El director despacha en el bar
Javier Guerrero, ex responsable de Trabajo en Andaluc¨ªa, dispuso a su voluntad de un fondo de 647 millones mientras llevaba una vida fren¨¦tica acompa?ado de su ch¨®fer
Un despacho oficial empapado en alcohol: la escena consist¨ªa en una peque?a cola de empresarios que aguardaba su turno en la barra, ¨¢vidos de discutir negociaciones y subvenciones con Javier Guerrero, ex director general de Trabajo de la Junta de Andaluc¨ªa. ?l hac¨ªa se?ales desde su mesa del local, al que acud¨ªa cada tarde para que fueran acerc¨¢ndose por turnos. "Tomaba los gin-tonics como el que bebe agua. Y nunca le vi tumbado. Ten¨ªa mucho, pero que mucho aguante", rememora un amigo.
La fama de Guerrero, principal imputado en el caso de los ERE (expedientes de regulaci¨®n de empleo), se ha disparado esta semana. Ha sucedido tras la traici¨®n de su exch¨®fer, quien cont¨® a la polic¨ªa c¨®mo se gast¨® en "coca¨ªna, fiestas y copas", para ¨¦l y su jefe, la mayor parte de los 900.000 euros de dos subvenciones p¨²blicas otorgadas por el alto cargo.
Era excesivo, impuntual y ca¨®tico. De su firma depend¨ªan las reconversiones industriales en Andaluc¨ªa
Pod¨ªa consumir al d¨ªa hasta una docena de 'gin-tonics'. A su puerta llamaron Ayuntamientos, empresarios, fundaciones
El exch¨®fer asegura que se gast¨® 900.000 euros de dos subvenciones en "coca¨ªna, fiestas y copas" para ¨¦l y su jefe
El ex director general abon¨® 220.000 euros a su propia suegra y autoriz¨® la inclusi¨®n de 72 intrusos en empresas
Estuvieron juntos seis a?os. De jornadas interminables, copas, duras negociaciones, risas y dispendios nocturnos, kil¨®metros para recorrer Andaluc¨ªa de punta a punta, falta de sue?o y un ritmo desenfrenado, cuyos excesos pagaron ambos. Su historia no ser¨ªa tan excepcional si no fuera porque Guerrero manej¨® a su antojo un fondo p¨²blico de 647 millones para empresas en crisis durante casi una d¨¦cada. Una ingente cantidad que ¨¦l mismo tild¨® en su primera declaraci¨®n policial de "fondo de reptiles", expresi¨®n que implica el uso de comisiones ilegales para comprar voluntades. Y la imaginaci¨®n se dispara porque indicios delictivos no faltan.
El alto cargo fue muy generoso con su conductor Juan Francisco Trujillo. Le otorg¨® dos subvenciones de 450.000 euros a sus empresas y una tercera de igual cuant¨ªa al exsocio de este, Isidoro Ruz, exalcalde ped¨¢neo socialista de Llanos del Sotillo (Ja¨¦n). Pero adem¨¢s, Guerrero adjudic¨® a su suegra y a la madre de Trujillo sendas p¨®lizas de 220.000 y 122.000 euros como falsas prejubiladas (intrusas) en dos empresas donde nunca trabajaron.
Ahora Guerrero es el mayor quebradero de la Junta y ha acaparado la agenda pol¨ªtica de la prolongada precampa?a andaluza para las elecciones del 25 de marzo. El PP ha aprovechado su desordenada vida y aficiones al l¨ªmite para cargar contra el PSOE por mantenerle en el cargo durante nueve a?os con tan alta responsabilidad. ?Por qu¨¦ hasta tres consejeros aprobaron su gesti¨®n? "El objetivo era la soluci¨®n pac¨ªfica y demostr¨® estar muy pegado a los conflictos y ser m¨¢s eficaz que nadie", justifica uno de ellos. El problema fue el descontrol y la nula supervisi¨®n que ejercieron sobre su trabajo. O la connivencia.
Al ch¨®fer los vecinos de su pueblo le llamaban "el ministro" porque vest¨ªa chaqueta y corbata en un entorno rural. Le consideraban un tipo altivo. Trabaj¨® en el cercano Ayuntamiento de And¨²jar. Mientras era empleado municipal mont¨® una gestor¨ªa y fue denunciado por estafa por varios clientes, ya que no pagaba los seguros sociales. Tras su precipitada salida del Consistorio a principios de los a?os noventa, fue contratado como ch¨®fer por el delegado de Econom¨ªa, ?ngel Men¨¦ndez, con quien tuvo un grave accidente. El veh¨ªculo qued¨® siniestro total, aunque los dos ocupantes solo sufrieron heridas leves.
