Reciclar la alta costura
Hace m¨¢s de dos a?os que Eva Zingoni persigue por Par¨ªs el rastro perdido de las telas que un d¨ªa hicieron brillar a las que desfilan por la alfombra roja y so?ar a las que miran desde la barrera de terciopelo. La dise?adora argentina, mitad espa?ola, mitad italiana, dej¨® su trabajo como responsable de los encargos VIP de Balenciaga -en los albores de la crisis financiera y en contra de la opini¨®n de amigos y conocidos- para crear su propia marca movida por "la indignaci¨®n" que le produc¨ªa ver c¨®mo las grandes casas se pueden permitir desechar tejidos. "No s¨¦ si es porque vengo de un pa¨ªs pobre como Argentina, pero esto me volv¨ªa loca", confiesa Zingoni (Buenos Aires, 1975).
Su moda "de recuperaci¨®n de residuos de la alta costura", como ella la denomina, deriva en un gusto por lo ecl¨¦ctico a trav¨¦s de piezas de l¨ªneas depuradas cuyos precios oscilan entre los 200 y los 1.000 euros. Eva Zingoni aprendi¨® en Balenciaga, bajo la batuta de Nicolas Ghesqui¨¨re, la b¨²squeda de la perfecci¨®n en la factura final de las prendas, adem¨¢s de desquitarse de ese halo de dise?adora "tan perjudicial cuando tienes delante a Cate Blanchett o Mick Jagger", apunta. De su etapa en Ralph Lauren absorbi¨® el movimiento acompasado y medido al mil¨ªmetro de una gran maquinaria de la moda. Y del paso por la agencia de Li Edelkort -gur¨² holandesa de la moda-, el ojo cr¨ªtico para captar la tendencia.
"No puedo permitirme elegir. Ah¨ª est¨¢ la dificultad de este proyecto. El reto est¨¢ en darle una vuelta a algo que una vez se llev¨®"
"He sacado adelante mi marca anticip¨¢ndome a una manera de trabajar propia de la crisis: el poder de adaptaci¨®n y la creatividad"
Esta mezcla de experiencias comienza a materializarse en grandes f¨¢bricas a las afueras de Par¨ªs, ciudad en la que reside desde que termin¨® sus estudios de imagen y sonido en la Universidad Complutense de Madrid, previo Erasmus en Italia. "A trav¨¦s de distintos contactos suelo enterarme de los talleres a los que las firmas env¨ªan su stock para evitar grandes gastos en almacenaje", explica Zingoni. Conseguida la pista, emprende un camino de sorpresa e inc¨®gnita. "Da igual que imagine un invierno en colores rojizos, de bosque y hojas muertas. Si cuando llego a comprar me encuentro con telas pastel, tengo que volver a empezar el proceso creativo".
Zingoni cuenta historias limitadas por los tejidos a partir de las tendencias que unos crearon en un momento y lugar diferentes. "No puedo permitirme elegir, no tengo ese lujo. Ah¨ª reside la dificultad de este proyecto. El reto est¨¢ en darle una vuelta a lo que una vez se llev¨®". Aunque su empresa resulte complicada, tiene al mismo tiempo el acicate de crear piezas ¨²nicas que combinan telas de distintas firmas -que asegura no poder desvelar-, sin apenas competencia: "No conozco a casi nadie que dise?e con este tipo de materiales". Las tres colecciones que ha creado en el corto tiempo que lleva independizada se han elaborado ¨ªntegramente en Par¨ªs. Meses despu¨¦s de cerrar esa etapa de nueve a?os en Balenciaga, donde tambi¨¦n era responsable de los bordados y la l¨ªnea Edition (dedicada a reproducir los dise?os hist¨®ricos del modisto vasco), se encerr¨® en su casa y con la ayuda de dos costureros de la firma cre¨® su primera propuesta. "Francia es lo que conozco, donde he trabajado y estudiado [tras terminar sus estudios universitarios en Madrid pas¨® por el Instituto Franc¨¦s de la Moda y el Studio Ber?ot], pero adem¨¢s en Balenciaga los fabricantes me contaron los problemas que tienen porque muchas empresas se est¨¢n yendo a China", relata Zingoni. "Me siento cerca de su causa y por eso decid¨ª quedarme en Par¨ªs".
Los altos costes viraron la senda de su negocio, la dise?adora encontr¨® tres talleres externos con los que trabajar y se mud¨® a un peque?o atelier cerca del Sena de donde salen cada temporada los dise?os que presenta en la Semana de la Moda de Par¨ªs. La puerta de salida de sus piezas a tiendas multimarca de Jap¨®n, Italia, Espa?a, B¨¦lgica y Francia, y el lugar al que tambi¨¦n acudieron los periodistas, "responsables de muchas de las clientas que tengo", asegura Zingoni. Mujeres de todas las edades y estilos, "con un lado masculino, fuerte personalidad y en constante b¨²squeda de algo distinto", define. Tras pasar por la ¨²ltima edici¨®n de la Semana de la Moda de Londres, convocada por los grandes almacenes brit¨¢nicos, Eva Zingoni suma entusiasmo e ilusi¨®n no solo para seguir dise?ando, sino conquistando mercados, siempre con la energ¨ªa de ese desasosiego que la anim¨® a cambiar el lujo por el sue?o de la infancia. "Puede sonar un poco pretencioso, pero he conseguido sacar adelante mi marca anticip¨¢ndome a una manera de trabajo que se ha demostrado propia de la crisis: el poder de adaptaci¨®n y la creatividad".
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