Fern¨¢ndez Paz: "La necesidad de historias est¨¢ inscrita en el ADN de la humanidad"
El vilalb¨¦s presenta una novela cin¨¦fila sobre "los desastres del capitalismo"
"Este libro se acab¨® de imprimir en noviembre de 2011", reza el colof¨®n de Fantasmas de luz, "125 a?os despu¨¦s de que la Federaci¨®n Americana del Trabajo reivindicase en Chicago la jornada laboral de ocho horas, con la consigna 'ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sue?o, ocho horas para la casa". A Agust¨ªn Fern¨¢ndez Paz (Vilalba, 1947) le ha nacido una novela airada. "Lo puedo explicar as¨ª a posteriori, porque el proceso de escritura es un poco irracional", explicaba ayer en Santiago durante la presentaci¨®n, "pero este libro consiste en una cr¨ªtica de las desfeitas causadas por el capitalismo desde la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn".
Para atacar narrativamente la globalizaci¨®n neoliberal, Fantasmas de Luz (Xerais) centra el foco en un operador de cabina de un viejo cine. Despu¨¦s de 35 a?os a los mandos del proyector, es despedido. "No se trata de un ensayo contra la globalizaci¨®n", advirti¨® contra posibles deducciones apuradas el autor, "sino de una novela, crear un mundo y ponerlo en pie". Fern¨¢ndez Paz, quien el pasado abril debut¨® en la colecci¨®n de adultos de Xerais con Non hai noite tan longa, idea una estrategia en la que la econom¨ªa pol¨ªtica y la importancia de so?ar se unen y "dan carne a los personajes". "La necesidad de historias es algo inscrito en el ADN de la humanidad", declar¨®, justo despu¨¦s de citar a Cunqueiro y su diagn¨®stico del ser humano como "bebedor de sue?os", a Paul Auster o una reciente columna period¨ªstica de Juan Jos¨¦ Mill¨¢s.
"Soy de una ¨¦poca en la que el cine ten¨ªa una dimensi¨®n que ya no tiene"
Por la nouvelle, ilustrada con trazo figurativo por Miguelanxo Prado y acompa?ada de "seis tomas extra" que ramifican la trama, desfilan decenas de pel¨ªculas, recogidas en peque?as sinopsis en las ¨²ltimas p¨¢ginas. "Los de mi generaci¨®n", se justific¨®, "estamos inundados de pel¨ªculas, pertenecemos a una ¨¦poca en la que el cine ten¨ªa una dimensi¨®n que ya no tiene". Jules et Jim (Fran?ois Truffaut), Grupo Salvaje (Sam Peckinpah), Pasi¨®n (Ingmar Bergman) o El fest¨ªn de Babette (Gabriel Axel) al fondo de su memoria sentimental, cuando el celuloide pesaba a la hora de conformar una mirada sobre el mundo. Para Dami¨¢n, el protagonista de Fantasmas de luz, le hab¨ªa servido de particular universidad. A ¨¦l se aferra cuando, a sus 52 a?os, se queda sin empleo y, con el paso del tiempo y de las p¨¢ginas, se va volviendo invisible.
"Utilizo un m¨¦todo que ya he utilizado en otras obras m¨ªas", expuso el escritor que, en 2008, recibi¨® el Premio Nacional por O ¨²nico que queda ¨¦ o amor (Xerais), "en un contexto totalmente realista introduzco un elemento fant¨¢stico". Dami¨¢n pierda su consistencia f¨ªsica porque pierde su funci¨®n social. Tampoco su pareja, Marga, corre mejor suerte y el vendaval econ¨®mico los arrastra a todos. "La novela nos habla de uno de los grandes dramas contempor¨¢neos, el de la exclusi¨®n y la invisibilidad al que se ve sometida una parte de la sociedad", dice la nota promocional de la editora.
Pero Fantasmas de luz late una esperanza resignada. Esa misma que cierra Las uvas de la ira (1940), aunque en versi¨®n cinematogr¨¢fica de John Ford, y cuyo di¨¢logo final inspir¨® a Agust¨ªn Fern¨¢ndez Paz para ponerle el ramo a su ¨²ltima obra. "Nosotros somos los que vivimos. No podr¨¢n eliminarnos ni destruirnos. Persistiremos y resistiremos siempre. Somos el pueblo", proclamaba la madre en la dur¨ªsima radiograf¨ªa de los Estados Unidos de la Gran Depresi¨®n que compone Ford. Era su etapa reformista. "Esa pel¨ªcula [basada en el libro hom¨®nimo de John Steinbeck] tiene much¨ªsima relaci¨®n con lo que acontece en la actualidad", no dud¨® en considerar Fern¨¢ndez Paz. ?l mismo record¨® las palabras de Xos¨¦ Manuel Beiras, homenajeado el s¨¢bado por cientos de personas: "No estamos derrotados". As¨ª hablaba un narrador que acaba de recoger en Guadalajara (M¨¦xico) el Premio Iberoamericano SM de literatura infantil.
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