Posiciones divergentes frente a un objetivo com¨²n
Los dirigentes de la UE intentan conciliar sus propios intereses con la defensa de la moneda ¨²nica europea
El euro afronta una cumbre clave para su futuro. Los dirigentes de la UE barajan posibilidades enfrentadas para salvar la moneda ¨²nica. Estas son sus posturas:
- Alemania. La principal preocupaci¨®n es que la reforma de los tratados propuesta por la canciller Angela Merkel y el presidente Nicolas Sarkozy sea aceptada por todos los socios y no solo por los 17 pa¨ªses del euro. Berl¨ªn defiende que las instituciones europeas apliquen sanciones autom¨¢ticas a los pa¨ªses que violen los criterios de estabilidad del euro. Los alemanes quieren, adem¨¢s, que los miembros de la Uni¨®n Monetaria introduzcan techos de deuda en sus respectivas constituciones. Otro punto pol¨¦mico ha sido la insistencia de Merkel en que el Tribunal de Justicia de Luxemburgo juzgue a los que se salten los compromisos de estabilidad adquiridos en los tratados.
Los negociadores alemanes rechazan la propuesta de que los socios del euro emitan deuda conjunta. Alemania tambi¨¦n se opone a la compra de bonos a gran escala por parte del Banco Central Europeo.
- Francia. Sarkozy ha obtenido casi todo lo que quer¨ªa de sus largas negociaciones con Angela Merkel. No ha conseguido ni una intervenci¨®n masiva del BCE ni la creaci¨®n de eurobonos, pero el pacto franco-alem¨¢n anunciado el lunes permite al presidente franc¨¦s afrontar con gran optimismo la cumbre. Es un logro para ¨¦l la reuni¨®n mensual de los jefes de Estado y de Gobierno de la zona euro mientras haya crisis.
La gran cesi¨®n de Sarkozy a Merkel es la regla de oro del d¨¦ficit, que no puede aprobar sin el apoyo del Partido Socialista. Pero Sarkozy conf¨ªa en que si los 17 salen de Bruselas con un acuerdo, la presi¨®n obligar¨¢ a su m¨¢ximo rival, Fran?ois Hollande, a mover ficha para no quedarse aislado. Jugada maestra, por tanto, con la vista siempre puesta en las presidenciales de abril y mayo.
- Italia. La cita de Bruselas constituye un "hito fundamental para que la Uni¨®n plante cara e intente capear la crisis", considera el primer ministro, Mario Monti: "Lo que se decida ser¨¢ importante para los mercados y para el futuro de Europa. Nunca he demonizado a los mercados, antes incluso los controlaba [como comisario europeo]. Ahora representan una percepci¨®n colectiva de la credibilidad de las medidas que adoptan los pa¨ªses miembros". Por eso, el d¨ªa de la verdad ser¨¢ el 10 de diciembre, "cuando los mercados expresen su veredicto sobre lo que se haya decidido". "No estoy en contra de un cambio razonable de los tratados europeos", ha a?adido Monti.
- Espa?a. El futuro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el jefe del Ejecutivo en funciones, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, apoyan sin ambages el plan de Merkel y Sarkozy para reformar la UE. La primera ley que Rajoy llevar¨¢ al Congreso es la que desarrolla la reciente modificaci¨®n de la Constituci¨®n para fijar un techo de gasto p¨²blico y d¨¦ficit. "Espa?a ha introducido esta reforma para garantizar la estabilidad presupuestaria", ha dicho el futuro jefe del Gobierno, quien prometi¨® "las reformas necesarias para mejorar la econom¨ªa y crear empleo".
- Reino Unido. David Cameron tiene un dilema y dos preocupaciones. Quiere que la zona euro salga reforzada de esta cumbre porque la inestabilidad del euro ser¨ªa una cat¨¢strofe para la econom¨ªa brit¨¢nica. Pero no quiere ceder ni un ¨¢pice m¨¢s de soberan¨ªa, porque eso le obligar¨ªa a convocar un refer¨¦ndum para que los brit¨¢nicos ratifiquen la reforma del tratado. Por eso amenaza con vetar cualquier propuesta a 27 que vaya en esa l¨ªnea. Tampoco le interesa una reforma muy profunda porque eso refuerza al ala m¨¢s euroesc¨¦ptica de los conservadores.
Por otra parte, su verdadero objetivo es mantener intactos los intereses de la City y en general todo lo que afecta al mercado interior. Por eso el Gobierno brit¨¢nico todav¨ªa no sabe muy bien si le interesa un acuerdo a 27 (con el peligro de ceder soberan¨ªa) o un acuerdo que solo afecte a la zona euro (con el peligro de perder posiciones en el mercado interior y como plaza financiera).
- Portugal. El primer ministro, el conservador Pedro Passos Coelho, ha jugado desde su elecci¨®n en junio el papel de alumno ejemplar europeo y se ha alineado hasta ahora con las tesis de Merkel. Portugal, que recibi¨® en mayo el acuerdo para beneficiarse de un pr¨¦stamo de 78.000 millones de euros, acudir¨¢ a la crucial cita sin intenci¨®n de salirse del guion fijado por Alemania y Francia.
Este seguidismo le ha granjeado cr¨ªticas en el pa¨ªs. El secretario general del Partido Socialista portugu¨¦s, Ant¨®nio Jos¨¦ Seguro, que califica de "errada" la propuesta franco-alemana, acusa al Gobierno portugu¨¦s de falta de iniciativa y le reclama que se al¨ªe con otros dirigentes europeos para formar "un frente com¨²n" distinto.
