"No era nada f¨¢cil jugar con Pel¨¦"
Su voz al tel¨¦fono desde el litoral paulista rebosa orgullo. El del formidable delantero que fue. Y tambi¨¦n sabidur¨ªa. La de una leyenda integrante de un equipo que trascendi¨® al paso del tiempo para instalarse en la mitolog¨ªa del f¨²tbol. Jos¨¦ Macia, Pepe (Santos, 1935), suele afirmar que tras marcar 465 tantos en 750 partidos se ha ganado el derecho a considerarse el hombre que m¨¢s goles consigui¨® en la historia del Santos, porque un tal Pel¨¦, a cuyo lado jug¨® durante 12 gloriosas temporadas, "no cuenta porque no era humano": "Vino de Saturno y aterriz¨® en el Santos".
Junto a Pel¨¦, Dorval, Mengalvio y Coutinho, Pepe form¨® una delantera musical y devastadora que marc¨® abismales diferencias en los a?os 60, una ¨¦poca dorada del f¨²tbol brasile?o en la que aquel fabuloso Santos conquist¨® dos Copas Libertadores -en 1962 ante el Benfica de Eusebio y al a?o siguiente ante el Milan de Rivera y Altafini- y una ingente colecci¨®n de torneos nacionales. No pudo jugar en los Mundiales de 1958 y 1962 porque, pese a estar convocado, una lesi¨®n le oblig¨® a ceder el puesto a Zagallo. A Pepe, un extremo goleador, le llamaban El Ca?¨®n de Vila Belmiro.
"Yo me parec¨ªa un poco a Gento. El Bar?a quiso ficharme"
"Guardiola se delataba por su vocaci¨®n. Habl¨¢bamos durante horas de t¨¢cticas"
Cuando se le acab¨® la p¨®lvora volc¨® su sensibilidad, su car¨¢cter afable y todo el conocimiento del juego que hab¨ªa acumulado en una espl¨¦ndida carrera en su faceta como t¨¦cnico. El destino le convirti¨® en 2003 en entrenador de Guardiola en el club Al-Ahli, de Catar. All¨ª, en Doha, a trav¨¦s de muchas horas de conversaci¨®n, naci¨® la amistad y una admiraci¨®n mutua entre un entra?able t¨¦cnico septuagenario y un gran jugador que ya barruntaba su paso a los banquillos modelando su particular filosof¨ªa.
Pregunta. Se dice que existe el partido perfecto, la vuelta de la final de la Intercontinental de 1962: Benfica, 2; Santos, 5.
Respuesta. Quiz¨¢s fue el partido m¨¢s lindo en la historia del Santos. Pel¨¦, en una actuaci¨®n extraordinaria, hizo tres goles, Coutinho otro y yo tambi¨¦n puse el m¨ªo. Roz¨® la perfecci¨®n. Al a?o siguiente derrotamos al Milan al mejor de tres partidos. Yo marqu¨¦ dos goles de falta a los italianos en Maracan¨¢, sin Pel¨¦, que estaba lesionado. ?ramos un equipo fant¨¢stico y en los 60 gan¨¢bamos casi todo lo que disput¨¢bamos. En esa ¨¦poca no hab¨ªa tanta televisi¨®n. Merec¨ªa la pena ir al estadio para ver al Santos, que siempre procuraba dar espect¨¢culo, y la gente se volv¨ªa loca. No se llegaban a creer las cosas que los ojos ve¨ªan hacer a Pel¨¦ y c¨®mo jugaba aquel equipo.
P. Despu¨¦s del 63 abdicaron de la Libertadores. El Santos se dedic¨® a montar giras muy lucrativas para poder mantener a tantos grandes jugadores.
R. En enero y febrero viaj¨¢bamos por Am¨¦rica. En mayo y junio, siempre por Europa. Y as¨ª durante varios a?os. Jug¨¢bamos m¨¢s de 20 partidos en 50 d¨ªas. Una locura. Pero aprovech¨¢bamos el tiempo. Recuerdo que en 1959 jugamos un torneo en A Coru?a. Tras el partido, tom¨¦ un taxi hasta Mand¨ªn, un peque?o pueblo de Orense, para conocer a mi abuela, que viv¨ªa all¨ª y estaba a punto de cumplir 90 a?os.
P. ?Y qu¨¦ recuerdos tiene de sus partidos en Espa?a?
R. Muchos y muy buenos. Nos med¨ªamos al Madrid de Di St¨¦fano, que era un equipazo. Yo me parec¨ªa un poco a Gento, de extremo zurdo. Recuerdo partidos muy igualados. O al Barcelona, otro grande. En el Camp Nou en 1960 ellos se pusieron 4-0. Pero reaccionamos con tres goles, dos de ellos m¨ªos: uno con un remate muy fuerte y otro tras driblar a toda la defensa. Lo deb¨ª hacer bien, porque el Bar?a mostr¨® mucho inter¨¦s en contratarme, pero en esa ¨¦poca el Santos no negociaba.
