No hay esc¨¢ndalo que acabe con Sin¨¦ad O'Connor
La irlandesa reivindica la liberaci¨®n sexual, clama contra la iglesia cat¨®lica y considera "blasfemo" a Bono, cantante de U2, mientras ultima su pl¨¢cido regreso al pop tras casi 15 a?os
No cabe duda. Son esos ojos. Los mismos que, all¨¢ por 1991, conmovieron a medio mundo mientras se deshac¨ªan en l¨¢grimas en el v¨ªdeo de Nothing compares 2U. Veinte a?os despu¨¦s, nos encontramos en M¨¢laga frente a esa misma mirada expectante, curiosa, inconfundible, que parece no precisar del parpadeo. Sin¨¦ad O'Connor (Dubl¨ªn, 1966) habla con un hilo de voz casi inaudible, como quien murmurase sin demasiada convicci¨®n una vieja letan¨ªa. Pero sucede justo al contrario: la cantante no desperdicia ni una sola frase a la hora de expresar su opini¨®n sobre cuanto la rodea. Y los asuntos que considera de su incumbencia sobrepasan con creces los confines de la creaci¨®n art¨ªstica.
"Vulnerable y corajuda". As¨ª suena su voz cuando canta, pero ella misma admite que estos dos adjetivos, aparentemente contradictorios, servir¨ªan tambi¨¦n para definir su propia personalidad. La perezosa luz oto?al le confiere un aspecto risue?o y pl¨¢cido, como si hubiese retornado al sendero de la autoestima en esa permanente batalla que dirime consigo misma. Sin¨¦ad padece dos enfermedades importantes, fatiga cr¨®nica y trastorno de bipolaridad, y durante su gira irlandesa del pasado verano se la vio desmejorada y con problemas de sobrepeso. En la actualidad, superados los engorrosos efectos de la medicaci¨®n, ha recobrado la buena forma f¨ªsica y su caracter¨ªstico cr¨¢neo rapado al uno. Solo que ahora, ley de vida, se perciben destellos entrecanos en el contorno de su cabello.
"Buscaba novio y expuse en un art¨ªculo los requisitos. Consegu¨ª uno perfecto"
"Bono se muestra conmovido por ?frica, pero espiritualmente Irlanda le trae sin cuidado"
Durante un par de semanas, esa nebulosa de colaboradores que conocemos como "el entorno del artista" han rebuscado en la agenda el momento m¨¢s propicio para una conversaci¨®n sin apreturas de tiempo. Pero con una petici¨®n o, m¨¢s bien, tres: la charla no podr¨¢ versar "sobre familia, religi¨®n u homosexualidad". La premisa se torna rid¨ªcula desde el primer minuto: su protegida es la primera que aborrece las cortapisas a la hora de opinar. Le interesa hablar de todo, aun a sabiendas de que puede levantar ampollas. Y aunque regresar¨¢ en febrero a la primera l¨ªnea musical con un esperado nuevo disco, su actitud difiere de la del t¨ªpico artista en periodo promocional, dispuesto a loar sus excelencias para atraer al p¨²blico a las salas de conciertos.
Pregunta. Anunci¨® que su nuevo trabajo se titular¨ªa Home (Hogar), pero en el ¨²ltimo instante lo ha sustituido por What about I be me and you be you? (?Qu¨¦ tal si yo soy yo y t¨² eres t¨²?). ?Es siempre tan dr¨¢stica cuando cambia de opini¨®n?
Respuesta. Todos somos esp¨ªritus cambiantes. Decid¨ª modificar el t¨ªtulo despu¨¦s de mi mala experiencia con los art¨ªculos sobre sexo que publiqu¨¦ en el Sunday Independent. Comprob¨¦ que la sociedad irlandesa sigue estando muy reprimida y, en muchos casos, se echa las manos a la cabeza cuando una mujer se expresa con libertad. He llegado a la conclusi¨®n de que me la trae al fresco lo que piense todo el mundo. Yo soy yo, y que me dejen en paz. ?Sabe a qu¨¦ art¨ªculos me refiero?
P. S¨ª, s¨ª. Explicitaba en ellos sus deseos de encontrar a un hombre hirsuto, que no se depile ni utilice cremas y que contemple el sexo anal entre sus pr¨¢cticas amatorias. A algunos les pareci¨® una frivolidad. O una provocaci¨®n.
R. Buscaba novio. Pens¨¦ en acudir a las consabidas empresas de contactos, pero me di cuenta de que al d¨ªa siguiente se habr¨ªa filtrado a la prensa: "?Sin¨¦ad O'Connor se inscribe en una agencia matrimonial!". As¨ª pues, me ahorr¨¦ los tr¨¢mites de apuntarme y expuse pormenorizadamente los requisitos.
P. ?Y ha tenido ¨¦xito?
R. ?S¨ª! Tengo un novio perfecto que cumple con mis exigencias. S¨ª, tambi¨¦n con esa que levant¨® polvareda [sonrisa mal¨¦vola]. Bueno, en realidad tuve que ser flexible con una: ped¨ª uno a partir de 40 a?os y ¨¦l tiene 38, pero me pareci¨® que pod¨ªa no ser tan estricta en ese aspecto.
