"?Pero, ad¨®nde vamos as¨ª?"
Los jugadores del Madrid se quedaron perplejos en el cl¨¢sico ante el plan de Mourinho, que no les permiti¨® elaborar el juego
Jos¨¦ Mourinho anunci¨® la alineaci¨®n del cl¨¢sico antes de salir hacia el Bernab¨¦u para evitar filtraciones. Al o¨ªr la lista de nombres los jugadores m¨¢s veteranos de la plantilla se quedaron perplejos. "?Madre m¨ªa!", murmur¨® uno, "?pero ad¨®nde vamos as¨ª?".
Cuando Mourinho fich¨® por el Madrid, hace un a?o y medio, su agente, Jorge Mendes, sol¨ªa decir: "Jos¨¦ nunca ha tenido una plantilla con tanta calidad como ¨¦sta". Ahora, gran parte de los futbolistas que componen esa plantilla, hacen cuentas. Reflexionan que en el Oporto se encontr¨® un equipo hecho de jugadores de brega y en el Chelsea, donde dispuso de todos los medios para contratar a los mejores talentos, se obstin¨® en fichar tanques con m¨¢s cuerpo que calidad t¨¦cnica: Drogba, Essien, Ferreira... Cuando Abramovich le llev¨® a Shevchenko no supo c¨®mo sacarle rendimiento. "En su patr¨®n de juego s¨®lo entra una manera muy concreta de jugar", opina un futbolista del Madrid. "No sabe utilizar equipos de calidad y acaba eligiendo a los jugadores de lucha antes que a los t¨¦cnicos. Si entrenase al Valencia ganar¨ªa m¨¢s t¨ªtulos".
El t¨¦cnico y los futbolistas se distanciaron desde el cl¨¢sico de diciembre
Amenaz¨® a la plantilla con dar los nombres de los que no se cuidaron en Navidad
En el vestuario perciben que el discurso de Mourinho no es adecuado para estimular a futbolistas finos. Su elecci¨®n ante el cl¨¢sico lo retrat¨®. No concedi¨® ni un minuto a Marcelo -el lateral m¨¢s desequilibrante del planeta-, ignor¨® a Sahin, y despreci¨® a Kak¨¢ -un bal¨®n de oro-. A ?zil y Granero apenas les dio 20 minutos. A sus atacantes m¨¢s prol¨ªficos, Benzema y Cristiano, les concedi¨® la titularidad pero los puso a tapar las bandas. Debieron correr m¨¢s hacia atr¨¢s que hacia adelante. Benzema y Cristiano son dos de esos tipos desencantados que creen que, en otras condiciones, podr¨ªan brillar m¨¢s. El mi¨¦rcoles hasta Xabi Alonso, el organizador del equipo, tuvo que abandonar esa tarea para auxiliar defensivamente a Altintop frente a Iniesta. El Madrid se qued¨® sin faro por orden de Mourinho.
Hay jugadores que le est¨¢n empezando a perder el respeto profesional porque creen que Mourinho no sabe c¨®mo entrenar al equipo para que lleve el peso de los partidos. "Para ganarle al Bar?a hace falta algo m¨¢s que los contragolpes", aseguran. En la charla t¨¢ctica previa al cl¨¢sico del mi¨¦rcoles el t¨¦cnico hizo hincapi¨¦ en renunciar a la elaboraci¨®n, en jugar r¨¢pido hacia adelante, aunque para ello fuera preciso perder precisi¨®n en los pases. Les pidi¨® que se saltasen la transici¨®n incluso m¨¢s que en el cl¨¢sico del 10 de diciembre.
Otras derrotas en cl¨¢sicos precedentes encontraron a Mourinho firme en el vestuario lanzando arengas a sus hombres. La ¨²ltima vez (1-2) fue diferente. No dijo nada. Rehuy¨® el contacto con la plantilla y el ambiente en las duchas era f¨²nebre. Propio de un grupo dividido por la crisis de identidad. "Si reniegas del bal¨®n contra el Bar?a acabas fundido de tanto correr porque no puedes parar de hacer la presi¨®n en bloque con ocho jugadores, permanentemente", dec¨ªa uno de los perdedores. "As¨ª acabas cans¨¢ndote m¨¢s, abri¨¦ndote, y encajando goles como el de Abidal".
