El PSC resuelve la primera mitad
Los socialistas catalanes resolvieron ayer la mitad de su problema de liderazgo. La otra mitad queda abierta, a la espera.
La que resolvieron es la vertiente interna, imprescindible condici¨®n previa en un partido pol¨ªtico. La que siguen sin resolver es la vertiente externa del liderazgo, que, a la postre, es la m¨¢s importante.
El alivio de los delegados por haber resuelto esa primera mitad era palpable a la salida del 12 congreso. Y era l¨®gico, porque alejaba un riesgo que estuvo rondando al partido en la etapa precongresual, el peligro cierto de entrar en una etapa de luchas internas de consecuencias bastante imprevisibles.
La satisfacci¨®n estaba justificada, adem¨¢s, porque lo que resolvieron era lo ¨²nico que se hab¨ªan propuesto afrontar: poner la casa en orden despu¨¦s de los tres desastres electorales sucesivos cosechados desde 2010 y rearmarse psicol¨®gicamente para una etapa dif¨ªcil, adem¨¢s de distinta, porque no es lo mismo estar en el Gobierno que en la oposici¨®n.
El nuevo primer secretario ha logrado relevar al equipo formado por Montilla, Zaragoza e Iceta sin abrir una crisis
Para lo otro, para el liderazgo externo, qued¨® claro que el PSC todav¨ªa no est¨¢ en disposici¨®n de responder. El congreso lo reconoc¨ªa, en la pr¨¢ctica, al adoptar una de sus principales innovaciones, la de convocar unas elecciones primarias abiertas a la ciudadan¨ªa para designar a sus cabezas de cartel en las elecciones locales, auton¨®micas y legislativas, lo que incluye, claro est¨¢, la nominaci¨®n de su candidato para la presidencia de la Generalitat.
Esto es una revoluci¨®n en la pr¨¢ctica organizativa y pol¨ªtica del PSC. Y de cualquier partido que lo lleve a la pr¨¢ctica, dicho sea de paso. Entre otras cosas, implica que el nuevo primer secretario, Pere Navarro, no pase a ser, autom¨¢ticamente, como habr¨ªa sido de no mediar este compromiso de primarias, la alternativa del principal partido de la oposici¨®n al actual jefe de Gobierno catal¨¢n.
A pesar de ello, sin embargo, la elecci¨®n como primer secretario capaz de concitar un amplio acuerdo entre las familias del partido sit¨²a a Navarro en excelentes condiciones para convertirse tambi¨¦n en el l¨ªder externo de los socialistas catalanes, para erigirse, efectivamente, en la alternativa de izquierdas a Artur Mas. Para ello dispon¨ªa ayer en la clausura del congreso de una ocasi¨®n que ni pintada: la de su presentaci¨®n en sociedad, la de su salto de la escala local egarense a la esfera catalana en una ocasi¨®n solemne. Pero la inc¨®gnita acerca de c¨®mo iba a resultar el lanzamiento, la verificaci¨®n de hasta d¨®nde apuntaban las potencialidades oratorias y medi¨¢ticas de Pere Navarro como eventual l¨ªder electoral, no se despej¨® con este primer discurso. Qued¨® aplazada.
Si el PSC ha acudido al modelo franc¨¦s al adoptar las elecciones primeras abiertas, se puso en l¨ªnea con los trabajos del Partido Socialista Europeo para definir el marco ideol¨®gico y pol¨ªtico global, que es donde se juega de verdad el duelo entre el neoliberalismo imperante y la socialdemocracia. Para el marco espa?ol, el PSC mantiene sus posiciones federalistas a la espera de mejores tiempos, pues pocas alegr¨ªas cabe esperar con la mayor¨ªa absoluta del PP. Y en el ¨¢mbito catal¨¢n, el congreso socialista recogi¨® de los obiolistas la propuesta estrat¨¦gica de impulsar una nueva alianza de fuerzas progresistas para levantar la alternativa de izquierdas a las mayor¨ªas de derechas que en el ¨²ltimo a?o han conquistado todas las instituciones de gobierno.
Estos contenidos pol¨ªticos pueden resumirse as¨ª: modelo franc¨¦s para la renovaci¨®n pol¨ªtica y org¨¢nica; modelo europeo para el marco ideol¨®gico; pacificaci¨®n en el ¨¢mbito de relaciones con el PSOE, adormeciendo el debate sobre el grupo parlamentario en las Cortes, y, por ¨²ltimo, pero no menos importante, apuesta por la recomposici¨®n de las izquierdas en el escenario catal¨¢n.
La aportaci¨®n de Navarro a este bagaje colectivo es la de haber logrado sustituir al potente equipo dirigente formado por Jos¨¦ Montilla, Jos¨¦ Zaragoza y Miquel Iceta sin causar estropicios. Una vez conjurado el peligro, puede parecer f¨¢cil, poca cosa. Pero no es as¨ª. Es mucho. Lo que empieza ahora, sin embargo, tampoco es f¨¢cil.
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