Retirada diferida

El ministro espa?ol de Defensa, en su primera visita a las tropas destacadas en Afganist¨¢n, ha insistido en los eufemismos pol¨ªticos de su antecesora socialista sobre la guerra contra los talibanes. Pese a la promesa electoral del partido gobernante de llamar a las cosas por su nombre, al menos en cuestiones delicadas, Moren¨¦s ha dicho que los m¨¢s de 1.500 soldados desplegados en el avispero centroasi¨¢tico participan en "operaciones t¨¢cticas", como si este nominalismo rebajara los riesgos de la misi¨®n o modificara su percepci¨®n social. Moren¨¦s ha anunciado que los soldados, en contra de lo avanzado por el Gobierno de Zapatero, no iniciar¨¢n su regreso antes de seis meses, algo que tiene sentido en una guerra decisivamente influida por el clima, en la que primavera y verano se?alan el auge b¨¦lico talib¨¢n.

Sea cual fuere el momento preciso en que comience la retirada -Obama ha dado el banderazo para que sus primeros soldados est¨¦n de vuelta a tiempo de influir en las elecciones presidenciales de noviembre-, resulta obvio que el contingente espa?ol ha cumplido sobradamente sus compromisos internacionales en Afganist¨¢n, el despliegue m¨¢s complejo y peligroso (cifras cantan) de los asumidos. Una misi¨®n, esta, denominada por la ONU como de "estabilizaci¨®n y reconstrucci¨®n" (nunca conseguidas) y en la que resultaba decisivo que Espa?a participara despu¨¦s de los sucesivos abandonos de Irak y Kosovo, cuya desafortunada gesti¨®n pol¨ªtica y diplom¨¢tica comprometi¨® su credibilidad como aliado.

Afganist¨¢n, 10 a?os despu¨¦s, es ya un conflicto sin vencedor, que ha fracturado a los socios europeos de Washington y colocado a la OTAN en el filo de la navaja. El Obama candidato que, en 2008, la declarara "guerra justa" que su pa¨ªs ten¨ªa que ganar, busca ahora desesperadamente salir de una sangr¨ªa humana y econ¨®mica que sus compatriotas desaprueban. Para los talibanes, nunca derrotados y cada vez m¨¢s audaces en sus acciones militares y terroristas, Estados Unidos ha izado bandera blanca al fijar 2014 como el a?o de la retirada total e impulsar a la vez conversaciones de paz, con Catar como escenario muy probable. Unas negociaciones que vienen siendo preparadas desde hace meses por altos funcionarios estadounidenses y que, de concretarse, iniciar¨ªan la rehabilitaci¨®n diplom¨¢tica de los yihadistas afganos.