El refugio del campe¨®n
"Aqu¨ª no tengo que esconderme de nada", dice Nadal de Mallorca, donde disfruta del golf, la playa o el equipo de f¨²tbol de sus amigos
Rafael Nadal sube a zancadas la escalera, ¨¢vido como est¨¢ por saber si el men¨² de pasta y Coca-Cola que ofrece el restaurante por menos de 10 euros calmar¨¢ su hambre. El campe¨®n est¨¢ a las puertas del club en el que dio sus primeros raquetazos. "Nadal, el impulso de Manacor", se lee. Los carteles que loan en mallorqu¨ªn sus t¨ªtulos conviven con s¨ªmbolos insospechados. En la Avinguda des Parc, justo donde est¨¢ el templo de Nadal, es posible cruzarse con peatones que lucen orgullosos en su pecho dos letras que son un reto: RF, las iniciales del suizo Roger Federer.
As¨ª pasan las cosas. Es un d¨ªa de diciembre, y el general invierno ya manda en la Pen¨ªnsula. En Manacor, sin embargo, el sol calienta la conversaci¨®n y los recuerdos del tenista. Nadal creci¨® mirando al mar. Cuando puede, vive pisando arena, en la playa; agua, en el mar; o hierba, mientras juega al golf o al f¨²tbol con sus amigos, que le han hecho ficha federativa para el Inter Manacor, de Tercera Regional. Mallorca es sol. Nadal, tambi¨¦n.
"Toda la familia est¨¢ en un radio de tres kil¨®metros. Improvisar es m¨¢s f¨¢cil"
"Mi abuelo es una m¨¢quina de trabajar en m¨²sica. Yo no. Lo saben mis profesoras"
"?Maldigo siempre al que tuvo la idea de cambiar la hora!", se divierte. "Me vuelvo loco. Qu¨¦ barbaridad", contin¨²a el mallorqu¨ªn, que vio alterada su pretemporada por una lesi¨®n en el hombro, sufrida durante la final de la Copa Davis. "Con los amigos, en una ciudad, a las tres de la tarde, no puedes organizar un partido de raquet o de futbito. No lo consigues. Aqu¨ª, no hay problemas. Lo mismo con el golf, especialmente cuando hace calor, que puedes jugar hasta las 19.00. ?Por eso maldigo al que tuvo la idea de cambiar la hora! Improvisar aqu¨ª es m¨¢s f¨¢cil. No tengo que esconderme de nada. No me planteo si soy tenista o no", sigue.
"No creo que llevando a la gente a tres o cuatro sitios pudieran comprender por qu¨¦ Manacor es tan especial para m¨ª, aunque hay muchos m¨¢s que cuatro o cinco sitios aqu¨ª que son preciosos", a?ade. "Es la forma en la que tengo la vida organizada. Como es una isla, hay facilidad para ver a la gente que quieres. A la hora de ver a la familia, estamos en un radio de tres kil¨®metros y muchos vivimos unos encima de otros [en un bloque de apartamentos]".
Los Nadal son una familia unida. En el pin¨¢culo de la estructura est¨¢ el abuelo. Don Rafael Nadal Nadal. Un m¨²sico de carrera. Uno que este mismo a?o estren¨® una ¨®pera infantil, Brundibar. Uno que hace tiempo desisti¨® de que su nieto siguiera sus pasos: "La m¨²sica no es lo m¨ªo", se r¨ªe Nadal. "Me gusta escuchar, pero soy un desastre. Solo toqu¨¦ en las clases de m¨²sica del colegio y mis profesoras saben que no era lo m¨ªo. Nada", a?ade. "De mi abuelo admiro la ilusi¨®n por lo suyo. Yo soy un t¨ªo bastante pasional en todo, que se implica en todo lo que hace. Mi abuelo es un superfan¨¢tico de la m¨²sica, a cualquier hora. Le da vida. Es una m¨¢quina de trabajar en eso. Es una persona a la que siempre le ha gustado seguir aprendiendo, seguir estudiando cosas... Toda la vida".
En eso est¨¢ Nadal. En seguir aprendiendo cosas para preparar el asalto a 2012. Lejos de las pistas de tierra que le vieron dar sus primeros pasos, practica en un moderno complejo de pistas de cemento. All¨ª se emplea con ah¨ªnco en recuperar sus se?as de identidad. All¨ª y en el gimnasio, Joan Forcades, su preparador f¨ªsico, le trabaja el cuerpo y la mente, porque no hay ejercicio sin explicaci¨®n, trabajo al que le falte detr¨¢s una idea. All¨ª, en Mallorca, le sigue atendiendo Rafael Maym¨®, su fisioterapeuta. Y all¨ª, a las ¨®rdenes de Toni, su t¨ªo y entrenador, prepara Nadal lo que viene: un a?o ol¨ªmpico lleno de retos y emociones.
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