El poder de la explosi¨®n 'mod'
Los barceloneses Brighton 64 cierran ma?ana en la sala Sol la gira de su 30? aniversario. Y nos recuerdan que, ajena al desgaste de las modas, la est¨¦tica que defendieron mantiene su capacidad de fascinaci¨®n
Su nombre recuerda las batallas multitudinarias entre mods y rockers en la playa de Brighton, en la Inglaterra de 1964. Y tal evocaci¨®n pod¨ªa ser peligrosa en los a?os ochenta: "Cuando gir¨¢bamos, descubr¨ªamos que Espa?a estaba llena de rockabillies, por el ¨¦xito de Loquillo y Los Rebeldes. Definitivamente, los mods nos sent¨ªamos en minor¨ªa, al menos en la Espa?a profunda". Habla Ricky Gil (Barcelona, 1965), bajista, cantante y miembro fundador de Brighton 64.En honor a la verdad, las broncas entre tribus eran escasas. Y resulta que, a la larga, los mods han ganado, por lo menos, la batalla medi¨¢tica. "Si lo dices por los libros, es cierto que hay una bibliograf¨ªa mod bastante extensa. Y est¨¢n autores como Kiko Amat, bastante marcado por los gustos mod". El mismo Ricky escribi¨® una historia del grupo, Bola y cadena: 20 a?os de explosi¨®n mod. Su hermano Albert, guitarrista, tambi¨¦n tiene una curiosa novela, pr¨¢cticamente biling¨¹e, Pista lliure: "Es un retrato muy pasado de vueltas de lo que ocurre en esos festivales de l¨ªnea mod, tipo Purple Weekend y Euroyey¨¦".Brighton 64 facturaba canciones incandescentes, con referencias a la cultura pop (La casa de la bomba, basada en un reportaje de Tom Wolfe); se rend¨ªa pleites¨ªa a la m¨²sica negra con El mejor cocktail ("?Otis, Jackie Wilson y Sam Cooke!"), objeto de un memorable v¨ªdeo de animaci¨®n firmado por el colectivo Maru Basam¨®n. Seg¨²n Ricky, esas confluencias eran congruentes con el esp¨ªritu mod: "Aparte de las Lambrettas y un tipo de ropa, est¨¢ el inter¨¦s por el arte en general. Es una actitud m¨¢s abierta, de curiosidad constante".Para los hermanos Gil, Brighton 64 fue el trampol¨ªn que les lanz¨® hacia otras aventuras musicales, como Brigatones y Matamala. Uno supone que debe de resultar irritante que se les recuerde m¨¢s por sus primeros pasos. "Bueno, personalmente creo que hicimos mejores cosas despu¨¦s de Brighton 64. ?Es que lo sabemos! Hubo canciones m¨¢s redondas, mejor tocadas y cantadas, con producciones acertadas. Pero debes aceptar que lo que impact¨® fue tu primera ¨¦poca".As¨ª que hay que recurrir a intangibles como "frescura, inocencia, hasta descaro" para explicar ese cari?o que despiertan. Ricky reconoce que hay un plus en las m¨²sicas que logran capturar un momento, especialmente si se trata de la emergencia de una subcultura: "A m¨ª tambi¨¦n me atrapan m¨¢s los discos cl¨¢sicos de The Who, aunque no viv¨ª aquella ¨¦poca, que lo que han sacado despu¨¦s o los de sus miembros en solitario".Ricky pertenece a la segunda generaci¨®n del movimiento: "En 1979, estudiaba ingl¨¦s en Londres y se estren¨® Quadrophenia. Se ve¨ªan mods por las calles y comenzaba a haber una escena musical, con The Jam, Secret Affair, los Merton Parkas. Cuando volv¨ª a Barcelona, las cosas me parecieron muy antip¨¢ticas, muy cerradas". Lo que hizo con su grupo, a partir de Barcelona blues (1983), fue crear una mitolog¨ªa propia y especializarse en conciertos brutales.Excepto por una breve temporada en EMI, Brighton 64 ha sido carne de independientes. De hecho, ellos mismos animaron sellos como Al.leluia y Bip-Bip: "Estamos muy orgullosos de haber dado cancha a Sidonie o Dorian. Nunca cre¨ªmos en hacer discos ¨²nicamente para una secta. Yo mismo escucho ahora a artistas nada modernistas, como Fleet Foxes o el brasile?o Tim Maia. Claro que, tal como est¨¢ el negocio, ni pensar en nuevos lanzamientos. Plane¨¢bamos grabar nuevo material de Brighton 64, pero sacar un disco ahora mismo es un gesto rom¨¢ntico. Estamos a punto de cerrar la compa?¨ªa".El reto inmediato es esta gira del 30? aniversario. Para Ricky, un concierto en 2011 debe "mantener la intensidad de los viejos tiempos, pero bien planificado, para que encajen las cl¨¢sicas en hora y media. Debes complacer la nostalgia de los veteranos, que es un sentimiento leg¨ªtimo, pero el mayor aliciente es ganarte al p¨²blico joven, que quiere saber si era cierto todo lo que se contaba".No, no est¨¢ previsto que salga al escenario de la sala Sol su hermana, la actriz Ariadna Gil: "?Ya grab¨® con nosotros, en la ¨¦poca de Matamala! Ella es fan y viene a los conciertos siempre que puede; supongo que se preocupa de vernos haciendo lo mismo que hace 30 a?os".
Brighton 64 act¨²a ma?ana en la sala Sol. 11 euros.
La ¨¦lite espa?ola del movimiento
- Los Elegantes. Alborotadora banda madrile?a, activa entre 1979 y principios de los noventa. Tardaron en encontrar su punto en el estudio y luego se distanciaron de la est¨¦tica mod; dejaron temas poderosos como Me debo marchar o La calle del ritmo.
- Los Flechazos. Leoneses, conformados por la inmensa cultura musical de su cabecilla, Alejandro D¨ªez, que les permiti¨®, como dec¨ªa su hit, "vivir en la era pop" entre 1986 y 1997. D¨ªez, ahora con el grupo Cooper, y su compa?era, Elena Iglesias, ejercen de dinamizadores del movimiento.
- Los Negarivos. Cuarteto barcelon¨¦s que alcanz¨® la inmortalidad con Piknik caleidosc¨®pico, su debut de 1986, que reflejaba lo ocurrido en Londres 20 a?os atr¨¢s: el salto a la psicodelia pop. Su carrera ha sido intermitente por sus compromisos laborales: Roberto Grima, guitarrista, es hoy un peso pesado entre los promotores espa?oles de conciertos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.