbum incluye un tema de Elvis Costello, The poisoned rose. Una sociedad cl¨¢sica: Nick Lowe produjo todos sus primeros largos y le sirvi¨® un hit con (What's so funny 'bout) peace, love and understanding, la canci¨®n que luego inundar¨ªa a su autor de royalties gracias al cine. "Mientras me llegue el cheque, no me importa que la gente crea que la escribi¨® Elvis. Me enorgullecen sus m¨²ltiples versiones, hay hasta una hecha en la jungla de Namibia".
Nick Lowe actuar¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 15 de diciembre en Valencia, el 16 en Madrid y el 17 en Bilbao. nicklowe.com
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