A?os despu¨¦s, tras un traslado, recalar¨ªa en Sevilla a las ¨®rdenes de un director general al que sucedi¨® Guerrero, que opt¨® por mantener al ch¨®fer. As¨ª comenz¨® su estrecha relaci¨®n. "Le recog¨ªa a las siete de la ma?ana y la noche antes pod¨ªamos haber acabado a la una de la madrugada", rememora Trujillo, refugiado estos d¨ªas en su casa ante la guardia de los fot¨®grafos para cazar su imagen. El conductor dio detalles a los agentes de su supuesto camello y de c¨®mo compr¨® para el alto cargo un piano antiguo, ropa y relojes. Ante tanta marcha, en ocasiones el ch¨®fer insinuaba una retirada para poder descansar, puesto que cada noche conduc¨ªa una hora para regresar a El Pedroso, el pueblo de Guerrero.
Anta?o, la jornada laboral del alto cargo era muy peculiar. Tras finalizar en la sede de la Consejer¨ªa de Empleo y acudir al restaurante Cabo Roche, la costumbre marcaba cruzar la calle hasta el pub Caramelo. All¨ª acud¨ªa una parte de la clase empresarial sevillana para relajarse. Tras un par de copas en la comida, Guerrero pod¨ªa consumir hasta una decena de gin-tonics por la tarde-noche, siempre pagados con un fajo de billetes cogidos con una pinza y fuera de la cartera. Todo el mundo le saludaba. Se sent¨ªa importante. Le rend¨ªan pleites¨ªa porque sab¨ªan que manejaba un jugoso fondo de subvenciones, un r¨ªo de dinero que corr¨ªa con meandros caprichosos provocados por amistades vinculadas al PSOE, seg¨²n ha subrayado la juez del caso, Mercedes Alaya.
De car¨¢cter afable, buen contador de chistes, era tambi¨¦n excesivo. Impuntual y ca¨®tico, pero a la vez trabajador. Guerrero bajaba a la arena y se trasladaba a cualquier lugar donde hubiera empresas en crisis para hablar con directivos y trabajadores. De su firma depend¨ªan las reconversiones industriales en Andaluc¨ªa, cuyas duras huelgas hab¨ªan minado la paz social durante la d¨¦cada anterior. El Gobierno hab¨ªa decidido que los disturbios y protestas callejeras no deb¨ªan repetirse, y Guerrero fue el brazo ejecutor para lograr los tortuosos acuerdos entre empresas y sindicatos. El problema fue que con tantos millones en juego, el sistema ideado se pervirti¨® y aseguradoras, consultoras, sindicalistas, compa?eros socialistas, bufetes e intermediarios aprovecharon para sacar tajada. Y solo se toparon con un castillo de arena: la moral laxa de Guerrero.
"Transmit¨ªa credibilidad. Esa bonhom¨ªa mezclada con las banderas oficiales detr¨¢s de ¨¦l... Sab¨ªa estar. Transmit¨ªa mucho confort. Era un sedante, un mediador extrovertido con gran capacidad de generar empat¨ªa. Y al profesional siempre lo trataba con absoluta exquisitez", recuerda un letrado. Contaba asimismo con una extraordinaria retentiva para las caras. Pero el alto cargo ten¨ªa graves fisuras de car¨¢cter: "Si le tocabas el tema humano o social, ten¨ªas lo que quer¨ªas. Todo el mundo lo manej¨® porque la consigna desde arriba era 'problemas, los m¨ªnimos", explica un sindicalista. Todos los entrevistados hablan de ¨¦l, pero exigen evitar su nombre. Para no dar pistas a la Guardia Civil sobre aquellos turbios a?os o porque ya est¨¢n imputados y cualquier declaraci¨®n perjudicar¨ªa a su defensa.
"A nadie le dec¨ªa que no. Fue muy generoso con lo que no era suyo", resume uno de los empresarios beneficiados. Y Guerrero lleva a gala ese car¨¢cter tan singular. El a?o pasado su tarjeta de visita solo inclu¨ªa su nombre y profesi¨®n: "Pensador". Y el fil¨®sofo acusado de malversaci¨®n, tr¨¢fico de influencias y prevaricaci¨®n tambi¨¦n explot¨® su faceta po¨¦tica: "?rboles de la ribera / que disteis sombra al amor, / a la juerga, a las quimeras, / a las suaves torrenteras; / a una que otra borrachera". Son ripios incluidos en su libro Cuando una noche llueve.
Tras dirigir una oficina de desempleo y ser alcalde de su pueblo durante cuatro a?os, dio el gran salto a director general. De repente dispuso de ch¨®fer, dietas y una vivienda en alquiler de 1.800 euros que cubr¨ªa la Junta. Y tambi¨¦n se puso en la senda de una peligrosa espiral gracias a su alma de bon vivant. Ese ritmo desacompasado conllev¨® un deterioro de salud que termin¨® por apartarle de la Consejer¨ªa. Antes de su cese en 2008, mostr¨® a todos sus compa?eros un certificado m¨¦dico que demostraba que "estaba limpio de su adicci¨®n", seg¨²n proclam¨® a los cuatro vientos. Pero la realidad es que acud¨ªa a los consejos de direcci¨®n de la Consejer¨ªa en mal estado y oliendo a alcohol, coinciden varios altos cargos.
