Un liderazgo europe¨ªsta y de la izquierda
Los espa?oles nos han situado en la oposici¨®n, y a la derecha le han dado casi todos los instrumentos democr¨¢ticos de poder local, auton¨®mico y estatal. Pero nos piden a todas las fuerzas pol¨ªticas lo mismo: recuperaci¨®n econ¨®mica y creaci¨®n de empleo de calidad, as¨ª como la preservaci¨®n del Estado de bienestar. Estas tareas son tambi¨¦n nuestra responsabilidad.
Desde la trayectoria pol¨ªtica de quienes suscribimos este art¨ªculo, pensamos que el pr¨®ximo Congreso del PSOE tiene que adoptar decisiones al menos en cuatro grandes dimensiones: el proyecto de partido, la relaci¨®n con Europa, las pol¨ªticas sociales y la pol¨ªtica econ¨®mica. El Congreso debe ser el punto de partida imprescindible para un partido que est¨¢ dolorido, pero tambi¨¦n decidido a jugar el papel -sin lugar a dudas, protagonista- que los ciudadanos nos siguen atribuyendo.
El Congreso del PSOE ha de ocuparse de qui¨¦nes lo dirigir¨¢n en a?os decisivos tambi¨¦n para la UE
El PSOE es un partido de Gobierno, ¨²nica alternativa real
1. Un partido de Gobierno, receptivo y atento a las demandas participativas y cr¨ªticas de la sociedad civil.
Necesitamos a los ciudadanos con nosotros revitalizando al PSOE, y ahora tenemos medios de democracia participativa directa (la Red) para hacerlo posible, y resortes representativos (las primarias abiertas a simpatizantes) para hacerlo m¨¢s leg¨ªtimo, en todos los momentos en que se tenga que realizar un proceso electoral. A la derecha no se le pide eso. A la izquierda, afortunadamente, s¨ª, y tiene que canalizar los fuertes impulsos cr¨ªticos que han traspasado las fronteras de Espa?a, extendiendo al m¨¢ximo la representatividad de nuestra democracia.
Hay otra exigencia evidente. El Partido Socialista es un partido de Gobierno, ¨²nica alternativa real a la derecha ganadora en las ¨²ltimas elecciones. Eso significa que tiene que configurarse como un proyecto nacional, con una direcci¨®n con sentido y cometidos de Estado, y no solo coordinadora de organizaciones territoriales.
2. Una Europa social y solidaria contra la crisis.
La crisis ha demostrado que no hay salidas meramente nacionales a la misma. Estamos en presencia de una crisis internacional. Las repuestas deben ser europeas, y de ah¨ª la importancia del Partido Socialista Europeo (PSE), principal instrumento socialdem¨®crata, que sigue siendo una suma de partidos nacionales m¨¢s que un verdadero partido de ¨¢mbito supranacional que elabore la estrategia de los socialistas.
Los socialistas no aceptamos que la pol¨ªtica econ¨®mica sea dictada por el bloque conservador Merkel-Sarkozy, obsesionado en ajustes insolidarios y alejado del fortalecimiento de nuestro modelo social.
Los socialistas hemos de estar en la vanguardia de una Europa que afronte de una vez la crisis de forma colectiva y solidaria. Es la ¨²nica forma de superarla. De ah¨ª,que debamos sostener decididamente, en el PSE y en todos los ¨¢mbitos pol¨ªticos, las siguientes medidas.
- Creaci¨®n de eurobonos, o mutualizaci¨®n de la deuda soberana, como la correspondencia obligada a la disciplina presupuestaria.
- La intervenci¨®n del Banco Central Europeo para defender el euro y garantizar siempre intereses razonablemente bajos en la financiaci¨®n de los pa¨ªses con esta moneda.
- El fortalecimiento del Mecanismo Europeo de estabilidad financiera.
- La Tasa de Transacciones Financieras, a nivel de la eurozona, para que entre en vigor con los nuevos Presupuestos de la UE en 2014.
- Planes de inversi¨®n p¨²blica productiva a nivel europeo como est¨ªmulo de crecimiento y creaci¨®n de empleo.
- La desaparici¨®n de los para¨ªsos fiscales.
