Lu¨ªs Soto, entre Marx y Castelao
Un libro recupera a quien fuera segundo del rianxeiro y fundador de la UPG
El maestro hab¨ªa conocido la miseria en primera persona. Todav¨ªa no llegara la Rep¨²blica. Era 1927. En la aldea arraiana de Buscalque, entonces Ayuntamiento de Lobios y hoy bajo las aguas de un embalse, Lu¨ªs Soto colision¨® con la realidad de la Galicia descalza. "En Buscalque jam¨¢s me entr¨® en la escuela un ni?o calzado, ni es corriente encontrar con zapatos o zuecos una persona mayor", relat¨®, media d¨¦cada m¨¢s tarde, en la revista Escuela de Trabajo, "y es tal la suciedad y la miseria que pude observar y comprobar que madres con cuatro o cinco hijos no sab¨ªan lavarse ni lavar las ropas de sus cr¨ªos. Generalmente no cocinan para preparar los alimentos y hacen el men¨² con pan y bacalao o tocino crudo, cuando lo tienen".
Como maestro en el rural, conoci¨® la miseria en primera persona
En los treinta, fue "firme defensor" de un PC gallego, afirma Mart¨ªnez
Soto (A Bola, 1902 - M¨¦xico, D. F., 1981) nunca se resign¨® a esta realidad -una en la que lleg¨® a contar las enfermedades del sarampi¨®n, tosferina, sarna, tracoma, disenter¨ªa, parotiditis, eczema y viruela. Y contra la resignaci¨®n particip¨® en la fundaci¨®n del sindicalismo gallego de la ense?anza, se enrol¨® en el comunismo e intent¨® la s¨ªntesis de marxismo y cuesti¨®n nacional. Se exili¨®, regres¨® al pa¨ªs natal, milit¨® en la clandestinidad, constituy¨® partidos pol¨ªticos, se escindi¨® por la izquierda de los mismos partidos que hab¨ªa constituido e incluso redact¨® unas frondosas memorias del siglo. Pero su figura apenas estaba viva en recuerdos de excamaradas y en notas a pi¨¦ de p¨¢gina de la historia de los movimientos de emancipaci¨®n con Galicia como sujeto hist¨®rico. Hasta que el investigador Xurxo Mart¨ªnez Gonz¨¢lez recopil¨® la historia de una vida en Lu¨ªs Soto. A xeira pola unidade galega (Xerais, 2011).
"La gran aportaci¨®n de Soto fue el ser capaz de concebir la necesidad de estructuras, organizaciones y partidos de izquierda con Galicia como referencia", considera, de entrada, Mart¨ªnez, "y su gran logro final, la fundaci¨®n de la Uni¨®n do Povo Galego (UPG) en 1964". Pero no result¨®, en absoluto, una traves¨ªa tranquila. Hab¨ªa comenzado con ATEO, la Asociaci¨®n de Trabajadores de la Ense?anza de Orense, en cuyo seno operaba cuando el 14 de abril de 1931 cay¨® la monarqu¨ªa Alfonso XIII. Integrado en la Federaci¨®n de Trabajadores de la Ense?anza de la UGT, y ya en posiciones comunistas, Soto promovi¨® la creaci¨®n de su secci¨®n gallega.
Son esos los a?os en los que, seg¨²n las anotaciones del autor de A xeira pola unidade galega, brotan las primeras exigencias entre los militantes del Partido Comunista de Espa?a de galleguizar la organizaci¨®n. Lo ejemplifica la an¨¦cdota de Benigno ?lvarez, comunista ourensano que opt¨® a esca?o en las filas del Frente Popular de 1936 junto a Alexandre B¨®veda, y que se hab¨ªa negado a hablar en castellano en el IV congreso del PCE en Sevilla. "Hablo el idioma de las clases pobres de Galicia, el gallego", espet¨® ?lvarez a la presidencia. Lo resovieron con un traductor, camarada portugu¨¦s. "No hay duda de que hubo un debate surgido alrededor de la creaci¨®n de una federaci¨®n gallega del PCE o del PC de Galicia", escribe Mart¨ªnez G¨®nz¨¢lez, "y aqu¨ª Lu¨ªs Soto fue uno de sus m¨¢s firmes defensores".
Pero el 18 de julio del 36 todo se parte en dos. Soto escapa de Vigo, pasa a Portugal, de all¨ª a Francia y despu¨¦s zona republicana. En Valencia se reencuentra con los nacionalistas. Y con Castelao, cabeza de Solidariedade Galega Antifeixista y en cuya secretar¨ªa viajar¨ªa a Cuba y a Estados Unidos. De all¨ª al exilio mexicano y a participar en el espectro del Gobierno gallego en el exilio, el Consello de Galiza. A mediados de los sesenta, de nuevo su pa¨ªs. Con los rebeldes del Consello da Mocidade, entre otros M¨¦ndez Ferr¨ªn, Celso Emilio Ferreiro o Lu¨ªs Gonz¨¢lez Blasco, Foz, organizan la UPG. El ideal, un partido comunista y patri¨®tico, lo que ard¨ªa en la cabeza de Soto desde su tiempo como pedagogo por el rural ourensano. Doce a?os despu¨¦s estaba fuera.
"El lo cuenta al periodista Xavier Navaza en la revista Teima", recuerda Xurxo Mart¨ªnez, "en la que acusa a la direcci¨®n de la UPG de derechista, estalinista y peque?o-burguesa". UPG-Li?a proletaria y despu¨¦s el Partido Galego do Proletariado (PGP), ya con el r¨¦gimen auton¨®mico en marcha pero como estela de un per¨ªodo pol¨ªtico anterior, acoger¨ªan sus ¨²ltimos esfuerzos militantes. Y el olvido.
"Ya he dicho que si, en la crisis de 1976, Soto se quedase en la UPG, este libro ya estar¨ªa escrito", se?ala Mart¨ªnez, "no se puede negar su trabajo tan importante en los terrenos sindical, pol¨ªtico, asociativo y cultural". La labor de Xurxo Mart¨ªnez, que no esconde "complicidad y simpat¨ªa" por el personaje, tejida a base de documentos, entrevistas, hemeroteca, y apoyada en amigos del propio Soto -Xos¨¦ Gonz¨¢lez, Ferr¨ªn, Garc¨ªa Crego- contribuye a reparar, p¨®stumamente, las heridas de aquel viejo frentepopulista.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.