El rigor de 480 palabras
Hace dos viernes, el presidente de Gobierno me llam¨® para decirme que el Consejo de Ministros hab¨ªa concedido a Javier la medalla al m¨¦rito constitucional. A Pradera, que siempre rehuy¨® premios y honores, creo que esta era la ¨²nica medalla que le hubiera gustado recibir, aunque con los amigos la hubiera comentado entre risas y sarcasmos. Yo, sencillamente me emocion¨¦ y pens¨¦ que se la ten¨ªa bien merecida. Muchas gracias, presidente, muchas gracias Ram¨®n (J¨¢uregui), por haberla propuesto (...) y gracias tambi¨¦n al Consejo de Ministros por haberla aprobado.
Javier muri¨® el domingo 20 de noviembre, d¨ªa de elecciones generales, y ese mismo d¨ªa public¨® en EL PA?S una columna titulada Ante el abismo. Cinco d¨ªas antes, Joaqu¨ªn Estefan¨ªa y Emilio Ontiveros hab¨ªan estado visit¨¢ndole en su cama, pues ya no se pod¨ªa mover y casi no pod¨ªa hablar. Para despertar su inter¨¦s le preguntaron si cre¨ªa que el Gobierno en funciones pod¨ªa tomar medidas ante la crisis de la deuda que se avecinaba. Neg¨® con la cabeza, pero me dijo: "Llama a Paco" (Francisco Rubio Llorente, presidente del Consejo de Estado). Este coincidi¨® en el dictamen. Al d¨ªa siguiente me pidi¨® que le buscara en la Ley del Gobierno los art¨ªculos referidos al Gobierno en funciones; se los imprim¨ª en un cuerpo muy grande porque casi no pod¨ªa ver. Subray¨® lo que le interesaba y me dict¨® la columna.
Un a?o antes, cuando sali¨® de la UVI tras una primera visita de la muerte, intent¨¢bamos que volviera a la vida y le cont¨¢bamos los partidos del mundial y el triunfo de la selecci¨®n espa?ola, pensando que no hab¨ªa asunto que m¨¢s le pudiera interesar. Con el mismo hilo de voz de sus ¨²ltimos d¨ªas pregunt¨®: "?Ha salido la sentencia del Estatuto de Catalu?a?" Al confirm¨¢rselo, pidi¨® un ejemplar. Llam¨¦, como siempre, a Paco Rubio e inmediatamente recib¨ª una llamada del magistrado Manuel Arag¨®n, que me dijo que la enviaba al hospital. Con ella entre las manos, reclamando los votos particulares, volvi¨® poco a poco a la vida.
Estas dos reacciones suyas en momentos tan cr¨ªticos de su vida ilustran su m¨¦todo de trabajo diario. Era incapaz de opinar de materia alguna sin saber a fondo de lo que hablaba, pero mucho m¨¢s cuando el asunto entraba en el ¨¢mbito de la ley y del derecho. Entonces emprend¨ªa una lectura extenuante de autos y sentencias, recursos, anexos, votos discrepantes, jurisprudencia. Nunca recurr¨ªa a fuentes secundarias ni utilizaba res¨²menes; por el contrario, una vez estudiados a fondo los documentos, contrastaba su opini¨®n con la de sus amigos juristas: Paco Rubio, Clemente Auger, Tom¨¢s de la Quadra, Mat¨ªas Cort¨¦s, con los que alguien tan al¨¦rgico al tel¨¦fono pod¨ªa dedicar largo tiempo a debatir sobre la materia. En su mesa de trabajo hay una Constituci¨®n manoseada, llena de subrayados, de anotaciones, junto a un ejemplar de Las Leyes pol¨ªticas del Estado y otro de La Legislaci¨®n b¨¢sica del Derecho de la Informaci¨®n, textos que comparten protagonismo y espacio con La Biblia y con el Diccionario de la RAE. Adem¨¢s, la Constituci¨®n en distintas ediciones se puede encontrar por cualquier rinc¨®n de la casa.
El texto del real decreto se?ala de manera inmejorable los m¨¦ritos por los que se le concede esta medalla: "Por su compromiso infatigable, expresado a lo largo de toda su vida, en la lucha contra la dictadura y en el establecimiento y la consolidaci¨®n de la democracia y de los valores constitucionales y por la calidad excepcional de su contribuci¨®n intelectual al debate pol¨ªtico y a la cultura en nuestro pa¨ªs". Pero yo quisiera a?adir el reconocimiento por la condensaci¨®n de conocimiento y de rigor intelectual que se concentraban en las 480 palabras de cada una de sus dos columnas semanales, un esfuerzo que quiz¨¢ le quit¨® tiempo para otras tareas intelectuales de car¨¢cter m¨¢s personal, pero que ¨¦l consideraba una obligaci¨®n moral o, como dir¨ªa ir¨®nicamente, "obedezco a ese peque?o jesuita que todos llevamos dentro".
Presidente, quiero agradecerte tu delicadeza al imponerme la medalla buscando un hueco imposible en una legislatura agotada (...) Me alegro de que haya habido tiempo de recibirla de manos de un Gobierno socialista.
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