Puntualizaci¨®n de Carlos Robles Piquer

Leo siempre con el mayor inter¨¦s los art¨ªculos del profesor Antonio Elorza, especialmente los dedicados a temas vascos, y suelo coincidir con sus criterios. No puedo decir lo mismo respecto al que ha publicado el 18 de enero sobre la libertad y Manuel Fraga, de quien ¨¦l fue alumno.

Creo que olvida los rasgos del momento en que toc¨® actuar como ministro al entonces joven Fraga: una terrible Guerra Civil hab¨ªa sido generada por las incre¨ªbles torpezas de una Rep¨²blica que acaba de ser retratada en las p¨¢ginas, muchos a?os perdidas, de las Memorias de Alcal¨¢-Zamora, que la presidi¨®.

El resultado de nuestra b¨¢rbara contienda, en el marco de la II Guerra Mundial, solo pudo ser una dictadura. Al llegar Fraga al Gobierno en 1962 pod¨ªa contribuir a consolidarla o a liberalizarla. Se inclin¨® por esto y, por ejemplo, impuls¨® eficazmente la llegada masiva de un turismo extranjero que no solo tra¨ªa divisas, sino que abr¨ªa nuestras r¨ªgidas costumbres. Recu¨¦rdese a aquella turista ultrapirenaica que, instruida por un vigilante playero de que no pod¨ªa usar un ba?ador de dos piezas, le pregunt¨® cu¨¢l de las dos deb¨ªa quitarse...

En el orden informativo hizo lo mismo: los controles de la censura fueron suaviz¨¢ndose y lleg¨® una Ley de Prensa e Imprenta que someti¨® los desacuerdos a los tribunales de justicia. Un ejemplo: como director general de Informaci¨®n vi que un juez madrile?o denegaba mi pretensi¨®n de que fuera prohibida una h¨¢bil antolog¨ªa de la doctrina marxista m¨¢s radical, preparada y editada por un ciudadano que, luego, ser¨ªa alcalde socialista de un municipio leon¨¦s.

En resumen: Fraga no sufri¨® una "pasi¨®n tard¨ªa" por la libertad. Simplemente, la aplic¨® en la m¨¢xima medida en que era entonces posible. Y, por ello, fue luego apartado del Gobierno, en 1969.