Los l¨¢pices de colores de Moncada

Con solo 10 a?os, Jes¨²s Moncada (Mequinensa, 1941-Barcelona, 2005) escribi¨® una novelita que era un plagio de Cinco semanas en globo, de su admirad¨ªsimo (lo acab¨® traduciendo con los a?os) Julio Verne. Hasta ah¨ª normal en el que despu¨¦s ser¨ªa uno de los grandes escritores contempor¨¢neos catalanes, con obras capitales como Cam¨ª de sirga y Estremida mem¨°ria. Lo curioso es que lo acompa?¨® de ilustraciones hechas por ¨¦l. Un peligro: esa vocaci¨®n incipiente de dibujante mud¨® en la de pintor y a punto estuvo de llevarse por delante la de escritor, con la consiguiente p¨¦rdida para las letras catalanas: estudi¨® grabado y hasta que su voz literaria tom¨® grosor literario y cremat¨ªstico con Hist¨°ries de la m¨¤ esquerra i altres narracions (1981, con pr¨®logo de su mentor Pere Calders) ejerci¨® de pintor comercial con su paisano Santiago Estruga (estilo a juego con el tresillo del cliente y puntas productivas de seis cuadros por d¨ªa).

Los pinceles quedaron colgados, pero no as¨ª unos l¨¢pices de colores que siempre llevaba encima y con los que a?ad¨ªa dibujos a las dedicatorias de sus libros o a las postales y tarjetones que enviaba a amigos y familiares, suced¨¢neos de respuesta en carta. Curioso, en un escritor. Una muestra de 150 de esas ilustraciones tan personales conforma Dibuixos i caricatures de Jes¨²s Moncada, que acaba de publicar Pag¨¨s Editors.

Como se?alan en las introducciones las fil¨®logas Maria-Pau Cornad¨® y Merc¨¨ Biosca (esta, encargada de la selecci¨®n), los dibujos de Moncada comparten con sus libros el regusto por la tragicomedia de la vida y cierto punto c¨®mico, ir¨®nico. En lo formal, los dibujos son del tipo l¨ªnea clara e ilustrados a partir de la combinaci¨®n de colores primarios; en cualquier caso, muy lejos (excepto en alguna figura de sus queridos llaguters) del estilo metaf¨ªsico, on¨ªrico y muchas veces abstracto con reminiscencias de De Chirico o Kandinski que lucen los cuadros pintados a su gusto, colgados en el Museo de Historia de Mequinensa.

En lo simb¨®lico, Moncada se autorretrata con mofletes rojos, conciliador y un punto socarr¨®n, como sus ¨¢lter ego, nada menos que tres animales: la xuta (lechuza) Cassandra, un comepiedras verde y el cocodrilo del Ebro Nelson, este con c¨®digo: si aparec¨ªa el nombre de alguien en sus aguas, quedaba incorporado a su familia.

El resto es una impagable galer¨ªa de personajes entresacados de sus libros que le serv¨ªan de mensajeros: burguesas emperifolladas, monjas reaccionarias, toreros (de La galer¨ªa de les est¨¤tues), beatas y hasta un cardenal (de Calaveres at¨°nites), bandoleros -y un trabuco para Jaume Cabr¨¦- (de Estremida mem¨°ria)...

Moncada trabaj¨® en la editorial Montaner y Sim¨®n, hoy sede de la Fundaci¨®n T¨¤pies, cuyos signos pict¨®ricos admiraba el escritor. De abril a junio, acoger¨¢ un club de lectura sobre su obra que coordina Pau Vidal, destinatario de algunas de sus caricaturas. La vida es circular, peque?a, quiz¨¢ constatar¨ªa Cassandra.