- Irlanda. Irlanda puede convertirse en el gran obst¨¢culo a la reforma de los tratados, sobre todo si busca armonizar el impuesto de sociedades, que en la Rep¨²blica es casi la mitad que en el conjunto de la UE. Con el pa¨ªs todav¨ªa humillado por el rescate internacional del a?o pasado, "en estos momentos es dif¨ªcil que se pudiera aprobar un refer¨¦ndum en Irlanda", admiti¨® hace unos d¨ªas el ministro de Finanzas, Michael Noonan, en un encuentro con EL PA?S y otros medios europeos. Y la Constituci¨®n irlandesa obliga a que toda modificaci¨®n de los tratados europeos sea ratificada en refer¨¦ndum.
- Grecia. Grecia acude a la cita maniatada por el compromiso de acatar los acuerdos del 26 de octubre (quita del 50% de la deuda y segundo rescate a cambio de m¨¢s ajustes) que se han visto obligados a firmar los tres partidos del Gobierno de coalici¨®n, una humillaci¨®n para buena parte de la opini¨®n p¨²blica. As¨ª que es previsible que el jefe del Gobierno griego, Lukas Papademos -que se estrena en una cumbre de los Veintisiete-, desempe?e un papel m¨¢s parecido al de convidado de piedra que al de un par entre socios.
El jefe del Ejecutivo llegar¨¢ con los duros presupuestos de 2012 reci¨¦n aprobados, pero la satisfacci¨®n por los deberes hechos apenas si resistir¨¢ la advertencia del presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, que esta semana ha mostrado a Atenas la puerta de salida del euro "si no respeta sus compromisos". O el ¨²ltimo mensaje del Fondo Monetario Internacional, que subraya "la lentitud de las reformas y la impotencia de la econom¨ªa".
- Holanda. El Gobierno holand¨¦s acude a la cumbre bajo el peligro de la recesi¨®n y la amenaza de ver rebajado su ¨ªndice de solvencia. La recesi¨®n asoma desde que el pasado trimestre la econom¨ªa frenara su crecimiento. Si en el presente ejercicio no mejora, habr¨¢ entrado oficialmente en una etapa de estancamiento. La solvencia del pa¨ªs acaba de ser medida por la agencia Standard & Poor's. Seg¨²n sus c¨¢lculos, los holandeses han llegado a la misma zona de peligro que Alemania, Francia, Finlandia, Austria y Luxemburgo. Por eso Jan Kees de Jager, ministro holand¨¦s de Finanzas, aboga por inyectar capital privado en el fondo de garant¨ªas. Tambi¨¦n quiere imponer controles a todos los socios, para evitar que un d¨¦ficit desbocado tumbe el Pacto de Estabilidad com¨²n.
- Finlandia. La sustancia del proyecto de reforma impulsado por Alemania y Francia satisface en larga medida los anhelos de Finlandia, uno de los seis pa¨ªses de la zona euro cuya deuda mantiene la m¨¢xima calificaci¨®n de las agencias. En una entrevista concedida a este diario hace dos semanas, el ministro finland¨¦s para Europa, Alex Stubb, abogaba por la introducci¨®n de "reglas m¨¢s duras y mecanismos autom¨¢ticos que lleven ante los tribunales europeos a quienes las incumplen". El plan esbozado por Merkel y Sarkozy encaja perfectamente con esa visi¨®n.
- Suecia. Suecia llega a la cumbre con una posici¨®n macroecon¨®mica envidiable y con ninguna prisa por unirse al club del euro. Con un crecimiento superior al 4,5%, la expectativa de lograr super¨¢vit fiscal a corto plazo y t¨ªtulos de deuda mejor valorados que los alemanes, el Gobierno sueco exige a los pa¨ªses m¨¢s endeudados un fuerte compromiso de reducci¨®n del gasto. Los ministros de Finanzas y Exteriores, Anders Borg y Carl Bildt, han insistido en que su Gobierno est¨¢ a favor de la adopci¨®n de la moneda ¨²nica, pero tambi¨¦n dejaron entrever que no tienen prisa en hacerlo, sobre todo porque la oposici¨®n de los suecos al euro est¨¢ en niveles r¨¦cord desde que en 2003 la poblaci¨®n rechazara por refer¨¦ndum la adopci¨®n de la divisa europea.
- Polonia. El Gobierno polaco (centro-derecha) se ha comprometido a apoyar todas las medidas necesarias para salvar el euro. "A trav¨¦s de un nuevo tratado, opci¨®n que preferimos, o bien a trav¨¦s de un acuerdo internacional que nos parece menos ventajoso, pero ser¨ªa m¨¢s r¨¢pido", ha afirmado el primer ministro, Donald Tusk. El dirigente polaco tambi¨¦n ha dejado claro que las negociaciones no deben excluir a los pa¨ªses que, como Polonia, no est¨¢n en la zona euro, pero aspiran a entrar en un futuro pr¨®ximo.
- Pa¨ªses B¨¢lticos. El nuevo acuerdo franco-alem¨¢n no favorece en principio a los pa¨ªses peque?os. Ello sin duda causa cierta insatisfacci¨®n en las canciller¨ªas de los pa¨ªses b¨¢lticos. Pero los Gobiernos de Estonia, Lituania y Letonia comulgan con la filosof¨ªa de la absoluta ortodoxia presupuestaria. Los tres se han sometido en los ¨²ltimos a?os a dur¨ªsimos ajustes. Estonia en particular, que ha logrado entrar en el euro y es ahora contribuyente en los rescates, ve con buenos ojos nuevas reglas que pongan orden en las finanzas.
Con informaci¨®n de Juan G¨®mez, Miguel Mora, Lucia Magi, Walter Oppenheimer, Antonio Jim¨¦nez Barca, Isabel Ferrer, Adri¨¢n Soto, Mar¨ªa Antonia S¨¢nchez-Vallejo, Cristina Galindo, Fernando Gualdoni y Andrea Rizzi.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.