P. ?Era f¨¢cil jugar al lado de Pel¨¦?
R. ?Para nada! ?l era el 10 y yo el 11, y le aseguro que era muy dif¨ªcil saber lo que maquinaba aquella cabeza en cada jugada. Pensaba una cosa y luego hac¨ªa otra. Tengo la felicidad de haber conseguido entenderlo. No jugaba cualquiera al lado de Pel¨¦. Y yo lo hice durante 12 a?os.
P. ?Recuerda el d¨ªa que Guardiola lleg¨® a Catar para jugar en su equipo, el Al-Ahli, en 2003?
R. Un jeque, el propietario del equipo, me hab¨ªa preguntado si me interesaba ficharlo. "?A Guardiola? ?Tr¨¢igalo ayer!", le contest¨¦. ?l d¨ªa que le conoc¨ª est¨¢bamos entrenando a los porteros. Y ¨¦l vino a saludarme, de traje y corbata, cansado del viaje y a 42 grados. Nos pusimos a hablar de f¨²tbol al minuto. Est¨¢bamos bajo la porter¨ªa y le propuse un reto. Le dije que yo era capaz de colocar con un solo toque la pelota exactamente en la l¨ªnea divisoria del medio campo. "No lo creo", me contest¨® sonriendo. Se lo demostr¨¦. ?l qued¨® alucinado. Yo me mor¨ªa de risa: "Pep, de frente es muy f¨¢cil. Ahora lo har¨¦ de espaldas". Y volv¨ª a hacerlo, de tac¨®n. "Oiga, m¨ªster", me pregunt¨®, "?y usted siempre hace estas cosas?". "S¨ª, claro", contest¨¦; "esto es lo normal, yo tengo esa facilidad".
P. Usted hizo aquello para ganarse su confianza. Para recordarle que un buen jugador se siente como tal para toda la vida aunque tenga casi 70 a?os, ?no?
R. Exactamente. Y yo sab¨ªa que estaba ante un gran jugador. En Catar era, de lejos, el mejor jugador del campeonato. Yo le admiraba mucho antes de dirigirle. Un futbolista at¨ªpico que actuaba por delante de la zaga y todo lo hac¨ªa a dos toques. Ni a uno ni a tres: a dos. En cada partido le pon¨ªan siempre un marcaje al hombre, algo que no suele verse en Brasil o en Espa?a. ?A un volante! ?l me dec¨ªa: "M¨ªster, no me dejan jugar". Y luego resolv¨ªa todo con una claridad incre¨ªble. Adem¨¢s, ten¨ªa un temperamento fuerte. Hab¨ªa ganado muchos t¨ªtulos pero segu¨ªa siendo competitivo e incluso le expulsaron alguna vez. Guardiola fue el mejor jugador que vi jugando por delante de la zaga organizando a todo el equipo.
P. Y entablaron amistad...
R. Fue una ¨¦poca maravillosa. Mire, en Catar no hab¨ªa mucho que hacer. Ten¨ªamos todo el tiempo del mundo para conversar. Y Pep era un tipo curioso, con voluntad de aprender. Se delataba. Ten¨ªa horizontes m¨¢s amplios y vocaci¨®n para entrenar. Habl¨¢bamos durante horas del Santos, de Pel¨¦, de jugadores, t¨¢cticas y el f¨²tbol de mi ¨¦poca... Me preguntaba mucho por Clodoaldo, que jugaba en su misma posici¨®n, pero no se parec¨ªa a Guardiola. Era un excelente volante defensivo, el mejor de Brasil.
P. El Santos ha crecido mucho de nuevo en los ¨²ltimos a?os.
R. Es verdad, y tiene esperanzas de batir al Barcelona en la final. En Santos todos quedaron muy impresionados por la actuaci¨®n del Bar?a en el Bernab¨¦u. Fue un equipo incre¨ªble desde el portero al extremo izquierdo. Su fuerza ofensiva y sus convicciones son impresionantes, con Messi, Xavi, Villa, Iniesta, ese chileno [Alexis] al que yo casi no conoc¨ªa... Todos juegan de maravilla, en equipo y creyendo en lo que hacen. Pero el Santos tambi¨¦n tiene a dos excelentes jugadores: Neymar y Ganso. Muy brasile?os. Van a ser muy grandes, y no s¨¦ hasta cu¨¢ndo se quedar¨¢n aqu¨ª.
P. ?Y qu¨¦ ocurrir¨ªa en un partido imaginario entre el Santos de su ¨¦poca y el actual Barcelona?
R. Dif¨ªcil pregunta. Nosotros ten¨ªamos a Pel¨¦... Quiz¨¢s un empate a cuatro, con una pr¨®rroga eterna, por la belleza que dejar¨ªan ambos equipos, y despu¨¦s a los penaltis.
P. ?Alg¨²n mensaje para Guardiola?
R. Soy amigo y admirador suyo. Es un tipo muy inteligente y yo estoy content¨ªsimo con su carrera. Sus ¨¦xitos me hacen feliz. Solo puedo desearle suerte, pero por otro lado est¨¢ el Santos, donde jugu¨¦ toda mi vida. Lo que deseo es que nos regalen un partido extraordinario. Yo acabar¨¦ aplaudiendo a los dos.
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