Entonces pidi¨® una excedencia y trabaj¨® como consultor en proyectos inmobiliarios que no llegaron a buen puerto con los Gobiernos de Guinea y Senegal. Hasta que abandon¨® la compa?¨ªa por impago. Esta semana deb¨ªa reincorporarse a su plaza como funcionario, pero la Junta ha suspendido su reingreso para evitar dar m¨¢s munici¨®n a¨²n al esc¨¢ndalo y ante la gravedad de los delitos que se le imputan.
"En la Junta dicen que soy un golfo", declar¨® Guerrero frustrado tras su cese. De forma paralela, Trujillo tampoco despertaba simpat¨ªas en el PSOE de And¨²jar, donde fue militante antes de ser expulsado hace ya casi una d¨¦cada -"o se va ¨¦l o nos vamos todos", dijo un compa?ero al recordar el paso por el partido de Trujillo, al que define como un "mangante"-. A pesar de tener su trabajo en Sevilla, su familia permaneci¨® en Llanos del Sotillo y esto le oblig¨® a llevar una vida a¨²n m¨¢s ca¨®tica, hacer m¨¢s kil¨®metros de la cuenta, y cometer ciertos excesos al volante. Fuentes de la Consejer¨ªa afirman que Trujillo fue despedido por faltar a su trabajo en diversas ocasiones. El ch¨®fer sigui¨® ligado a la Junta, pero desde Ja¨¦n, adonde fue trasladado. Finalmente, en 2009, la Administraci¨®n le expuls¨® tras descubrir que hab¨ªa falseado bajas laborales por enfermedad.
Al margen de las regulaciones de empleo, el alto cargo era el banco caritativo al que acudieron conocidos en busca de una paga, y a los que denominaba "criaturas". Pero tambi¨¦n llamaron a su puerta hombres de negocio, asociaciones, universidades y Ayuntamientos para llorarle y lograr fondos p¨²blicos. Y Guerrero se ablandaba. En ocasiones para sentirse confortado por su propia benevolencia. Y en otras por codicia o para acatar ¨®rdenes de sus superiores. "La situaci¨®n no era irregular, pero s¨ª escasita de procedimiento", reconoce un ex alto cargo sobre la falta de estudios de viabilidad y controles. "La empresa era la responsable de seguir los dictados de las ayudas directas. ?No pod¨ªamos tener un ej¨¦rcito de inspectores revis¨¢ndolo todo!", se excusa.
Guerrero concedi¨® al menos 65 millones del fondo en ayudas directas a empresas. Solo el entramado de empresas Matadero de Sierra Morena, vinculado a la Sierra Norte sevillana, recibi¨® nueve millones. Y las empresas del corcho vinculadas a un hermano del expresidente de la Junta Jos¨¦ Rodr¨ªguez de la Borbolla, m¨¢s de ocho millones. Ante tal concentraci¨®n de dinero en pocas manos, ahora la Junta exige a la juez que impute cuanto antes a los empresarios, que ya han realizado cambios societarios en el registro mercantil para difuminar rastros.
A Guerrero le acompa?¨® una corte de amigos e interesados, entre los que llama la atenci¨®n el parlamentario socialista Ram¨®n D¨ªaz, su mano derecha durante un tiempo en Empleo. Porque al margen de las juergas, Guerrero atesor¨® una mediaci¨®n que todos elogian. Eso s¨ª, lograda gracias a una generosidad de vacas gordas cuyos ceros escandalizan ahora incluso m¨¢s que anta?o. El alto cargo destaca ufano la negociaci¨®n de la multinacional sueca Boliden, responsable del vertido de Aznalc¨®llar, y a cuyo due?o arranc¨® 12 millones tras desplazarse a Estocolmo.
En Ja¨¦n, Trujillo hab¨ªa conocido a Juan Lanzas, exsindicalista de UGT. Posteriormente, Guerrero y Lanzas sellaron una gran amistad y viajaron con sus esposas al extranjero. El intermediario trabaj¨® en la gesti¨®n de los ERE y fue comercial de la consultora Vitalia, firma que gestion¨® las prejubilaciones de 60 de los 72 intrusos identificados por la Junta en su investigaci¨®n interna. Vitalia perteneci¨® -actualmente est¨¢ en proceso de disoluci¨®n- al entramado de aseguradoras del grupo Eurobank. En paralelo, la Audiencia Nacional tramita desde 2003 un sumario por estafa de la directiva, con 18 imputados.
Vitalia gener¨® ingentes plusval¨ªas que su director comercial, Antonio Albarrac¨ªn, que compart¨ªa mantel con Guerrero una vez al mes, deber¨¢ justificar ante la juez. En su defensa el ex director general alega que cumpl¨ªa ¨®rdenes de sus consejeros de Empleo, pero lo cierto es que tendr¨¢ que explicar ayudas a amigos de la infancia, al gasolinero donde repostaba, al churrero de su pueblo, a su propia suegra... "Se vino del Pa¨ªs Vasco bastante presionada por el entorno de ETA y no estaba bien. Me habl¨® del problema y le dije que s¨ª", adujo como toda explicaci¨®n por haberle regalado 220.000 euros de fondos p¨²blicos.
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