El papel de Amancio Ortega
Tras la compra de la famosa Torre Picasso, un edificio de 45 plantas ubicado en pleno centro de negocios de Madrid, un diario de la capital interpreta que Amancio Ortega se ha convertido en el rey de La Castellana. Cosas parecidas podr¨ªan decir otros medios de Par¨ªs, Barcelona, Berl¨ªn, Roma, A Coru?a, Lisboa o Londres, porque en todas esas ciudades el due?o de Inditex posee impresionantes inmuebles. Es una de las haza?as de la mayor fortuna de Galicia y de Espa?a, la segunda de Europa y la s¨¦ptima del mundo, seg¨²n la clasificaci¨®n de la revista Forbes (2011), que le atribuye 31.000 millones de d¨®lares (23.921 millones de euros), cifra que supera de largo toda la recaudaci¨®n del impuesto de sociedades en Espa?a y que equivale a cerca del 2,5% del PIB espa?ol y rebasa la cuarta parte del d¨¦ficit p¨²blico. Casi nada.
Por ahora, su indiscutible ¨¦xito como empresario es inversamente proporcional a su obra social
Es evidente que Ortega es el rey de la Castellana, de la moda, del silencio y de los millones. ?Es tambi¨¦n el rey de la solidaridad? El propio Ortega sostiene en la presentaci¨®n de la fundaci¨®n que lleva su nombre: "Las vivencias que me han hecho crecer como persona, como empresario y como ciudadano se apoyan en una serie de principios que considero particularmente valiosos, tales como: solidaridad, comprensi¨®n, compromiso, laboriosidad, autenticidad y fidelidad". Pero faltan hechos que lo demuestren. Por ahora, su indiscutible ¨¦xito como empresario es inversamente proporcional a su obra social, a eso que ahora se denomina la econom¨ªa del cuarto sector. A Ortega no parecen convencerle los criterios de Bill Gates y Warren Buffett, que emprendieron la campa?a The Giving Pledge (La promesa de dar) para conseguir que los hombres m¨¢s ricos donen al menos el 50% de su fortuna en vida o como herencia, filantr¨®picamente. Y para ello han predicado con el ejemplo: los Gates donaron a su fundaci¨®n -premio Pr¨ªncipe de Asturias de Cooperaci¨®n Internacional en 2006- 23.000 millones de d¨®lares (17.748 millones de euros) y Warren Buffett aport¨® incluso m¨¢s a la fundaci¨®n de sus amigos: 37.000 millones de d¨®lares (28.551 millones de euros).
Sobre este asunto, sin duda controvertido, hay quien dice que Ortega ya hace bastante obra social con el empleo que crea y con los contratos que brinda a empresas generalmente de A Coru?a que le acompa?an por todo el mundo cada vez que abre una nueva tienda. Es verdad todo eso y tiene su valor, pero no es incompatible con que decida convertir A Coru?a en una referencia universitaria mundial o con que quiera compartir con los 25.000 socios del Deportivo la salida del t¨²nel, coloc¨¢ndolo en la Champions, con la consiguiente proyecci¨®n mundial para Galicia. Son solo un par de ejemplos a los que podr¨ªan sumarse otros, seguramente mejores, pero lo importante es que Amancio Ortega d¨¦ el paso.
Tambi¨¦n hay quien comenta, incluso en su entorno, que Ortega no entiende bien este tipo de cosas, ni menos a¨²n decisiones como las de Bill Gates o Warren Buffett, pero esa hip¨®tesis habr¨ªa que descartarla leyendo sus propias ideas en la web de la Fundaci¨®n Amancio Ortega: "Mi sencillo y genuino deseo es que, a trav¨¦s de las estrategias y actividades propias de la fundaci¨®n, el fruto de mi experiencia vital, personal y profesional, alcance a aquellos miembros de la sociedad que, particularmente, precisen de especial acompa?amiento y aliento". De ser ello cierto tendr¨ªa m¨¢s sentido un cambio de actitud capaz de marcar un antes y un despu¨¦s para varias generaciones y de reivindicar su figura m¨¢s all¨¢ de ser un gran empresario.
Su capacidad de diversificaci¨®n, m¨¢s all¨¢ del textil, con importantes negocios en sectores como el inmobiliario, el financiero, el turismo o la gesti¨®n de fondos de inversi¨®n, prueba que podr¨ªa triunfar en el llamado cuarto sector, dejando grabada su huella de la solidaridad. No se trata, pues, de pedirle nada -nadie tendr¨ªa derecho a hacerlo, cuando el dinero es suyo-, sino m¨¢s bien de invitarle a que haga algo socialmente grande. Inditex es un gran imperio empresarial y Amancio Ortega puede ser un gran ciudadano.
En el peor de los casos, aunque no quiera saber nada de lo que hacen Bill Gates o Warren Buffett, no estar¨ªa mal que Ortega asegurase el anclaje de Inditex a Galicia. Con ¨¦l al frente, o en la sombra, hay un efecto sede y un compromiso de trabajar con proveedores de A Coru?a. ?Sin ¨¦l ser¨¢ lo mismo?
@J_L_Gomez
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