Muchos barcos, pocos peces
Dos terceras partes de las capturas de los pesqueros espa?oles dependen de aguas extranjeras
La alarma se ha disparado en los caladeros. Tres de cada cuatro poblaciones de peces en el mundo se hallan sobreexplotadas; el 83% en aguas del Mediterr¨¢neo y el 63% en el Atl¨¢ntico. El 53% de los caladeros se hallan totalmente explotados, un 28% explotados con exceso, un 3% agotados, el 1% en proceso de recuperaci¨®n y solamente un 12% est¨¢n correctamente explotados. Un panorama similar se registra en aguas de la Uni¨®n Europea.
Con ligeros cambios en las valoraciones que hacen diferentes organismos de investigaci¨®n sobre el estado de los caladeros, esta ser¨ªa la situaci¨®n en la que se hallan los recursos ante la inexistencia de una pol¨ªtica de sostenibilidad para las pesquer¨ªas. Sobran barcos para las posibilidades de capturas. Pero lo m¨¢s grave es que en unos casos no existe y en otros no se aplican los suficientes mecanismos de control para evitar la proliferaci¨®n de las pesquer¨ªas ilegales, no reguladas ni reglamentadas que est¨¢n recortando la pesca de hoy y ponen en peligro la del ma?ana. Se trata de una situaci¨®n que preocupa en el seno de los organismos internacionales como la Organizaci¨®n de Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO), que aboga por unas pesquer¨ªas responsables, pero tambi¨¦n en el marco de la Uni¨®n Europea, donde el desarrollo en las ¨²ltimas d¨¦cadas de una Pol¨ªtica Pesquera Com¨²n tampoco ha sido suficiente para evitar el deterioro de los caladeros.
Espa?a es el tercer importador de pescado por detr¨¢s de Jap¨®n y EE UU
Los acuerdos con terceros pa¨ªses son claves para la actividad de la flota
Esta situaci¨®n, muy negativa para el sector pesquero, ha sido y es especialmente grave para Espa?a por tres razones: exceso de barcos y de capacidad de pesca, fuerte demanda de pescado y falta de caladeros. La consecuencia de todo ello ha sido el fuerte ajuste de la flota, la necesidad de pescar en caladeros de terceros pa¨ªses y en aguas internacionales y la necesidad de acudir a elevadas importaciones para atender esa demanda interior.
En este contexto, la flota pesquera espa?ola ha experimentado un duro ajuste que, desde el ingreso en la UE, ha supuesto reducir el potencial a la mitad, la mayor parte por desguaces, junto a la exportaci¨®n de barcos a otros pa¨ªses. La flota ha pasado en el mismo periodo de casi 20.000 a poco m¨¢s de 10.600 barcos.
Con un consumo per c¨¢pita superior a los 40 kilos al a?o, Espa?a es uno de los pa¨ªses con mayor demanda de productos de la pesca en el mundo, solo por detr¨¢s de algunos pa¨ªses asi¨¢ticos. Esta fuerte demanda coincide con el hecho de que hace ya muchos a?os que los caladeros propios se quedaron cortos para abastecer las necesidades de su demanda. Ello, junto a la extensi¨®n de las aguas territoriales a las 200 millas, oblig¨® en los a?os setenta del siglo pasado a la Administraci¨®n espa?ola a la b¨²squeda de nuevos caladeros mediante acuerdos con terceros pa¨ªses o con cuotas de capturas en aguas internacionales. Esta situaci¨®n se ha mantenido desde el ingreso de Espa?a en la Uni¨®n Europea, que mantienen acuerdos con casi una veintena de pa¨ªses, junto con las cuotas de pesca en aguas de diferentes organizaciones regionales de pesca. En la actualidad, de los aproximadamente 10.600 barcos que forman la flota pesquera espa?ola, unos 10.200 faenan en aguas nacionales, 164 en aguas comunitarias -eran 300 los que hab¨ªa en 1986- y otros 250 en terceros pa¨ªses y en aguas controladas por organismos internacionales.
Todo ello supone que dos terceras partes de las capturas de los pesqueros espa?oles proceden de caladeros exteriores, pero, sobre todo, que las mismas se quedan muy lejos para atender la demanda. Espa?a importa anualmente 1,6 millones de toneladas de pescado, con un valor aproximado de 5.000 millones de euros. Seg¨²n datos de la FAO, Espa?a es el tercer pa¨ªs importador de productos de la pesca, solo por detr¨¢s de Jap¨®n y de Estados Unidos.
Un dato significativo es el origen de las importaciones. La parte m¨¢s importante procede de pa¨ªses con los que la UE ha mantenido o mantiene acuerdos: Argentina, Namibia, Sud¨¢frica, Mauritania, Marruecos... En unos casos, esos pa¨ªses han optado por renunciar a la pol¨ªtica de acuerdos para capturar ellos sus propios recursos y exportar los mismos a los pa¨ªses m¨¢s desarrollados, como ser¨ªa el caso de Namibia. En otros, como el de Marruecos, con el acuerdo sin prorrogar, cada cuatro a?os son mayores las exigencias en materia de compensaciones, mientras se reducen las posibilidades de pesca. Otra parte muy importante de las importaciones espa?olas de pescado procede casualmente de otros pa¨ªses comunitarios que han aumentado sus capturas en aguas de la UE a la vez que votaban a favor de un ajuste de las posibilidades de pesca espa?olas aplicando la llamada pol¨ªtica de estabilidad relativa.
Al margen de los intereses pol¨ªticos y comerciales que concurren en el desarrollo de las pol¨ªticas de pesca, el eje de los problemas radica, sin embargo, en el progresivo deterioro de los caladeros en todo el mundo. Ejercer el control en aguas internacionales y en terceros pa¨ªses es dif¨ªcil, en la mayor parte de los casos por falta de medios, y no se ha puesto coto a la actividad de los barcos ilegales bajo banderas de conveniencia.
Pero, salvando las distancias, el problema del control de las pesquer¨ªas y del mantenimiento de los recursos se repite en los caladeros comunitarios. Fruto de la preocupaci¨®n por el estado de los caladeros, Bruselas trata de implantar, una vez m¨¢s, una Pol¨ªtica Pesquera Com¨²n mucho m¨¢s dura seg¨²n la propuesta de reforma actualmente a debate y que se quiere aplicar antes de 2013. La comisi¨®n propugna eliminar totalmente los descartes desde 2016 y, sobre todo, que los niveles de capturas se limiten al Rendimiento M¨¢ximo Sostenible desde 2015.
Desde el sector se acepta la implantaci¨®n de estas exigencias, pero con unos plazos de aplicaci¨®n m¨¢s amplios para lograr un equilibrio entre los recursos y las necesidades de la flota, siempre sobre la base de datos cient¨ªficos m¨¢s fiables que los actuales.
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