P. En cualquier caso, no parece el m¨¦todo m¨¢s convencional de encontrar novio para una mujer famosa y atractiva...
R. Me considero en plenitud, en la mejor ¨¦poca de la vida, pero ni aun as¨ª me resultaba f¨¢cil emparejarme. Tengo tres hijos de cortas edades a los que he de prestar atenci¨®n. Paso el d¨ªa metida en casa, solo me relaciono con mis compa?eros de trabajo y, obviamente, no me parece buena idea ponerme a follar con ellos. El alcohol me sienta muy mal y toda la vida social irlandesa gira en torno a los pubs. En consecuencia, la mejor manera que se me ocurri¨® de conocer gente fue a trav¨¦s de mis art¨ªculos y de Internet.
P. ?Comprende el esc¨¢ndalo que generan siempre sus palabras?
R. No lo s¨¦. Quiz¨¢s sea un poco infantil y me divierta comprobar que la gente se irrita con mis afirmaciones. Cuanto m¨¢s se enfadan, m¨¢s encantada me siento. Y es en ese punto cuando no me resisto a la tentaci¨®n de soltar algunas estupideces. "He follado con un pl¨¢tano", anunci¨¦ en mi blog. Y claro, al d¨ªa siguiente ya estaban todos los peri¨®dicos con el tema a vueltas: "Sin¨¦ad O'Connor anuncia que ha mantenido sexo con una popular fruta".
P. ?La controversia se agudiza por sus enfoques feministas?
R. Seguro. Estoy hasta el mo?o, por ejemplo, de que apenas exista porno para mujeres. Los chicos pueden hartarse. ?Por qu¨¦ no tambi¨¦n a la inversa? Igual sucedi¨® cuando reconoc¨ª que hab¨ªa experimentado, brevemente, el sexo con mujeres. Lo disfrut¨¦ mucho y no acierto a entender por qu¨¦ cuestiones tan perfectamente cotidianas todav¨ªa son objeto de pol¨¦mica.
P. ?Por qu¨¦ el sexo homosexual, en pleno siglo XXI, est¨¢ a¨²n perseguido o anatemizado?
R. Si me pregunta qui¨¦n tiene la culpa, la respuesta ser¨¢ rotunda: la religi¨®n. La cat¨®lica y muchas otras. No hay nada de malo en ser gay porque Dios cre¨® a los gays. Dios ama incondicionalmente, pero las religiones son condicionales. Por eso me parece una blasfemia que la iglesia condene la homosexualidad. Los gays no tienen culpa de los males del mundo, a ver si se enteran los l¨ªderes religiosos.
P. Hay quien piensa, en cambio, que la iglesia s¨ª podr¨ªa tener culpa de otras cosas...
R. El informe Murphy detall¨® hace un par de a?os c¨®mo la Iglesia irlandesa hab¨ªa encubierto corrupciones y abusos sexuales a menores durante cerca de medio siglo. En consecuencia, las nuevas generaciones de j¨®venes en mi pa¨ªs no se atreven a decir que creen en Dios. No quieren involucrarse espiritualmente, y no me extra?a. Sobre todo, porque nuestros artistas m¨¢s populares, aquellos que rendieron tributo a Juan Pablo II, prefirieron mirar hacia otro lado.
P. ?Se est¨¢ refiriendo a Bono?
R. No solo. Tambi¨¦n ped¨ª a Bob Geldof que se significase, pero su agente me respondi¨®: "Lo siento, mi representado no toma partido en este tipo de cuestiones". Pero s¨ª, el cantante de U2 ni siquiera se molest¨® en contestarme. Bono se proclama creyente y da las gracias a Dios cuando gana premios Grammy, pero luego no hace nada. Y eso es una blasfemia. Una sola palabra suya habr¨ªa bastado para reconfortar a las v¨ªctimas, pero no lo hizo. Bono o Geldof se muestran conmovidos por los problemas de remotos pa¨ªses africanos, pero Irlanda es un pa¨ªs espiritualmente destrozado que les trae sin cuidado.
P. ?Le queda al menos confianza en los pol¨ªticos?
R. Qu¨¦ va. La pol¨ªtica es decepcionante. Segu¨ª las ¨²ltimas elecciones en Irlanda de cerca. Result¨® desagradable. Los irlandeses votan para echar a unos, no porque les ilusione que entren otros. Es una visi¨®n muy negativa.
P. ?Y los banqueros?
R. ?La banca? ?El Banco Central Europeo? Mire, se lo resumir¨¦ en pocas palabras. Banquero rima con pajillero. Ah¨ª tiene mi opini¨®n sobre esa gente.
esperado regreso al pop
El pr¨®ximo 20 de febrero, cuando el sello One Little Indian (el mismo de Bj?rk) ponga en circulaci¨®n 'What about I be me and you be you?', la irlandesa abordar¨¢ su primer intento serio en los ¨²ltimos tres lustros por regresar a la aristocracia del pop internacional. En este periodo ha grabado un ¨¢lbum de canciones tradicionales irlandesas ('Sean-n¨®s nua'), otro inspirado en el 'reggae' y dem¨¢s m¨²sicas jamaicanas ('Throw down your arms') o uno m¨¢s de tem¨¢tica espiritual ('Theology'), e incluso en 2003 public¨® una recopilaci¨®n de rarezas para endulzar el anuncio de que abandonaba definitivamente los escenarios. Esta vez, en cambio, se ha atrevido con diez canciones mucho m¨¢s accesibles e incluso v¨¢lidas para la radio comercial, en particular las chisporroteantes '4th Vine Street' y 'Old lady'. Otros momentos atractivos son su versi¨®n de 'Queen of Denmark', el cl¨¢sico del cantautor gay John Grant, o la excelente 'Take off your shoes', que empieza en un susurro y va cobrando fuerza con sus c¨¢lidos arreglos.
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