3. Los derechos sociales son conquistas que no se tocan.
El periodo 2004-2011 de Gobiernos socialistas ir¨¢ siempre unido a avances hist¨®ricos y poderosos en derechos sociales de colectivos particularmente vulnerables o discriminados. La ley de igualdad entre hombres y mujeres, la ley contra la violencia de g¨¦nero, la ley de dependencia, la ley de matrimonio homosexual, el crecimiento impetuoso de las pensiones m¨¢s bajas, del salario m¨ªnimo interprofesional, los derechos constitucionales de los inmigrantes que les hab¨ªan quitado los Gobiernos de Aznar... Son derechos a a?adir a los cl¨¢sicos del Estado de bienestar, educaci¨®n, sanidad, protecci¨®n ante el desempleo, Seguridad Social, universalizados por anteriores Gobiernos de la izquierda.
Hay que reivindicar con orgullo estos logros democr¨¢ticos y hay que recelar de la nueva etapa pol¨ªtica del PP, porque nunca la derecha ampli¨® los derechos sociales, y ahora est¨¢ tentada a limitarlos fuertemente. Los socialistas (y los sindicatos) nos tenemos que comprometer a evitarlo, con tolerancia cero a los recortes en derechos sociales. La austeridad debe aplicarse a otros conceptos de gasto, pero nunca a los derechos, que necesitan sobre todo los que menos tienen.
4. Una reforma fiscal en profundidad para financiar la superaci¨®n de la crisis.
Pero cualquier objetivo econ¨®mico y social que se nos ocurra tropieza con un primer obst¨¢culo, el principal desaf¨ªo que nos atenaza: la financiaci¨®n de la salida de la crisis, que la propia crisis dificulta como un c¨ªrculo vicioso.
Ya no vale repetir que hay que crecer, y que de aqu¨ª vendr¨¢n todas las soluciones. Ya lo sabemos. Pero ?c¨®mo desencadenar ese crecimiento sostenible y suficiente que nunca llega? Y, mientras tanto, ?c¨®mo evitar el deterioro del Estado de bienestar? ?C¨®mo inyectar en la econom¨ªa productiva la energ¨ªa que le ha robado la avaricia de la econom¨ªa financiera? La respuesta es: financiaci¨®n a trav¨¦s de potentes impuestos progresivos. Despu¨¦s -no antes- vendr¨¢ el crecimiento.
La equidad debe obligar a los poderes p¨²blicos a abandonar la exhausta v¨ªa del endeudamiento -que es, adem¨¢s, generacionalmente insolidario- y a requerir medios de financiaci¨®n directos en forma de impuestos a los sectores econ¨®micos con capacidad para darlos. Estos son: el sistema financiero causante y beneficiario de la crisis y los individuos y corporaciones con mayor poder econ¨®mico. Ello significa una reforma fiscal progresiva: a nivel europeo (eurozona) es la tasa sobre transacciones financieras -que ha sido una iniciativa del Partido Socialista Europeo- y, a nivel nacional, es un cambio en la fiscalidad en sentido diferente al giro brutal que en su programa ha aprobado el Gobierno del PP, descargando la crisis sobre las clases medias y los asalariados.
Los socialistas hemos de proponer una profunda reforma fiscal que afecte, al menos, a los siguientes tres aspectos:
- Un impuesto integral sobre las grandes fortunas y patrimonios.
- Supresi¨®n de las deducciones y exenciones en el impuesto de sociedades, que se ha desplomado.
- Tributaci¨®n real y efectiva sobre las rentas del capital, incluyendo las SICAV.
De ah¨ª tienen que venir los fondos p¨²blicos que se inviertan luego en infraestructuras f¨ªsicas, tecnol¨®gicas y educativas, en planes de empleo juvenil, en el mantenimiento de los derechos sociales conquistados, as¨ª como en la amortizaci¨®n de la deuda. Porque la competitividad no puede basarse en bajos salarios y en facilitar el despido.
Sin dotar previamente a los poderes p¨²blicos de ingresos suficientes y reduciendo cualquier pol¨ªtica a los recortes en gastos, no habr¨¢ recuperaci¨®n y se agrandar¨¢n las grietas de la desigualdad, la pobreza, y la discriminaci¨®n intergeneracional, que ya forman parte del paisaje de las sociedades occidentales.
El Congreso del PSOE ha de ocuparse de todo esto y tambi¨¦n, coherentemente, de quienes dirigir¨¢n el partido en unos a?os decisivos para nuestro pa¨ªs y para Europa.
Diego L¨®pez Garrido es diputado socialista. Suscriben tambi¨¦n este art¨ªculo: Juan Jos¨¦ Azcona, Carmen Barahona, Carlos Carnero y 18 firmas m¨¢s.
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