"Mi arte es decoraci¨®n"
Cada a?o, a principios de diciembre, el fallo de los premios Turner, que reconoce el trabajo de un artista contempor¨¢neo brit¨¢nico menor de 50 a?os, se convierte en una excusa para azuzar el debate sobre lo que es y lo que no es arte. No es de extra?ar. Al fin y al cabo es un galard¨®n que han obtenido algunos artistas por presentar vacas sumergidas en urnas de formol (Damien Hirst, 1995) o su propia cama, desordenada y aderezada de residuos cotidianos (Tracy Emin, finalista en 1999). Pero, cuando prensa y p¨²blico cre¨ªan haberlo visto todo, en 2001, el jurado concedi¨® el premio a Martin Creed (Wakefield, Inglaterra, 1968) por su Obra N? 227 Luces encendi¨¦ndose y apag¨¢ndose que era exactamente eso: una habitaci¨®n cuyas luces se encend¨ªan y se apagaban. Para entonces, Creed ya se hab¨ªa ganado una cierta fama con trabajos como Obra N? 88 Una hoja de papel A4 arrugada en forma de pelota (1994) o su Obra N? 200 La mitad de aire en un espacio dado (1998), consistente en una habitaci¨®n llena de globos. El pr¨®ximo 15 de diciembre, la sala Alcal¨¢ 31 acoge la primera gran exposici¨®n individual de este artista en Espa?a.
Creed se confiesa ilusionado ante la perspectiva de un nuevo p¨²blico, quiz¨¢s menos acostumbrado a las extravagancias de la escena art¨ªstica brit¨¢nica. "Intento hacer las cosas que quiero ver y espero que otras personas tambi¨¦n. Esto es como probar si mi trabajo puede viajar", dice Creed.
A lo largo de su carrera, ha saltado de la pintura al v¨ªdeo, a la instalaci¨®n e incluso a la m¨²sica: en 1994 cre¨® una banda, Owada, cuyo primer CD, titulado Nothing (Nada), fue compuesto a base de notas repetitivas y letras banales. Tres a?os despu¨¦s, el grupo se rebautiz¨® como Martin Creed and His Band. Tambi¨¦n es el autor de performances que han escandalizado a m¨¢s de uno, como su Obra N? 850: a finales de 2008 una serie de atletas corr¨ªa a toda velocidad por las salas de la Tate Britain con una cadencia de 30 segundos. Y se ha atrevido con la danza, su Obra N? 1020, coreograf¨ªa, m¨²sica, letra y v¨ªdeo a cargo del artista. "Trato de trabajar sin decidir de antemano lo que voy a hacer. Voy viendo sobre la marcha si me lleva a la m¨²sica, la pintura o a otra cosa". Es su proceso creativo, una especie de m¨¦todo de prueba y error: "No me siento seguro sobre lo que quiero hacer. Si hago una pintura, pienso que quiz¨¢s tendr¨ªa que trabajar en otro medio. Lo mejor es hacer muchas cosas diferentes y con distintos materiales porque no s¨¦ cu¨¢l es el mejor". Propone que la exposici¨®n de la Sala 31 se contemple como un compendio de todas las cosas que ha explorado: "Cada pieza es un intento de algo, un peque?o experimento. Es una muestra de muchos experimentos. Espero que sea entretenida".
No le gusta que se aplique el calificativo de conceptual a su trabajo y se resiste a ser encuadrado como minimalista. "Si me forzaran a usar un t¨¦rmino para mi trabajo, lo llamar¨ªa expresionismo porque creo que todo artista se expresa en las cosas que hace. El problema que tengo con el arte conceptual es que no creo que sea posible separar las ideas de los sentimientos. Al final, mi trabajo visual consiste en colores y formas y, en cierto modo, es decoraci¨®n", dice con t¨¦rminos (entretenimiento, decoraci¨®n) que a muchos artistas provocar¨ªan sarpullidos. Prueba de ello es que prepara un proyecto que transformar¨¢ el restaurante londinense Sketch.
Creed tampoco separa lo que ve y lo que escucha: "No puedo ver algo sin escuchar algo". Ser¨¢ el encargado de marcar el inicio de los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres con su Obra N? 1197 Todas las campanas sonaron lo m¨¢s r¨¢pido y alto posible durante tres minutos: miles de personas en todo el Reino Unido celebrar¨¢n el comienzo del d¨ªa 27 de julio de 2012 haciendo sonar todo tipo de campanas, las de iglesias, ayuntamientos, escuelas y, por qu¨¦ no, los timbres de bicicletas.
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