La crisis del cl¨¢sico del mi¨¦rcoles comenz¨® a gestarse en el cl¨¢sico que lo precedi¨®. Acabado el 1-3, el 10 de diciembre, lo primero que hizo Mourinho cuando baj¨® al vestuario fue reprochar a los jugadores por la derrota. "?No quer¨ªais jugar al ataque?", les espet¨®. "?Pues ah¨ª lo ten¨¦is!". El t¨¦cnico hab¨ªa sacrificado a Khedira para poner a ?zil en un acto que pretendi¨® ser una concesi¨®n a la sensibilidad del equipo, sobre todo del grupo espa?ol. Ante el fracaso les ech¨® en cara la f¨®rmula. Los jugadores, entre ellos, atribuyeron la derrota a la s¨²bita alineaci¨®n de Coentr?o en el lateral derecho. "El Bar?a tuvo suerte porque nosotros jugamos con Coentr?o", bromearon.
En los d¨ªas que siguieron al 1-3 los futbolistas notaron que el entrenador se distanciaba. Como si estuviera resentido con ellos. Como si se sintiera traicionado. La sensaci¨®n de desconfianza arraig¨®. Los jugadores creen que Mourinho sospecha de la lealtad de todos y que para vigilarlos env¨ªa a Karanka, Rui Faria y Morais, sus ayudantes, cada vez que se forma un corrillo. El fen¨®meno se reproduce puntualmente cuando se re¨²nen a hablar en grupo. Siempre aparece un ayudante en las inmediaciones y se hace el distra¨ªdo, o intenta meter baza para poner la oreja. El clima es asfixiante. La mayor¨ªa de la plantilla, sin embargo, evita los conflictos. Los futbolistas saben que para tener minutos de juego, para asegurar su futuro profesional y vivir tranquilos, lo m¨¢s conveniente es hablar bien de Mourinho en p¨²blico. Se sienten d¨¦biles ante el jefe porque dicen que cuenta con el respaldo incondicional del presidente, Florentino P¨¦rez. "No podemos ir contra Mou", asegura un miembro de la plantilla, "porque Florentino lo protege".
La divisi¨®n original de la plantilla, entre los representados por Jorge Mendes y el resto, no ayuda a cohesionar a un grupo que ahora cree mayoritariamente que con este cuerpo t¨¦cnico el futuro ser¨¢ desagradable.
Mourinho se ha esforzado por hacer sentir a sus jugadores el peso de su resentimiento. En el descanso de la ida de los octavos de final de la Copa, contra el M¨¢laga, reuni¨® a los jugadores y les habl¨® con un aire teatral de supremac¨ªa. Dice un miembro de la audiencia que normalmente "va de divino". Aquella noche en su expresi¨®n se reforz¨® esa convicci¨®n interior, esa idea de que sus subordinados deben estar a la altura para ser dignos de ¨¦l. Se hab¨ªan ido al descanso con un 2-0 despu¨¦s de encajar dos goles a bal¨®n parado, en la ida de los octavos de Copa contra el M¨¢laga, y el t¨¦cnico estaba inflamado. Se dirigi¨® a Casillas responsabiliz¨¢ndole del resultado y lanz¨® una amenaza general. Les dijo que hab¨ªan vuelto fuera de forma de las vacaciones de Navidad y que estaba dispuesto a denunciarlos en p¨²blico. Seg¨²n uno de los asistentes, su amenaza result¨® asombrosa: "Dar¨¦ los nombres a la prensa".
Casillas suele ser un tipo pac¨ªfico. Excesivamente pac¨ªfico, seg¨²n algunos de sus compa?eros. En esa ocasi¨®n, sin embargo, tuvieron la impresi¨®n de que le falt¨® poco para abalanzarse sobre el entrenador. La ira del capit¨¢n resumi¨® el agotamiento creciente de la plantilla ante un l¨ªder que ha hecho de la presi¨®n ambiental una rutina y en el que la mayor¨ªa ha dejado de creer. Los cl¨¢sicos del ¨²ltimo a?o contribuyeron a desgastar la relaci¨®n en ambos sentidos. Si el 5-0 alter¨® para siempre los procedimientos del t¨¦cnico, el 1-3 del 10 de diciembre culmin¨® con el ciclo. Ese d¨ªa Mourinho se despreocup¨® por lo que pensaran sus futbolistas y, harto de que le cuestionaran, furioso porque muchos no dejaban de mirarle como a un extra?o, resolvi¨® imponer sus criterios hasta las ¨²ltimas consecuencias. El ¨²ltimo cl¨¢sico es la conclusi¨®n.
