De Winchester a Chichester
Ruta por la campi?a inglesa hasta los acantilados que fueron escenario de la pel¨ªcula 'Quadrophenia'
Una cabina de tel¨¦fono roja en medio del bosque puede llamar la atenci¨®n de un espa?ol, pero nunca de un ingl¨¦s. Aunque no lo parezca, cada elemento del paisaje no est¨¢ ah¨ª por casualidad, sino por c¨¢lculo, obedeciendo a una intenci¨®n precisa. La cabina roja, como tambi¨¦n las iglesias rodeadas de l¨¢pidas desplomadas, los pubs con cestones de flores en la fachada y suntuosamente decorados en su interior, el bullicio lejano de un partido de cr¨ªquet, las casas de estilo Tudor, o una se?ora cruzando el paso de peatones, vestida como sus propios enemigos, forman parte de un paisaje en donde reina el m¨¢ximo respeto por el orden, las costumbres, la naturaleza y la arquitectura.
Los South Downs tambi¨¦n son as¨ª. Se trata de un parque natural situado al sudeste del pa¨ªs, una mancha verde que se extiende desde Winchester hasta Eastbourne, a solo una hora de tren de Londres, y que adem¨¢s incluye interesantes ciudades como Brighton o Chichester.
Cualquier poblaci¨®n de la zona es recomendable para visitar o alojarse: no hay que buscar mucho para tropezarse con un pueblo de casitas bien ordenadas, sin estridencias ni distorsiones, colegio, farmacia, supermercado, iglesia (?o catedral!). As¨ª es Petworth, en donde empieza nuestra ruta por los South Downs, pueblo en el que, por alg¨²n motivo misterioso, se concentra el mayor n¨²mero de tiendas de antig¨¹edades de la zona, y en donde se encuentra la Petworth House & Park, una magn¨ªfica mansi¨®n del siglo XVII que en 1947 fue cedida por el tercer lord de Leconfield al Gobierno brit¨¢nico (forma parte de la red de monumentos de inter¨¦s gestionados por el National Trust) y que se puede visitar a lo largo de todo el a?o.
Cena para doscientos
La mansi¨®n, rodeada de un parque de ciervos, jardines y un lago, cuenta con una impresionante colecci¨®n de pintura, incluyendo obras de Turner, Reynolds, Blake o Van Dyck, as¨ª como de escultura neocl¨¢sica. La casa es un muestrario de alfombras, muebles, cuadros, porcelanas y objetos de m¨¢ximo inter¨¦s, pero lo que de verdad tiene enjundia (y esto no lo va a decir ninguna gu¨ªa tur¨ªstica) es la llamada Casa de los Sirvientes (The Servants' Quarters), justo enfrente del edificio principal. En ella est¨¢ recreada la vida de la servidumbre en el siglo XIX, con sus cocinas victorianas (incluida una bater¨ªa de cobre de m¨¢s de mil piezas, con la que pod¨ªa prepararse comida para m¨¢s de doscientas personas) y otras estancias de los criados que nos recuerdan a escenas de la serie de televisi¨®n brit¨¢nica Arriba y abajo.
Despu¨¦s de un largo paseo por la mansi¨®n y sus alrededores, si ha llegado la hora de comer, recomendamos ir hasta una poblaci¨®n cercana: Chiddingfold, un pueblo t¨ªpico de estilo Tudor. Camuflado entre una hilera de casas con cubiertas en pendiente y grandes chimeneas est¨¢ el The Crown Inn, un hotel de cinco estrellas que originariamente era el lugar de descanso de los monjes que viajaban desde Winchester hasta el sepulcro de Thomas Beckett en Canterbury. Solo entrar a cotillear el lujoso restaurante, con suelos y vigas de madera, merece la pena.
