La mas¨ªa de Ferrater, en venta
La Generalitat estudia hacer de la casa de Almoster en la que el poeta inici¨® su pasi¨®n literaria y pict¨®rica un centro de creaci¨®n y de estudio
Hay un paisaje que recorre de manera especial la obra del poeta Gabriel Ferrater (Reus, 1922; Sant Cugat del Vall¨¨s, 1972): el que rodea una mas¨ªa familiar ubicada en lo que hoy es la urbanizaci¨®n del Picarany, en Almoster (Baix Camp), donde Ferrater pas¨® largas temporadas a lo largo de su vida. Sus padres proyectaron la casa en 1924, cuando gozaban de una buena situaci¨®n econ¨®mica. Buscaban un remanso de aire puro en un momento en que las tesis higienistas recorr¨ªan Europa. No en vano, el edificio, de grandes dimensiones, est¨¢ rodeado de varias hect¨¢reas de vegetaci¨®n y se llega a ¨¦l por una arboleda.
All¨ª, Ferrater creci¨® y se hizo adolescente junto a sus dos hermanos, Amalia y el cr¨ªtico literario Joan Ferrat¨¦. Entre su bosque, la pista de tenis y la gran biblioteca de la casa, empez¨® a imaginar los primeros versos de Da nuces pueris (1960). Tambi¨¦n presenci¨® la llegada de la Guerra Civil, como dej¨® plasmado en el poema In Memoriam, uno de los m¨¢s valiosos sobre ese episodio en la literatura catalana: "Quan va esclatar la guerra, jo tenia/ catorze anys i dos mesos. De moment/ no em va fer gaire efecte... Ajagut/ dins d'un avellaner, al cor d'una rosa de fulles moixes i molt verdes, com/ pells d'eruga escorxada, all¨ª, aja?at/ a l'entrecuix del m¨®n, m'espesse?a/ de revolta feli?, mentre el pa¨ªs espetegava".
En la finca, valorada en 800.000 euros, Gabriel vio llegar la Guerra Civil
Tarragona tambi¨¦n busca uso para la casa de Carlos Barral en Calafell
Tras exiliarse en Burdeos, despu¨¦s de la contienda volvi¨® a la casa con su hermano. De ese tiempo, a su amigo el escritor y editor Carlos Barral le gustaba recordar que los dos hermanos discut¨ªan por cuestiones ideol¨®gicas. Entonces dejaban de hablarse y se comunicaban solo por carta a pesar de estar bajo el mismo techo. Durante las d¨¦cadas de 1940 y 1950 en la mas¨ªa Ferrater tambi¨¦n empez¨® a pintar. De hecho, en la actualidad se exhiben en el Museo de Arte e Historia de Reus cinco cuadros al ¨®leo con el Picarany como trasfondo. Sin embargo, en 1958, tras el suicidio de su padre y el traslado a Barcelona, la familia vendi¨® la casa. A Ferrater le dio tanta pena que no volvi¨® nunca m¨¢s ni a Reus ni a Almoster. "Me da un poco de miedo ir. Un miedo nost¨¢lgico", le dijo a Llu¨ªs Pasqual en 1970 durante una entrevista.
El lugar sigue conservando la esencia de aquel entonces porque sus actuales propietarios no hicieron cambios sustanciales en el edificio. Reabrieron la casa en 2010 para una jornada sobre el poeta. La cita, organizada por la escritora Isabel Olesti, se repiti¨® hace unas semanas y varios centenares de mit¨®manos acudieron hasta el Picarany, seducidos por la idea de llegar a conocer m¨¢s a fondo la figura de un creador que plane¨® su muerte a conciencia porque, seg¨²n confes¨® a Jaime Salinas, no quer¨ªa llegar a viejo para no oler como un anciano.
Durante el encuentro, los herederos de la mas¨ªa anunciaron que est¨¢ en venta, y su deseo es que se convierta en un gran centro de arte en torno a la figura de Ferrater. Por eso buscan comprador entre las instituciones. "Antes de que se la quede un ruso, nuestro sue?o es que alguien genere un proyecto sostenible por s¨ª mismo, como un centro dedicado a la creaci¨®n", expresa Carlos Pujol, uno de los actuales herederos del edificio. Estudian organizar debates culturales, exposiciones y alquilar habitaciones a artistas. "Ferrater tambi¨¦n fue un creador multidisciplinar", recuerda Olesti.
Los due?os ya han trasladado la petici¨®n de manera informal a la Generalitat a trav¨¦s del director territorial de Cultura en Tarragona, Jordi Agr¨¤s, y este ha redactado un informe para el consejero de Cultura, Ferran Mascarell. "La gente tiene ganas de que la compremos, pero el problema es, en el contexto actual, hallar el dinero necesario", afirma Agr¨¤s. Seg¨²n sostiene, podr¨ªan buscar un acuerdo con la Instituci¨® de les Lletres Catalanes. El precio de la finca podr¨ªa rondar los 800.000 euros.
"Queremos revalorizar el patrimonio cultural y eso pasa, tambi¨¦n, por buscar nuevos usos a los edificios emblem¨¢ticos de la demarcaci¨®n", corrobora el director territorial de Cultura. Otro que se estudia es la casa de Calafell en la que Barral se lanz¨® al mar y a la escritura. "Queremos organizar alternativas; cenas literarias, congresos, jornadas, conciertos y caf¨¦s filos¨®ficos", a?ade Agr¨¤s. La Generalitat presentar¨¢ el plan definitivo de este nuevo giro cultural en febrero. Los herederos de la mas¨ªa de Ferrater y los seguidores de su obra sue?an con que la casa est¨¦ en el programa.
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