Un Mourinho para cada cl¨¢sico
- Antes del 5-0 en Liga en el Bernab¨¦u (28-11-2010), Mourinho asegur¨®: "Me motiva m¨¢s la Copa de Europa". "Espero que mi equipo tenga la mentalidad suficiente para perder y continuar confiando en s¨ª mismo o ganar y seguir teniendo los pies en la tierra". "Veo, con los datos en la mano, que el Bar?a es feliz con Iturralde y el Madrid menos". Tras el partido, el portugu¨¦s dijo: "?Humillaci¨®n? ?Para nada! Es la mayor derrota de mi carrera. (...) Pero es una derrota muy f¨¢cil de digerir. Es una derrota sin posibilidades. (...) Ha habido un equipo que ha jugado al m¨¢ximo (...) y otro que ha jugado muy mal. Ha sido una derrota muy merecida".
- Antes del empate en el Bernab¨¦u (1-1) en Liga (15-04-2011). Ni una palabra. Compareci¨® junto a Karanka y deleg¨® en su segundo lo que provoc¨® el plante de la prensa.
Tras el encuentro afirm¨®: "Estoy cansado de acabar todos mis partidos contra el Barcelona con 10. Solo pido competir en igualdad. (...) Pero eso, en Espa?a y en Europa, es misi¨®n imposible". Mourinho anunci¨® que solo hablar¨ªa "con los directores" de los medios por el plante de la prensa.
- Antes de ganar la Copa (0-1) el 19 de abril del a?o pasado, el t¨¦cnico dijo: "Como dec¨ªa mi amigo Messina, aqu¨ª nunca sabes si la prensa de Madrid quiere que ganemos". "Ya he ganado otras copas y por eso estoy sereno. Cuando fui contratado no me hicieron prometer t¨ªtulos".
Tras la final cambi¨® el paso: "Me gusta ser un entrenador de t¨ªtulos. (...) He ganado cuatro Copas en cuatro pa¨ªses". Y a?adi¨®: "Fue un gran partido. Hay gente para la que un gran f¨²tbol solo equivale a una gran posesi¨®n". "Mi trabajo (...) no tiene que ver con t¨ªtulos. Tiene que ver con cambiar (...) la estructura del club y la mentalidad".
- Ante la ida de la semifinal de la 'Champions' en casa (26-04-2011): -"Nunca hab¨ªa visto lo de Pep. Ha empezado una nueva era: criticar el acierto del ¨¢rbitro".
Y tras el partid0 (0-2) afirm¨®: "Estamos eliminados. Mi pregunta es ?por qu¨¦? ?Por qu¨¦ no dejan que los otros equipos jueguen contra ellos?".
"Ellos tienen lo m¨¢s dif¨ªcil, que es el poder". "Si le digo al ¨¢rbitro y a la UEFA lo que pienso mi carrera se acaba".
- Antes de la vuelta, el 2 de mayo, tras ser sancionado por sus palabras, delega de nuevo en Karanka. Y despu¨¦s del partido es el vasco quien dice: "Mou ten¨ªa raz¨®n. Era imposible que pas¨¢ramos".
- Antes de la ida de la Supercopa (13-08-2011): "No busco ni venganza ni justicia. Busco un partido verdadero, en el que los jugadores se respeten". "Es el torneo m¨¢s importante del verano y el menos importante de la temporada". Tras empatar a 2 Karanka dijo: "El equipo ha mejorado. Pero hay cosas que no cambian".
- Ante la vuelta, el 16 de agosto, Karanka asegur¨®: "Si hacemos el mismo partido que en la ida, la Supercopa vendr¨¢ a Madrid". Cuando el Madrid perdi¨® (3-2) fue Mourinho el que sali¨®: "Hemos hecho un partido espectacular. Hemos venido a jugar. (...) Hemos demostrado que somos mucho mejor equipo que el a?o pasado". "Sobre Pito Vilanova, o como se llame, no tengo nada que ocultar".
- El 9 de diciembre, ante el primer partido de esta Liga: "?Si es una oportunidad para dejar herido al Barcelona? Pues si ma?ana acabamos a nueve puntos de ellos, mejor. Pero la distancia de tres, seis o nueve no va a cambiar nuestra forma de trabajar y pensar". Y tras perder en casa (1-3): "Ha sido consecuencia del azar".
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