El taxi del mill¨®n de d¨®lares
Son inconfundibles y delatan la ciudad por la que circulan en masa. El taxi amarillo, con su claxon, es uno de los iconos de Nueva York, s¨ªmbolo de la fren¨¦tica vida que caracteriza a la metr¨®poli. Es tambi¨¦n una de las inversiones m¨¢s rentables en la capital mundial de las finanzas, m¨¢s que comprar una vivienda, que comprar oro, petr¨®leo o apostar en el ¨ªndice S&P 500.
De hecho, es uno de los activos m¨¢s preciados del momento. Y al estar muy limitado, esa barrera eleva el precio de las licencias hasta cifras exorbitantes. En la ¨²ltima subasta de dos de estos permisos para operar un taxi en Gotham City se alcanz¨® el mill¨®n de d¨®lares por licencia. A ese precio se puede comprar un buen apartamento de dos dormitorios cerca de Central Park.
Por el coste de una licencia se puede comprar un piso en Central Park
El alquiler genera 80.000 d¨®lares al a?o, m¨¢s que un bono triple A
La flota de taxis ahora en la Gran Manzana es de 13.250 veh¨ªculos
Hace poco m¨¢s de un siglo, los taxis tirados por caballos eran el principal medio de transporte en la ciudad de los rascacielos. Hasta que a Harry Allen, cabreado con la tarifa, se le ocurri¨® importar de Francia varios coches a gasolina y cre¨® la New York Taxicab Company. Entonces estaban pintados en rojo y verde. No se ve¨ªan muy bien de lejos, as¨ª que les puso un color m¨¢s chill¨®n.
El sistema de licencias, o medallones como aqu¨ª se llaman, se introdujo en la Gran Depresi¨®n. Hab¨ªa demasiados taxis y su estado dejaba mucho que desear. Entonces, la licencia costaba 10 d¨®lares. La flota de yellowcabs es ahora de 13.250 veh¨ªculos. El 70% de las licencias se alquila a dos conductores. Son las m¨¢s caras, porque el taxi opera 24 horas, haciendo dinero sin parar.
Las subastas de licencias para operar los taxis no son frecuentes, lo habitual es que se transfieran las licencias entre propietarios. La ¨²ltima se celebr¨® en octubre. Ocho a?os antes, cuando el que escribe lleg¨® a la gran ciudad, el precio medio de un medall¨®n corporativo superaba los 310.000 d¨®lares, como el precio de un apartamento de una habitaci¨®n en el coraz¨®n de Manhattan.
Cuando estall¨® la crisis se hab¨ªa m¨¢s que duplicado. Y no par¨® de subir. Ante tanta efervescencia, no es extra?o que el inter¨¦s de los inversores se dirija hacia compa?¨ªas como Medallion Financial, una firma cotizada en el Nasdaq bajo el s¨ªmbolo TAXI, como no pod¨ªa ser de otra manera, propietaria de licencias y que presta dinero a los que quieren hacerse con ese derecho para operar uno de estos veh¨ªculos.
Hay que hacer muchas carreras para que salgan las cuentas. O no tanto. El alquiler de ese medall¨®n genera unos 80.000 d¨®lares al a?o al propietario, un retorno superior al de un bono corporativo de triple A. Y el valor de estos permisos est¨¢ creciendo m¨¢s r¨¢pido que el ¨ªndice S&P 500 si se toman como referencia las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, un 637% frente a un 225%. Tambi¨¦n lo hace m¨¢s que el oro, el petr¨®leo o la vivienda.
Entre 1980 y 2011, el precio medio del medall¨®n subi¨® un 8% anual. El ¨²nico riesgo para esta inversi¨®n est¨¢ en el regulador, que quiere elevar un 10% el total de licencias. Pero, a la vista de la subida de tarifas, es un valor al alza. Otro dato: los taxis mueven a 240 millones de personas al a?o, la poblaci¨®n de Brasil.
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