El peligroso error de c¨¢lculo

Los errores de c¨¢lculo suelen ser peligrosos en todas las facetas de la vida, pero todav¨ªa m¨¢s, extraordinariamente peligrosos, en pol¨ªtica. Sobre todos, los errores de c¨¢lculo electorales. En el inicio de esta legislatura da la impresi¨®n de que el grupo pol¨ªtico m¨¢s atenazado por ese error inicial es Converg¨¨ncia i Uni¨®. Los nacionalistas catalanes dise?aron un programa -la deuda fiscal de 759 millones de euros- a negociar desde una posici¨®n de fuerza con un Partido Popular que, seg¨²n todas las previsiones del momento, iba a necesitar el apoyo de CiU para poder gobernar. La crisis, los errores del PSOE en su ¨²ltimo periodo de gesti¨®n y un c¨²mulo de circunstancias dibujaron un mapa electoral muy distinto, en el que result¨® que los convergentes eran quienes necesitaban ayuda en Catalu?a mientras que los populares dispon¨ªan de esca?os m¨¢s que suficientes en Madrid.

La demanda de un pacto fiscal "a la vasca" en Catalu?a puede derivar en una nueva frustraci¨®n colectiva

Atrapada en ese mapa no esperado, CiU opt¨® por una dif¨ªcil y desusada posici¨®n en la sesi¨®n de investidura. Su voto en contra a Mariano Rajoy no se explica en t¨¦rminos del Parlamento espa?ol, porque la dur¨ªsima pol¨ªtica que est¨¢ poniendo en marcha Artur Mas es perfectamente compatible con la que anunci¨® el nuevo presidente del Gobierno. En pura l¨®gica, la abstenci¨®n, que es, por otra parte, una opci¨®n t¨ªpicamente convergente respecto a los Gobiernos espa?oles, hubiera sido la salida elegida hace todav¨ªa pocos meses, dejando abierta la posibilidad de negociar con el PP presupuestos y nuevas partidas para la Generalitat.

La mayor¨ªa absoluta del PP y la negativa de Rajoy a mencionar siquiera la posibilidad de un pacto fiscal han dejado a CiU en una situaci¨®n complicada en el Congreso, todav¨ªa m¨¢s chocante por la abstenci¨®n del Partido Nacionalista Vasco (PNV). Quedar desprovisto desde el primer momento de la carta de negociaci¨®n es mala cosa para un grupo parlamentario cuya naturaleza ha sido precisamente, hasta ahora, el trato y el acuerdo.

Pero si para CiU es una equivocaci¨®n encerrarse en una ¨²nica demanda y jugar toda su baza negociadora a un pacto fiscal que es de casi imposible digesti¨®n -ni para el PP, ni para un PSOE sin Zapatero-, tambi¨¦n ser¨ªa err¨®neo, e incluso peligroso, que el nuevo presidente del Gobierno crea que su mayor¨ªa absoluta justifica el abandono del di¨¢logo con el Gobierno de la Generalitat y con Converg¨¨ncia i Uni¨®.

Los errores cometidos a lo largo de los ¨²ltimos ocho a?os, por una parte y por otra, han enconado la posici¨®n de un sector de la sociedad catalana y han hecho que algunos de quienes en CiU y en el Partido de los Socialistas de Catalu?a (PSC) flirteaban con la idea del soberanismo, vean ahora en esa posibilidad su mejor opci¨®n, que se ha venido haciendo m¨¢s compacta y rocosa.

La clara incompetencia pol¨ªtica, tanto de los socialistas, espa?oles en su conjunto y catalanes en particular, como de los convergentes, que rode¨® la funesta negociaci¨®n del nuevo Estatuto de Autonom¨ªa termin¨® derivando en una frustraci¨®n que se podr¨ªa haber evitado con un mayor conocimiento de la sociedad espa?ola y de la sociedad catalana. Lo mismo puede suceder ahora.

La demanda de un pacto fiscal "a la vasca", inaceptable para un amplio sector de la sociedad espa?ola, puede derivar en una nueva e innecesaria frustraci¨®n colectiva si Mariano Rajoy no es capaz de afrontar el problema con flexibilidad, con toneladas de elasticidad y con mucha inteligencia pol¨ªtica. El Gobierno de la Generalitat y su partido se equivocan, por su parte, si creen que un mensaje como el que han puesto ahora en circulaci¨®n -"Espa?a nos est¨¢ empobreciendo"- puede acabar en otra cosa que no sea un fiasco general, sin beneficio para nadie, o por lo menos, para nadie que defienda opciones sensatas. Un nuevo c¨¢lculo err¨®neo por ambas partes puede terminar marcando esta legislatura, ya suficientemente inestable. -