Felices de rivalizar
Mourinho dar¨¢ pistas el s¨¢bado, en el cl¨¢sico, de qui¨¦n es su primer delantero, pero la inc¨®gnita no inhibe el entusiasmo de Higua¨ªn y Benzema, excelentes en lo que va de temporada
Abundan en el f¨²tbol las historias de delanteros frustrados por la competencia con el due?o de la taquilla de al lado. Genios incomprendidos arrojados a la depresi¨®n, o la rebeld¨ªa, por no poder soportar que los cotejen continuamente con otro colega experto en el duro oficio de meter goles. Higua¨ªn y Benzema, sin embargo, son un caso aparte. Bastaba con verles el s¨¢bado llegar a El Molin¨®n con las caras contra el cristal de las ventanas del autob¨²s para comprobar que son tipos relativamente felices a pesar de que ninguno sabe a ciencia cierta cu¨¢l es el preferido del jefe.
La recepci¨®n del Madrid es un ritual viejo en El Molin¨®n. Pero la multitud sportinguista desplegada frente al puente sobre el r¨ªo Piles, los insultos, los dedos apuntando a los rostros enemigos, quedaron en un segundo plano el s¨¢bado merced a la intervenci¨®n de un centenar de miembros de la asociaci¨®n de Amigos del Perro de Gij¨®n. Estas gentes, mujeres en su abrumadora mayor¨ªa, rodearon al autob¨²s del equipo con sus carteles de consignas esot¨¦ricas: "Florentino, indulta a nuestros perros" y "Florentino, no firmes la sentencia de muerte". Seg¨²n explicaron los manifestantes, Thaler, empresa filial de ACS, la matriz que dirige Florentino P¨¦rez, pretende hacerse con la gesti¨®n de la perrera municipal.
"Cuando llegue el momento de decidir, lo har¨¦", dijo el t¨¦cnico hace un mes
Los puntas del Madrid son los primeros en defender: duplican las faltas que reciben
El Madrid se dispon¨ªa a jugar contra el Sporting y, aunque su presidente no viajaba en el autob¨²s para recibir el mensaje directamente, sus futbolistas s¨ª lo hicieron. Pero ni los coros de los Ultra Boys, ni los carteles de los defensores de los perros, ni la tensi¨®n del duelo inminente, parecieron afectar a Gonzalo Higua¨ªn ni a Karim Benzema. El argentino viajaba en el antepen¨²ltimo asiento mirando el paisaje con aire grave. Sergio Ramos, inmediatamente detr¨¢s, sonre¨ªa ante el espect¨¢culo popular. En la ¨²ltima fila, levantando el pulgar a quienes le hac¨ªan gestos, figuraba Benzema. Los cascos grandes, blancos, brillantes, descansaban sobre su cr¨¢neo afeitado mientras observaba a la muchedumbre reunida con expresi¨®n pueril. Como el autob¨²s debi¨® entrar marcha atr¨¢s en el aparcamiento, el conductor hizo una maniobra compleja que permiti¨® a seguidores y futbolistas disponer de un par de minutos largos para hacer algo que, una vez en el estadio, resulta imposible: mirarse a la cara.
Todos comprobaron que Higua¨ªn y Benzema parec¨ªan cualquier cosa menos jugadores tristes o inc¨®modos. Higua¨ªn fue titular en El Molin¨®n y Benzema entr¨® en la segunda parte. Ninguno de los dos engord¨® significativamente sus estad¨ªsticas. Se mantiene la inc¨®gnita, por lo tanto, y ambos afrontan el cl¨¢sico del s¨¢bado, frente al Bar?a, sin saber qui¨¦n ser¨¢ titular en el partido m¨¢s relevante del curso. El entrenador, Jos¨¦ Mourinho, advirti¨® hace un mes de que deber¨ªa tomar una decisi¨®n sobre qui¨¦n ser¨¢ su primera opci¨®n. Como no lo ha hecho hasta ahora deber¨¢ dar ese paso a lo largo de la semana. "Cuando llegue el momento de tener que decidir, pues lo har¨¦", sentenci¨®. "?Lo har¨¦! No tengo ning¨²n tipo de problemas en hacerlo".
Higua¨ªn y Benzema no parecen ansiosos por que se pronuncie. Hasta ahora, el rendimiento de ambos ha sido magn¨ªfico, siempre en un clima constructivo, a pesar de que ninguno est¨¢ seguro del futuro que le espera. Benzema tiene la certeza de que Mourinho le trat¨® con crueldad la temporada pasada y que no cont¨® con ¨¦l para los cl¨¢sicos decisivos. Sabe que al t¨¦cnico no le gusta su car¨¢cter linf¨¢tico pero se siente querido por Florentino P¨¦rez y por Zidane. Las dudas tambi¨¦n se ciernen sobre Higua¨ªn. El argentino cree que el t¨¦cnico aprecia su predisposici¨®n aguerrida, pero duda del aprecio del presidente, que prefiere a su compa?ero.
Los n¨²meros hablan de dos atacantes excelentes, dos de los mejores goleadores del mundo, que, a la luz del contraste, resultan tan parejos como complementarios. Ambos nacieron en diciembre de 1987 con diez d¨ªas de diferencia, bajo la posici¨®n de los astros relativa a Sagitario. Mourinho le ha dado la titularidad siete veces a cada uno en un reparto sim¨¦trico: tres veces en el Bernab¨¦u y cuatro veces a domicilio. Higua¨ªn ha jugado 14 partidos (719 minutos) y Benzema 12 (658 minutos). Higua¨ªn ha hecho 33 acciones por partido, mientras que su rival ha completado 32. El argentino es m¨¢s goleador, con 12 tantos, uno cada 60 minutos. Benzema ha hecho siete goles, uno cada 94 minutos. El franc¨¦s, destacado por su capacidad asociativa desde la media punta, contabiliza una asistencia. Higua¨ªn todav¨ªa no ha dado un pase de gol en el campeonato. Los dos han provocado los mismos penaltis. Dos cada uno.
Mourinho puso a Higua¨ªn de entrada en El Molin¨®n porque entendi¨® que el partido demandar¨ªa grandes dosis de la agresividad que caracteriza al argentino. Sin embargo, la estad¨ªstica demuestra que Benzema tambi¨¦n se ha contagiado del ardor que agita al equipo cada vez que pierde la pelota. Esto forma parte del perfil que le ha dado el entrenador a este Madrid y es una cualidad distintiva: los delanteros, mandados a hostigar la salida del bal¨®n del equipo contrario, hacen el doble de faltas de las que reciben. As¨ª, Benzema ha sufrido cinco faltas y ha cometido nueve, mientras que Higua¨ªn ha sufrido cinco y ha hecho diez.
Esta agresividad inspir¨® el elogio de Manolo Preciado, el s¨¢bado tras el partido. "El Madrid es un equipo que est¨¢ en un estado alarmante en cuanto a lo positivo", dijo el t¨¦cnico del Sporting. "Pelean cada bal¨®n como si fueran ni?os peque?os, con un hambre de ganar tremendo. Cuando se tiene la calidad que ellos tienen y encima se pone eso, pues son muy dif¨ªciles de contrarrestar. El Madrid es mejor que hace un a?o. Ha dado un paso adelante. No hay que ser muy listo para llegar a esta conclusi¨®n. Lo dicen los n¨²meros".
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