Y si el presupuesto no llega para mucho, el chef ofrece un plato asequible: el fizz and chips, que consiste en la t¨ªpica merluza rebozada de los fish and chips acompa?ada de guisantes, salsa t¨¢rtara, patatas fritas y pan, todo ello servido con dos vasos de Prosecco (de ah¨ª el fizz, de fizzy, o burbujeante), todo por 25 libras (unos 30 euros) para dos personas. Y despu¨¦s de comer, una visita por el cementerio de la iglesia de St. Mary, en este mismo pueblo. Tiene un bell¨ªsimo cementerio con simples l¨¢pidas enterradas bajo la turba, rodeadas de ar¨¢ndanos y esparcidas por la tierra en una paz profunda.
A pocos kil¨®metros de Chiddingfold, por la A-283, llegamos a otro pueblo de estilo Tudor, Midhurst. Cuenta la leyenda que tanto Enrique VIII como Elisabeth I la visitaron con frecuencia y, salvando el hecho de que en el siglo XVI las condiciones higi¨¦nicas eran muy distintas (la ciudad apestaba a animal y a sudor humano), muchos de los edificios que estos reyes vieron por entonces siguen hoy intactos. Como muchas villas medievales, se desarroll¨® en torno al mercado, en donde se comercializaba la lana y el cuero. A un paseo corto desde el aparcamiento de la North Street se encuentra Cowdray (de Codreye, el vocablo normando que alud¨ªa a los matorrales de avellanos que se encuentran por la zona), la casa se?orial del siglo XVI de mayor envergadura en el condado de Sussex. Fue construida por nobles de la casa de los Tudor, y se sabe que Isabel I busc¨® all¨ª entretenimiento durante una semana, a pesar de que corr¨ªa el rumor de que podr¨ªa ser asesinada en cualquier momento. Cuando, en 1793, fue destruida por el fuego, las ruinas se convirtieron en insignia del movimiento romanticista que puso de moda el poeta William Wordworth, as¨ª como en uno de los edificios emblem¨¢ticos de las novelas g¨®ticas.
Siguiendo por la A-286, desde Cowdray llegamos a Chichester. Esta ciudad es conocida por su impresionante catedral, la ¨²nica medieval en Inglaterra, con un campanario exento, con forma de campanile, y la ¨²nica que se puede divisar desde el mar. Se dice que a pesar de que la ciudad conserva dos amplias calles transversales de trazado romano (muy recomendables para ir de compras o para tomar algo), siempre ha sido lo suficientemente peque?a como para que toda su poblaci¨®n se pudiera meter en la catedral.
Para seguir admirando la campi?a inglesa, proponemos saltar de Chichester a Brighton haciendo un recorrido por la costa. Todo el mundo ha o¨ªdo hablar de su pier (muelle) con atracciones para los ni?os, de su playa de pebbles (piedras), de los lanes o callejuelas con tiendas, del Royal Pavilion o del t¨¦ que se puede tomar en los salones del Albyon Hotel, frente al mar. Muy cerca de Brighton est¨¢ Rottingdean, el pueblo de la costa en donde vivi¨® Kipling de 1897 a 1902 y en el que encontr¨® inspiraci¨®n para escribir obras como Puck, de la colina de Pook.
Y para terminar nuestra ruta, un paisaje que no dejar¨¢ indiferente a nadie: a una media hora, los Seven Sisters, un parque natural de 280 hect¨¢reas, as¨ª llamado por los acantilados de caliza que lo presiden y que se extienden entre las ciudades de Seaford y Eastbourne, escenario impresionante de pel¨ªculas como Quadrophenia, Robin Hood o Expiaci¨®n. Para los mel¨®manos melanc¨®licos que quieran rememorar Quadrophenia, desde uno de estos acantilados, el Beachy Head, el desesperado protagonista de la pel¨ªcula dej¨® caer al vac¨ªo su esc¨²ter. Y es que, como dice Natalia Ginzburg: "Inglaterra nunca es vulgar...".
? Cristina S¨¢nchez-Andrade es autora de El libro de Julieta (Grijalbo).
Gu¨ªa
Visitas e informaci¨®n
? Petworth House & Park (www.nationaltrust.org.uk/petworth). Entrada adultos, 16,70 euros.
? Turismo de Sussex (www.visitsussex.org).
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