Dios en el Gobierno
Cuando era peque?a cre¨ªa que el color celestial era el azul y que en el cielo se hablaba lat¨ªn. Con lo que se burlaron de m¨ª no pod¨ªa pensar que, al final, va a ser verdad y que la marea azul de la que se habla no es sino una oleada que restablece a Dios en la cumbre de todo poder. Al parecer, Dios ha ganado tambi¨¦n las elecciones generales y ha vuelto a ocupar el espacio p¨²blico que le corresponde.
Cuando esto ocurre en los pa¨ªses ¨¢rabes, nos recorre un escalofr¨ªo de desconfianza y recordamos que la laicidad y la democracia son conceptos pr¨¢cticamente inseparables. Aqu¨ª, sin embargo, se coloca el crucifijo en las tomas de posesi¨®n como supremo testigo, una tradici¨®n franquista que ning¨²n Gobierno socialista ha tenido el sentido com¨²n de derogar. En esta ocasi¨®n, la toma de posesi¨®n del nuevo Gobierno m¨¢s bien parec¨ªa un acto religioso en los que la mayor parte de sus componentes, comenzando por el propio presidente, prefer¨ªan jurar sobre la Biblia antes que sobre el texto constitucional.
Ya puestos, deber¨ªamos conocer sobre qu¨¦ p¨¢ginas de la Biblia han efectuado su juramento. Puede ser que lo hicieran sobre los magn¨ªficos versos del Cantar de los Cantares, pero tambi¨¦n pudieron hacerlo sobre p¨¢ginas m¨¢s crueles como cuando Yahv¨¦ mand¨® una lluvia de azufre sobre Sodoma y Gomorra, o el momento en que castig¨® a la mujer de Lot (o a cualquier otra mujer, porque son centenares de referencias parecidas) por desobedecer el mandato de su esposo. Sea como sea, la cuesti¨®n es que Dios ha llegado al Gobierno y lo primero que ha hecho es escribir algunas l¨ªneas con letra peque?a pero m¨¢s que significativas. Desde ayer, no existe Secretar¨ªa de Estado para la Igualdad. Tambi¨¦n han desaparecido las secretar¨ªas de Cooperaci¨®n Internacional, Inmigraci¨®n y Cambio Clim¨¢tico, claro que esta ¨²ltima ten¨ªa un car¨¢cter completamente ateo al determinar que es la acci¨®n del hombre, y no la voluntad divina, la que puede poner fin al planeta. Para cambios clim¨¢ticos -deben pensar- los que sufrieron No¨¦ y sus hijos sin que se hubiera inventado el motor de explosi¨®n. La explicaci¨®n oficial de estas supresiones es el ahorro de gasto p¨²blico y la simplificaci¨®n de la estructura administrativa, pero basta con echar una ojeada al cat¨¢logo de secretar¨ªas de Estado para comprender que detr¨¢s de estas desapariciones hay una opci¨®n pol¨ªtica evidente.
La ascensi¨®n de Dios en el mundo pol¨ªtico es directamente proporcional a la desaparici¨®n de las mujeres de la esfera p¨²blica. No s¨¦ si est¨¢ cient¨ªficamente comprobado pero dicen que si se jura tres veces ante la Biblia, desaparecen los organismos dedicados a la igualdad de las mujeres. Al menos aqu¨ª ha funcionado el ensalmo aunque queda todav¨ªa por despejar si va a ser sustituido por un organismo dedicado a la familia, mucho m¨¢s acorde con la religi¨®n, d¨®nde va a parar.
No me consuela en absoluto el hecho de que una mujer ocupe la vicepresidencia, y no porque dude de su val¨ªa sino por los t¨¦rminos en que se presenta el nombramiento: una mujer discreta y eficaz. En la Biblia, con algunas excepciones, no se cuestiona la inteligencia de las mujeres. Incluso gran parte de la literatura m¨¢s mis¨®gina se funda en la exaltaci¨®n del ingenio de las mujeres para enredar y practicar la maldad. Lo verdaderamente discriminatorio de estos textos es el papel subalterno que se nos impone y las alabanzas a la mujer obediente y discreta.
Pero, sobre todo, en la elecci¨®n del nuevo Gobierno hab¨ªa una voluntad decidida de acabar con la paridad como principio pol¨ªtico. Ya s¨¦ que las l¨¢grimas de la crisis ocultan el resto de los problemas sociales. Pero cuando se reduce la presencia de mujeres en los m¨¢ximos niveles, su efecto no tarda en llegar hasta la base misma del sistema social. En las empresas, en los medios de comunicaci¨®n, en cualquier centro de trabajo y de actividad, se comenzar¨¢ a no ver tan necesaria la presencia de mujeres. Los que antes disimulaban su monolitismo masculino, lo exhibir¨¢n y nuestra igualdad se har¨¢ algo m¨¢s complicada y lenta. Pero, a¨²n as¨ª, llegar¨¢. Quiera Dios o no quiera.
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