El Atl¨¦tico redescubre la garra
Los de Simeone, hipermotivados, anestesian al M¨¢laga con un juego precipitado
M¨¢laga y Atl¨¦tico de Madrid, dos rivales directos en la lucha por los puestos europeos, se repartieron los puntos en un partido que si ha de pasar a la historia ser¨¢ por la intensidad con la que se emplearon los visitantes, que demostraron haber interiorizado el manual de Diego Simeone de jugar con el cuchillo entre los dientes.
En la primera parte, los jugadores del Atl¨¦tico, por la sobredosis de ginseng an¨ªmico de Simeone, confundieron la motivaci¨®n con el ansia y sustituyeron la apat¨ªa que les leg¨® Gregorio Manzano por una especie de hiperexcitaci¨®n que impidi¨® que la primera jugada coherente llegara hasta la media hora de partido. Fue una combinaci¨®n veloz, directa, implacable, como agradan al Cholo: en tres toques se avanzaron 35 metros. Tiago recibe un bal¨®n largo de Savio y este sin pens¨¢rselo lo dispara hacia la porter¨ªa de Willy Caballero. El tiro hubiera entrado de no haber mediado el hombro de Weligton, que lo envi¨® al larguero.
M?LAGA 0 - ATL?TICO 0
M¨¢laga: Willy Caballero; G¨¢mez, Demichelis, Weligton, Monreal; Toulalan, Cazorla (Apo?o, m. 86), Buonanotte (Duda, m. 73), Isco; Juanmi (Van Nistelrooy, m. 67) y Rond¨®n. No utilizados: Rub¨¦n; Sergio S¨¢nchez, Mathijsen y Maresca.
Atl¨¦tico. Courtois; Perea, Godin, Dom¨ªnguez, Filipe Luis; Tiago; Juanfran, Gabi, Diego, Salvio (Arda Turan, m. 68); y Falcao (Adri¨¢n, m. 88) No utilizados: Asenjo; Miranda, Antonio L¨®pez, Koke, Mario Su¨¢rez y Juanfran.
?rbitro. Jos¨¦ Antonio Teixeira Vitienes. Amonest¨® a Dom¨ªnguez, Diego, Demichelis, Tiago, Sergio S¨¢nchez, Falcao y Apo?o.
La Rosaleda: 28.300 espectadores (lleno).
El Cholo consigui¨® que sus jugadores no dejaran de presionar durante todo el partido
Fue la ¨²nica ocasi¨®n de peligro atl¨¦tico en el primer acto. Los madrile?os se lanzaron a presionar a los locales desde el pitido inicial, planteando una defensa m¨¢s de caza y presa que de contenci¨®n. Con esos mimbres, Dom¨ªnguez en el minuto 24 y Diego en el 27 vieron la tarjeta amarilla. El exceso de ganas de agradar hac¨ªa que los de Simeone llevaran la mayor presi¨®n al campo malaguista, lo que propiciaba contragolpes de los locales, aunque sin generar muchas ocasiones de peligro. Mientras tanto, Falcao, el ¨²nico en la punta del ataque, no recibi¨® un solo bal¨®n aprovechable.
El M¨¢laga tambi¨¦n arranc¨® especulativo, y tard¨® 15 minutos en hallar los huecos. Sin embargo, con el paso de los minutos fue ganando en mando ante una Rosaleda que se llena partido tras partido. Courtois, baluarte atl¨¦tico, salv¨® un remate de cabeza de Rond¨®n tras un saque de falta de Cazorla. El asturiano, que ayer jug¨® m¨¢s cerca del centro del campo, se convirti¨® en faro y central de abasto de balones de los atacantes, entre los que brill¨® especialmente Buonanotte, supuestamente pretendido por Simeone. Pero el peligro nunca llegaba.
Tras el descanso, el M¨¢laga regres¨® descompuesto, con un baj¨®n r¨ªtmico evidente y una inquietante falta de ideas. Parec¨ªa que los de Pellegrini estaban m¨¢s pendientes del partido del martes, la esperanzadora vuelta de octavos de Copa del Rey contra el Real Madrid, que de sobrevivir a la guerra de trincheras planteada por el Atl¨¦tico. Los de Simeone consegu¨ªan robar balones peligrosos, pero una vez m¨¢s el ansia les imped¨ªa trenzar jugadas.
Los atl¨¦ticos cortaban las escasas iniciativas del M¨¢laga con una intensidad de muchos decibelios. Todos los jugadores participaron de esta actitud. Incluso Falcao vio su primera tarjeta amarilla en 14 partidos.
El control de los del Manzanares no solo era por la v¨ªa emocional. Simeone consigui¨® que sus jugadores no dejaran de presionar en ning¨²n momento del encuentro, en un verdadero alarde f¨ªsico que parec¨ªa no pasarles factura. Esta intensidad consigui¨® desquiciar al M¨¢laga, que en la segunda parte opt¨® por jugar balones m¨¢s largos, aunque con escaso fruto. Pellegrini sac¨® al campo a Van Nistelrooy para dar respiro a Juanmi y a Duda por Buonanotte para tratar de meter balones largos. En los minutos finales hizo uso de Apo?o, para refrescar a Cazorla. Su ¨²nica aportaci¨®n fue ver una tarjeta amarilla por increpar al ¨¢rbitro despu¨¦s del pitido final.
El partido, poco vistoso, parec¨ªa condenado a decidirse por un lance de fortuna o una jugada a bal¨®n parado, pero ni una cosa ni la otra llegaron. El Atl¨¦tico no ha ganado a¨²n ning¨²n partido fuera de casa, y el M¨¢laga encadena cinco partidos con empates o derrotas m¨¢s o menos dulces. Estad¨ªsticas impropias de equipos que aspiran a la gloria europea.
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