Algo m¨¢s que ret¨®rica

La clave sustancial de la cumbre celebrada ayer por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, es la menos sonora: empezaron a hablar de medidas para crear empleo y potenciar el crecimiento. "Somos conscientes de que el crecimiento y el empleo deben ser prioritarios" para resolver la crisis de la eurozona, asegur¨® Sarkozy.

Si hubiese que creer la literalidad de esas declaraciones, estar¨ªamos ante el alumbramiento de una nueva fase de la pol¨ªtica econ¨®mica europea, hasta ahora concentrada en el monocultivo de la austeridad y el saneamiento de las finanzas p¨²blicas. El Tratado intergubernamental sobre la uni¨®n fiscal que pretenden que se firme a m¨¢s tardar el pr¨®ximo 1 de marzo deber¨ªa incluir los otros elementos de uni¨®n econ¨®mica -aproximaci¨®n fiscal, pol¨ªtica de est¨ªmulos selectivos frente a la recesi¨®n, armonizaci¨®n de mercados laborales- que ninguno de los dos mandatarios desarroll¨® ni concret¨®.

Pero tambi¨¦n caben otras interpretaciones. Que se hayan dejado llevar por la ret¨®rica, conscientes de que la receta del rigor fiscal a palo seco ya no prende. O que sea el presidente franc¨¦s en solitario quien sustente de verdad esa posici¨®n.

De seguir as¨ª las cosas, el Tratado en ciernes consagrar¨¢ una inaceptable asimetr¨ªa entre rigor fiscal extremo y pol¨ªtica econ¨®mica com¨²n meramente declarativa. Y tampoco resolver¨¢ el desequilibrio entre la uni¨®n monetaria y la econ¨®mica, un d¨¦ficit que persiste desde el Tratado de Maastricht que dise?¨® la moneda ¨²nica. La posible aproximaci¨®n entre ambos l¨ªderes acerca del establecimiento de la tasa Tobin sobre las transacciones financieras (Francia la quiere ya; Alemania la prefiere a 27, o al menos para la eurozona ampliada), con ser muy importante, no colma las expectativas.

Es de esperar que el nuevo Gobierno espa?ol aterrice con ideas nuevas respecto del monocorde enfoque germano-franc¨¦s. Solo si esto es as¨ª, con objeto de aportar sugerencias y enriquecerlo, tendr¨ªa sentido presionar para que el presidente Rajoy asista tambi¨¦n a la cumbre tripartita previa del pr¨®ximo d¨ªa 20 en la que el primer ministro italiano se unir¨¢ a los dos interlocutores habituales. Si se tratara, por el contrario, solo de figurar, m¨¢s valdr¨ªa olvidarse por esta vez. Espa?a, en todo caso, debe acoplarse al n¨²cleo duro que fabrica las principales propuestas europeas, como sucedi¨® a?os atr¨¢s.