P¨¦talos de realidad
Cuatro decoradores florales que trabajan en Madrid desvelan las bases de su planteamiento est¨¦tico
En 2002 Sally Lerma Hambleton emprendi¨® el extra?o camino que va de la banca a las flores. Dej¨® su carrera de 10 a?os en el sector financiero, junto a dos br¨®keres, para aprender el oficio de la mano de Kenneth Turner, uno de los decoradores florales contempor¨¢neos m¨¢s prestigiosos del mundo. Del maestro norirland¨¦s, recuerda dos advertencias: "Si piensas dedicarte a esto nunca pienses en tener unas manos bonitas ni un fin de semana libre".
La empresa de Lerma Hambleton, The Workshop Flowers, es una de las que ha revolucionado con su oferta las tendencias florales en la capital. El resultado de su trabajo es un abanico de posibilidades que bucea en las variedades de la primera potencia en producci¨®n de flores, Holanda, y que se aleja de la sota, caballo y rey en la flor cortada que hasta ahora conformaban la rosa envuelta en celof¨¢n, la cl¨¢sica margarita y el clavel rojo convencional.
Su experiencia en el ¨¢mbito financiero le sirvi¨® para fundar una compa?¨ªa que ofrece decoraci¨®n integral para eventos y particulares, vende a trav¨¦s de Internet, en su tienda de la calle Gabriel Lobo y desde hace un a?o en el espacio Federica & Co, un inesperado vergel urbano que sorprende al viandante en el n¨²mero 26 de la calle Hermosilla.
Pero Sally no fue la ¨²nica aventurera que cambi¨® el traje de chaqueta por el delantal y el malet¨ªn por la tierra y las tijeras de podar. Diego Valencia tambi¨¦n cambi¨® su est¨¢tico puesto en una sucursal bancaria por los p¨¦talos, los tallos y las macetas. Hace siete a?os abri¨® Kaloto, un vibrante oasis con aroma a canela y clavo en el que las proteas sudafricanas se mezclan con las esquimias, los amaryllis, la flor de algod¨®n o los cardos. "Las formas me inspiran, la onda de una corteza, el bucle de un p¨¦talo... me marcan la pauta para que no sea una cosa est¨¢tica", explica Valencia, que utiliza todo tipo de elementos para sus composiciones: estrellas de mar, conchas, frutas deshidratadas, n¨¢car, c¨¢scaras, madera de coco o coral. "Todo se repite en la naturaleza", sentencia.
No solo en primavera
Diego Valencia y Sally Lerma representan una nueva generaci¨®n de dise?adores florales que destierra la creencia que asocia las flores con la primavera. "Las flores son perennes, hay flores todo el a?o", insiste la fundadora de The Workshop Flowers, "el oto?o -la estaci¨®n de la ca¨ªda de la hoja- es la ¨¦poca del brezo, ahora es la de variedades que resultan muy navide?as como el Solanum que es una especie de tomate cherry silvestre".
Combatir las ideas preconcebidas sobre la decoraci¨®n floral es uno de los objetivos declarados de Aitana Zald¨²a, de la florister¨ªa VincaperVinca (calle Le¨®n, 11) y de Elisabeth Blumen, el pseud¨®nimo bajo el que se esconde la dise?adora Isabel Mar¨ªas. "Adentrarse en este mundo te rompe los prejuicios enseguida", afirma Mar¨ªas, quien reivindica con convicci¨®n la belleza de la flor seca aunque en el imaginario colectivo se corresponda con la visi¨®n de un centro apolillado y decadente. Fotos, cuadros, teteras antiguas o latas llenan su taller en la calle Arroyo Opa?el: "Me gusta integrar el ramo con jarrones que busco en mercadillos y viajes. Tengo una traper¨ªa enfrente del taller y siempre me paso a ver qu¨¦ encuentro".
Zald¨²a demuestra, con su experiencia, la dificultad de romper con lo establecido. "No ten¨ªa una base t¨¦cnica y para formarme me apunt¨¦ a un curso que recreaba todos los t¨®picos -el ramo de novia en forma de gota, el bouquet cl¨¢sico o las coronas para velas- pero eso no iba conmigo, y me desanim¨¦ un poco hasta que un amigo me habl¨® de la Escuela Espa?ola de Arte Floral".
A pesar de su voluntad innovadora, la rosa sigue siendo la ni?a bonita de todo jard¨ªn que se precie, una coincidencia con matices si tenemos en cuenta que hay m¨¢s de 30.000 variedades distintas de esta flor. Isabel Mar¨ªas afirma sentir debilidad por la rosa inglesa mientras que Aitana Zald¨²a reconoce su obsesi¨®n por la rosa de jard¨ªn porque "no hay dos iguales".
Acto cotidiano
La creadora que da vida a los trabajos firmados por Elisabeth Blumen, que estudi¨® moda y trabaj¨® para Mathew Williamson y Sybilla, se inspira en los bodegones de la pintura flamenca y se declara una adicta a los manuales, las revistas, los libros y una friki de Internet. "Es genial estar entre flores y yo lo vivo como un trabajo muy artesano nada mecanizado. Los eventos y las bodas son los trabajos con los que m¨¢s disfruto porque te permiten explotar la creatividad y aunque de abril a octubre s¨¦ que no descanso, se establece una relaci¨®n muy estrecha con el cliente".
En lo que todos coinciden es en echar en falta en Espa?a la cultura floral que existe en otras partes de Europa como Holanda o Reino Unido. "En ciudades como Amsterdam la gente baja a por el pan y las flores", argumenta Mar¨ªas y a?ade: "si este tipo de producto es caro es porque se compra poco. En nuestro pa¨ªs, comprar flores no es un acto dela vida cotidiana, sino que se considera un lujo vinculado a un momento especial, a una celebraci¨®n o a un regalo".
Las flores, como el resto de expresiones del dise?o, no escapan a las modas. Despu¨¦s de d¨¦cadas sin grandes cambios, la nueva generaci¨®n de floristas aboga por la tendencia que busca un estilo natural y asilvestrado que se acerque a la realidad y no quede artificial. Una corriente que defiende los aromas y colores aut¨¦nticos. Si hay que elegir, es preferible un ramo austero a un centro barroco. Una ¨²nica flor desnuda con un significado potente al recargado de musgo y hojarasca. Una tendencia que reproduce las composiciones que se encuentran en la naturaleza e introduce nuevos materiales como maderas, cortezas, bayas, frutos y hojas secas para vender una parcela de jard¨ªn o el olor que emana del bosque.
Se trata de envolver para llevarse a casa un p¨¦talo de realidad, no una flor plastificada con aroma a ambientador.
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