El precio de la obediencia
Criticaron el BNG y el PSdeG a la presidenta del Parlamento, Pilar Rojo, y al presidente Feij¨®o por ausentarse del debate de los Presupuestos de Galicia para acudir a la investidura de Mariano Rajoy. La oposici¨®n debe ser m¨¢s indulgente: el debate presupuestario es un acto rutinario e intrascendente, mientras que la investidura de un gallego como presidente del Gobierno del Estado compone una gloriosa p¨¢gina de la historia de Espa?a. Que los dos m¨¢s altos representantes pol¨ªticos de Galicia se acantonasen en la tribuna de invitados del Congreso fue la f¨®rmula m¨¢s feliz -y austera- que se les ocurri¨® para hacernos presentes a todos los gallegos en un acontecimiento que definir¨¢ nuestro futuro, si existe tal cousa.
Feij¨®o sabe que presidir¨¢ un Gobierno de sumisi¨®n a las pol¨ªticas 'marianas' de ajuste
Nuestra oposici¨®n no comprende el alcance estrat¨¦gico de la presencia de Feij¨®o. Desde que Kapuscinski escribi¨® El Emperador sobre el r¨¦gimen hiperb¨®lico y absolutista de Haile Selassie, sabemos la importancia que ten¨ªa en su corte poder situarse en la primera fila de los convocados a las audiencias de pleites¨ªa y sumisi¨®n. Que el Rey de Reyes se fijase en un s¨²bdito era una se?al inequ¨ªvoca de que ser¨ªa bendecido por la fortuna y de que no le faltar¨ªan bienes y favores. Rojo y Feij¨®o posaron como devotos teloneros confiando en que el presidente de presidentes reconociese a nuestros embajadores como los m¨¢s fieles de entre todos los fieles.
En el ¨²ltimo trienio Feij¨®o fue uno de los m¨¢s notables dramaturgos de la nov¨ªsima derecha. Le prest¨® voz a los m¨¢s dolorosos males del Reino y se?al¨® a Zapatero como causante de todas nuestras desgracias. La crisis es cosa de todos, pero su soluci¨®n era ¨²nicamente una responsabilidad del Gobierno del Estado. En su investidura, Rajoy le revel¨® la verdad: "Los resultados electorales
constituyen la mejor garant¨ªa de que las decisiones se van a tomar. Podemos gobernar con eficacia. Lo que no garantizan es el acierto. Porque han de ser los espa?oles, y no el Gobierno, los motores del cambio, los protagonistas de la reforma, los agentes de la recuperaci¨®n". Nuevo gobierno, nueva narraci¨®n: hay que destacar la responsabilidad subsidiaria del Gobierno en la soluci¨®n de la crisis.
Aguijoneado por la oposici¨®n, el presidente de la Xunta se comprometi¨® a no dar un paso atr¨¢s en la defensa de los intereses gallegos y a ser m¨¢s exigente con Rajoy de lo que lo fueron el PSdeG y el BNG con el Gobierno de Zapatero. "No somos m¨¢s que nadie, pero tampoco somos menos que nadie y trabajaremos con la misma firmeza y lealtad que hasta ahora". La firmeza de su asedio al Ejecutivo socialista no se le discute, en cuanto a la lealtad hay muchas m¨¢s dudas. Feij¨®o todav¨ªa no tuvo tiempo para reescribir la literatura contenciosa con la que justific¨®, desde su toma de posesi¨®n, el quietismo del Gobierno auton¨®mico ante la crisis financiera, productiva y de empleo que devasta Galicia, pero sabe bien que, a partir de ahora, presidir¨¢ un Gobierno de obediencia debida a las pol¨ªticas marianas de ajuste y recorte bajo el mandamiento de la contenci¨®n del d¨¦ficit y la rebaja del gasto p¨²blico.
El conservadurismo es b¨¢sicamente una pol¨ªtica y una actitud que preconiza la imposibilidad de crear situaciones nuevas, por eso en los pr¨®ximos meses Feij¨®o y Rajoy se van a entregar a la justificaci¨®n de imposibilidades. Antes, el l¨ªder del PP gallego anim¨® numerosos desencuentros con La Moncloa: por los 850 millones sisados en la financiaci¨®n auton¨®mica; por el aplazamiento del pago de los 2.000 millones de euros de la deuda gallega con el Estado; por la certificaci¨®n inexcusable de los plazos del AVE contemplados en el Pacto del Obradoiro; por la soberan¨ªa del cat¨¢logo farmac¨¦utico gallego o por la b¨²squeda de una soluci¨®n ben¨¦vola con los intereses de nuestras desahuciadas cajas de ahorro y del desmejorado nuevo banco de Jos¨¦ Mar¨ªa Castellanos. Casus belli que, junto con la deuda hist¨®rica en materia de infraestructuras, los problemas del sector l¨¢cteo o las dificultades de la industria naval, ahora encontrar¨¢n mansa satisfacci¨®n en las imposibilidades del gobierno de los mejores de Rajoy.
A pesar de los amagos insurreccionales para exigirle a La Moncloa conservadora un buen trato con Galicia, el presidente de la Xunta tiene perfectamente claro que la virtud pol¨ªtica que m¨¢s aprecia Mariano Rajoy es la lealtad personal. Si alg¨²n d¨ªa Feij¨®o quiere sentarse a la derecha del presidente de presidentes en el Consejo de Ministros sabe que tiene que cotizarse muy alto en el mercado de la obediencia, aunque el precio a pagar por tanta sumisi¨®n sea el eclipse del autogobierno y la liquidaci¨®n de la econom¨ªa de Galicia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.